Jueves 19 de abril de 2001

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La ex pareja ratificó su acusación contra González Pino

 

Sandra González fue la testigo central de la audiencia de ayer. Declaró durante tres horas y repitió la frase que incrimina a González Pino, su ex concubino: "El me dijo que las quiso golpear pero no matar". Su testimonio fue interpretado de distintas maneras.

  CIPOLLETTI (AC).- Tuvo olvidos y contradicciones, pero ratificó lo esencial de las tres declaraciones que realizó durante la instrucción. Sandra González, la ex concubina de Guillermo González Pino, reiteró que en la noche de los asesinatos su pareja llegó con salpicaduras de sangre en la camisa y que tiempo después le confesó su participación en el triple crimen.
"Me dijo que las había querido golpear pero no matar. Yo me enojé un montón, me calenté, lo insulté. Y me dijo que me olvidara de lo que había escuchado", relató González.
Su testimonio generó polémica y distintas interpretaciones de los abogados. Mientras la defensa dijo que se trataba de la declaración de "una mujer despechada" que "recita un libreto armado", los querellantes creyeron en sus dichos. "No importa cuánto tardó en decirlo, sino si lo que dice es verdad", afirmó José O"Reilly. "Me parecen creíbles los motivos por los cuales tardó tanto en declarar lo que sabía", opinó Fernando Dalmazzo. La fiscalía, por su parte, prefirió no hacer una valoración.
González respondió durante tres horas a un intenso interrogatorio. Sólo la defensa le formuló más de cien preguntas.
La mujer, que dijo ser ama de casa, le aseguró a los jueces que convivió durante cinco meses con González Pino. Fue a fines del "97, en la misma época en que ocurrió el triple crimen.
Según relató, el 9 de noviembre del "97 a la noche, su pareja le dijo que se iba a jugar al fútbol. "Llegó como a las 6, muy nervioso. Tenía la camisa tironeada, rota atrás y salpicada con sangre en el frente. Tenía manchas verdes en las rodillas, las zapatillas como si tuviera pasto pegado y rasguños en los hombros. Me dijo que había tenido una pelea en la cancha", sostuvo.
Aseguró que González Pino "era muy agresivo" y que habitualmente peleaba. Pero ayer la mujer no recordó que cuando su concubino volvió esa madrugada "no se reía" como lo hacía en otras situaciones similares. Lo ratificó cuando el fiscal Eduardo Scilipotti le leyó su declaración.
Fueron varias las intervenciones que realizó Scilipotti para ver si la testigo confirmaba sus testimonios plasmados en el expediente. Cuando el fiscal le leía, ella ratificaba.
Fue de esa manera, entre otros datos, que se pudo incorporar en el acta que esa noche González Pino llegó con un par de guantes de látex. "Uno lo llevaba puesto y el otro en el pantalón".
González contó que su pareja se cambió toda la vestimenta, dejó la ropa sucia adentro de un lavarropas que no funcionaba, y salió. Fue a comprar jugo, vino y droga. Cuando regresó se puso a tomar las bebidas e inhaló cocaína. Esa noche él no durmió.
El lunes al mediodía llegó a su casa Miguel Angel "Negro" Fernández y no salió. También por intervención del fiscal, la mujer recordó en su totalidad la frase que mencionó su pareja: "la cana anda muy grosa y no quiero caer por algo así".
Ella fue a la casa de su madre y le contó cómo había llegado Pino. Cuando regresó su concubino estaba lavando la camioneta con Fernández. La lavaron dos veces, con una manguera y escobas. "No era usual que él lavara los autos", dijo.
El martes su pareja salió temprano y al mediodía apareció con dos fajos de billetes de cien pesos. Puso el dinero debajo de un colchón.
Fue por estos fajos que días después tuvieron una discusión. No quedó claro en el debate por qué ella decidió esconderle el dinero y González Pino se molestó. "Me empezó a golpear diciéndome que le devolviera la plata y me apuntó con el arma. Me agarró del cuello y le quise pegar con una plancha. Después tomé un arma, le gatillé dos veces, después él me gatilló a mí. Apareció una amiga (Viviana Miranda) y le dijo dónde estaba la plata".
Estuvieron separados unos cinco días. Cuando se reconciliaron, y mientras recordaban hechos de la infancia, González Pino le confesó su participación en los asesinatos de las chicas. "Me dijo que las había querido golpear pero no matar".
Esta confesión la había aportado en su tercera declaración testimonial. Las partes insistieron varias veces para que explicara por qué no la dijo antes, si es que ella misma había reconocido ante el juez de Instrucción que sospechaba de la participación de su pareja en el triple crimen casi desde el primer día. La mujer dio dos motivos: uno, el temor por todo lo que había padecido sexualmente estando al lado de González Pino y el otro porque se iba acordando de detalles a medida que pasaba el tiempo.
Sin embargo en un momento de su relato dijo que "uno se puede olvidar de horarios o de la vestimenta, pero hay cosas fuertes que uno no se olvida".
González dijo conocer del barrio a Claudio Kielmasz, el otro imputado en el juicio del triple crimen.
Sandra González fue la última testigo que prestó su testimonio en la audiencia de ayer. Nueve testigos declararon, cinco de los cuales fueron consultados por la tercera versión que dio Kielmasz ante la justicia . El juicio sigue mañana.

