Detuvieron a una ex concubina porque "mintió por dinero"

Silvia Córdoba dijo que la Policía Federal le había pagado para que mintiera. El Tribunal ordenó de inmediato que la detuvieran. Ya tiene una causa por el mismo motivo. Pero ayer además desconoció otra declaración. También por eso le iniciarán un expediente.

Cada parte pregunta a los testigos sobre lo que más le interesa

CIPOLLETTI (AC)- Fiscal, querellantes y defensores parecen tener cada uno un manual de preguntas básicas para formularles a los testigos. Aunque con matices respecto de quién se trate, nunca dejan de interrogar sobre los aspectos que más les interesa profundizar.
El fiscal Eduardo Scilipotti, por ejemplo, es el más preocupado por todo lo relacionado estrictamente con lo que se está juzgando, es decir, la responsabilidad de Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino en el triple crimen. Utiliza como guía lo que ya declararon los testigos en la instrucción y procura, como mínimo, que lo ratifiquen. Si hay margen para ello, pide ampliaciones.
Algunas veces ha levantado la voz ante los más reticentes a declarar y con otros se mostró comprensivo, justificando los baches de la memoria por el paso del tiempo. Ya anticipó que pedirá cinco causas por falso testimonio.
El querellante Fernando Dalmazzo, representante de la familia Villar, apunta siempre a desentrañar el rol de la Policía de Río Negro. Sobre todo en las últimas audiencias preguntó mucho respecto de las vinculaciones de González Pino con efectivos de la fuerza provincial. Los padres de la asesinada Verónica son los que más hincapié han hecho respecto de la existencia de un supuesto encubrimiento "político policial".
En cambio los defensores Eves y Gerardo Tejeda, que asisten a González Pino, preguntan siempre sobre el rol de la Policía Federal. El propio imputado dijo en su indagatoria que Rodolfo Artese, jefe de los federales que investigaron el caso, tiene "algo personal" en su contra.
"¿Cómo llegó usted a la causa? ¿A qué hora la hicieron declarar? ¿Estuvieron los federales en su casa?", son algunas de las preguntas que los defensores no dejan nunca de formular. La estrategia de ambos es clara: desacreditar a los testigos refiriendo que fueron presionados para declarar en determinado sentido.
En la audiencia de ayer se observó que el otro querellante, José O"Reilly, se dedicó a neutralizar esa táctica. Por ejemplo cuando el testigo Dávila arrojó sospechas sobre el comportamiento de los federales, el abogado recordó que Ramona Luna, esposa de "Condorito", fue condenada a cinco años de prisión por tenencia y transporte de estupefacientes. La investigación que permitió encarcelarla estuvo a cargo de la Federal.
Quienes han tenido poco trabajo en las dos últimas audiencias son Gustavo Viecens y Alberto Cariatore, defensores de Kielmasz. Pero se sabe que tienen un cuestionario listo para la semana próxima, cuando vuelva a hablarse del arma homicida.