Miércoles 11 de abril de 2001

 

Veintiún mil mujeres neuquinas están al frente de su hogar
 

Diferentes oficios o profesiones o simplemente el abandono por parte de sus maridos ponen a la población femenina como cabeza de familia. El conglomerado de la capital provincial y Plottier es el de mayor participación de mujeres en el mercado laboral patagónico. Más de 13 mil jefas de hogar son menores de 49 años y "paran la olla" en el 28% de las casas.

  NEUQUEN (AN).- Casi veintiún mil hogares de esta ciudad y Plottier están mantenidos por mujeres que aportan el sustento y atienden las necesidades de la familia. Sea por abandono, separación o porque su marido está desocupado, en el 28% de las casas las mujeres "paran la olla" en trabajos que requieren menor capacitación o instrucción que la que ellas poseen.
También se detecta una selectividad más laxa entre las mujeres a la hora de emplearse, y con frecuencia reciben retribuciones inferiores a las que, a igual tarea o carga horaria, perciben sus compañeros, aunque la brecha en algunas actividades se estrecha con el tiempo.
De los 20.681 hogares conducidos por las matronas neuquinas -un verdadero ejército de empleadas administrativas, profesionales, docentes, empleadas domésticas y desocupadas con subsidio de desempleo entre otras ocupaciones-, en 13.029 hay mujeres menores de 49 años. Las cifras son más altas que el promedio nacional y que la media patagónica.
En todo el país, 27% de mujeres dirigen los hogares donde viven sin más compañía que otra mujer de mayor edad o un anciano y eventualmente sus hijos. Se trata de un total de 2,5 millones de hogares argentinos. En la Patagonia esa proporción es algo más baja: el 24,5%, pero el piso se tocó en el aglomerado urbano constituido por Ushuaia-Río Grande, con el 16,3% donde, junto con Comodoro Rivadavia-Rada Tilly, se registra el más alto índice de amas de casa mayores de 14 años, a diferencia de Neuquén, que tiene el más bajo.
Los datos surgen de la encuesta permanente de hogares que difunde periódicamente el Indec -Instituto Nacional de Estadística y Censos- y corresponde a la onda octubre de 2000.
En la ciudad de Buenos Aires la jefatura femenina de los hogares es apenas cuatro puntos más que en Neuquén: el 33%, pero es la más alta del país. En segundo y tercer término están Santa Fe y Posadas con 32,8% y 32,6% respectivamente.
El concepto jefa de hogar o jefa de familia es relativamente reciente, por lo cual no existen mediciones retrospectivas a largo plazo como para realizar comparaciones. Sin embargo, para Buenos Aires, el protagonismo de la mujer creció al doble en una década, una tendencia que se proyectó al resto del país.
La nueva realidad obedece a varios factores: la irrupción masiva de la mujer en el mercado laboral, la inestabilidad creciente de las relaciones de pareja y la mayor expectativa de vida por parte de la población femenina. Además, existe un abanico de oportunidades más amplio para las mujeres por razones culturales, la "erosión salarial" del marido o simplemente la pérdida del empleo y, también, el mejor grado de instrucción que exhiben las mujeres -especialmente en los sectores de mejor nivel adquisitivo, donde además pueden ser reemplazadas en sus funciones domésticas. En el caso neuquino, mientras a mediados de 1991 la tasa específica de actividad -es decir, cuántas mujeres estaban en condiciones de trabajar- era del 29,9%, diez años después había aumentado más de 20 puntos: 50,7%. Ese crecimiento reflejaba al menos dos situaciones: la demanda del mercado de mano de obra femenina -por características y capacitación, mejor que en los varones- y la necesidad de las mujeres de procurarse el sustento. Muchas de las mujeres jefas de hogar son solteras o abandonadas por sus parejas, y quedaron a cargo de sus hijos, a quienes deben mantener. Y en tercer lugar, en promedio, viven más que los varones -su esperanza de vida es 76 años, mientras que en el caso de los hombres arañan apenas los 69 años-.
En el interior -y en zonas rurales de la provincia-, también la migración -por cuestiones laborales- incide en que la mujer quede al frente del hogar. De acuerdo con un estudio del Copade -oficina de planeamiento neuquina- de hace dos años, realizado sobre una proyección a la población total de la provincia del método de la encuesta permanente de hogares, las mujeres son una legión de 44,9% de los desocupados de Neuquén, y de esa franja, el 56,6% tiene menos de 29 años de edad.

Hay 47.000 indigentes

NEUQUEN (AN).- Unas 47 mil personas en la provincia -capital e interior- están en la indigencia, y el 44,4% de esa franja no tiene trabajo. Neuquén figura con esas cifras entre las provincias con menos indigentes que la media nacional -de 10,2%- pero figura en el lote de distritos donde la desocupación en esa franja es mayor que el promedio el país.
Descartada Río Negro -porque la incidencia de la actividad rural es muy importante en sus conglomerados urbanos queda fuera de la medición bianual del Indec- la Patagonia está representada por Tierra del Fuego y Neuquén entre las que registran mayor proporción de población desocupada en la gente que vive con menos de dos dólares diarios -indigente-.
En cambio, las provincias patagónicas en pleno están debajo de la media nacional cuando se trata de relevar el porcentaje de población en esas condiciones. De las casi 50 mil personas calculadas en la provincia, casi la mitad reside entre la capital provincial y Plottier, y esa cifra, que representa el 9,2% del total de habitantes, es proporcionalmente inferior a Formosa -que tiene el 27,4% de indigentes-; Chaco -23,6%-; Corrientes -20,8%- y once jurisdicciones más.
Según esos datos -de la Encuesta Permanente de Hogares y Trabajo de la Nación-, la CTA demostró -en un estudio elaborado por su economista, Claudio Lozano- que la alta desocupación y la indigencia no van de la mano. En efecto, en el país, sólo en el 26,5% de los hogares más pobres el jefe de familia está desocupado, es decir que en el 73,5% está "mal ocupado", y apenas el 19,4% de los hogares pobres repite esa situación. Entre los indigentes, el 62% de los jefes de hogar tiene un empleo. Lozano explica que la relación entre desocupación e indigencia "no es directa" y en consecuencia, critica la aplicación de "políticas focalizadas que se focalizan mal".
   
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