La madre no se puso de acuerdo con la hija

CIPOLLETTI (AC).- Gumersinda Jorquera, la madre de Sandra González, se contradijo ayer en varios tramos de su relato y no pudo avalar totalmente los dichos de su hija, como lo hizo durante la instrucción.
La ex suegra de González Pino contó que en la madrugada del lunes 10 de noviembre de 1997, cuando ella se iba a trabajar, vio a González Pino que ingresaba al barrio Anai Mapu junto a Miguel Angel Fernández y otra persona que no alcanzó a distinguir. Iban en una camioneta Ford F100.
"No hubo nada que me llamara la atención", aseguró la mujer ayer, cuando en la instrucción había mencionado que le sorprendió que venían "a alta velocidad".
Cuando el fiscal intervenía porque notaba discrepancias con su declaración inicial, la mujer justificaba diciendo que "muchas cosas me he olvidado. Yo muchas cosas no me acuerdo".
Las mayores diferencias con el relato de su hija se dieron cuando describió qué sucedió esa tarde. Jorquera mencionó que ese mismo lunes, cuando regresó de trabajar, su hija le describió cómo había llegado su pareja la noche anterior y que "había lavado la camioneta". Contó que fue con Sandra hasta la casa de González Pino, a quien encontraron solo. "Vi la camioneta toda tapada con una lona", aseguró la mujer.
Sandra González, sin embargo, manifestó que ese lunes Miguel Angel Fernández estaba en su casa desde el mediodía. Junto a González Pino lavaron dos veces la camioneta.
El horario en que dice que ocurrió esto, coincide con el momento en que Jorquera asegura haber ido a visitar a su hija.
Jorquera reveló además que ese mismo día Sandra le dijo que sospechaba que su pareja podía tener algo que ver con el triple crimen. Pero todavía nada se sabía de la muerte de las tres chicas. Ella misma reconoció ayer "se sabía que se habían perdido las chicas. Lo vi por la tele".

"¿Dónde tenían a esta piba, estudiando teatro?"

CIPOLLETTI (AC).- Guillermo González Pino pasó ayer su peor día desde que se inicio el juicio por el triple crimen. Por primera vez reconoció tener miedo a que lo condenen, "aunque estoy tranquilo porque soy inocente", dijo desde la cárcel.
En diálogo telefónico con este diario, descalificó las acusaciones de su ex concubina Sandra González. "Es una mentirosa. ¿Dónde la tenían, estudiando teatro?. No sé que le pasa a esta piba", señaló.
A diferencia de otra veces, ayer se lo notó muy desanimado. "Me imaginaba que la audiencia de hoy (por la de ayer) iba a ser áspera, pero nunca pensé que iba a escuchar tantas "giladas"".
Al parecer, la presión lo superó. "Todos los ojos estaban sobre uno. La verdad es que estoy muy cansado. A esta altura del partido me da lo mismo si se descubre o no a los verdaderos culpables. Llega un momento en que uno revienta", dijo.
González Pino desmintió los dichos de su ex concubina sobre las prácticas sexuales a las que presuntamente era afecto. "Es una gran mentira. Sé que alguno de mis amigos o familiares me van a preguntar y voy a tener que poner la cara. Lo que pasa es que el que dice una cosa así no tiene ni idea el daño que puede hacerle a una persona que está en una unidad de detención", señaló.
Reconoció que no esperaba la pregunta del querellante José O"Reilly, quien pidió a Sandra González detalles sobre sus presuntas costumbres sexuales.
"Lo que pasa es que no tienen cómo llamar la atención de la gente. Si yo fuera tan terrorífico como ella dice, por qué le contó primero a la "Bonavena" (por Nelly Vera), en vez de hacer una denuncia en la policía o ante un juez", dijo.
También negó la supuesta pelea por dos fajos de billetes. "Nunca existieron los fajos. Ella me escondió 800 pesos que tenía, entre otras cosas, para pagar el alquiler. Cuando vino la mujer a cobrar, no me los quería dar. Se puso como loca y me apuntó con un revólver. "Si te acercás un metro te pego un tiro", me dijo".

¿Quién es Sandra González?

CIPOLLETTI (AC).- Se conocían de chicos, del barrio Anai Mapu. Pero fue recién en el invierno de 1997 cuando iniciaron una relación sentimental. Cinco meses convivieron en Cipolletti. Los suficientes, según dice Sandra González, para poder conocer qué clase de persona es Guillermo González Pino. "Es medio maniático, un degenerado", asegura.
Sandra González es una de los dos testigos protegidos que tiene la causa del triple crimen. Para el fiscal de instrucción, su testimonio fue "el basamento de la imputación de González Pino". Para González Pino, es una mujer que por bronca y venganza lo denunció.
Esta testigo que durante un tiempo trabajó en una clínica haciendo limpieza y cocinando, entre otras tareas, ya permitió la condena de un amigo de su expareja, el reventa Sergio "Condorito" Dávila.
Fue después de que declarara por el triple crimen cuando aseguró que Dávila la encontró en la calle y le recriminó por haber denunciado a Pino. "Me amenazó", afirmó. Mantuvo firme la imputación en el debate oral. Y Dávila fue condenado.
Sus extensas declaraciones también se trasladaron a la causa de asociación ilícita, una de las anexas al triple crimen que se ventiló a fines del año pasado.
En esta ocasión, comentó cuáles eran las relaciones que tenía su pareja con la policía, especialmente con el ex comisario José Luis Torres.
Ayer se presentó a declarar muy bien vestida. Costó sacarle las palabras, por momentos le temblaba la voz y jamás miró hacia su ex pareja, quien no le sacó la vista de encima.

   
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