Jueves 19 de abril de 2001 | ||
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La versión del secuestro quedó sepultada |
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Fue uno de los móviles de los asesinatos aportado por Kielmasz.Cinco testigos que declararon ayer la derrumbaron definitivamente. |
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CIPOLLETTI (AC).- La hipótesis del secuestro extorsivo como móvil del triple crimen, y la versión de que las destinatarias del ataque sufrido por las hermanas González y Verónica Villar eran en realidad las hijas de un empresario cipoleño, quedó desvirtuada ayer. Ante el tribunal declaró Jaime Alarcón, dueño de un supermercado de esta ciudad, y sus hijas Cecilia y Carolina, a las que Claudio Kielmasz señaló en su declaración del 28 de enero de 1998 como las verdaderas víctimas de una supuesta maniobra planeada por su hermanastro Torres, los hermanos José Luis y Marcelo Arratia, e Hilario Sepúlveda. Según esa versión, él tenía asignado el rol de "campana". El empresario aseguró que sus hijas jamás caminaron por las calles Circunvalación o Provincia de San Luis. Ellas lo ratificaron, y también negaron haber recibido anónimos telefónicos o cartas amenazantes sin remitente. Otro que declaró fue el policía Luis Alberto Rocha, de quien en un momento se dijo que cumplía adicionales en una de las cuatro sucursales de los supermercados Alarcón, y que era el entregador de las víctimas. Sin embargo, el uniformado aclaró que nunca realizó tareas de vigilancia en dichos locales, "ya que estaba trabajando en Cinco Saltos". Quien es empleada de la firma es Mabel Ríos, esposa de Rocha. La mujer aseguró que conoce a las hijas de Alarcón "desde que eran chiquitas, aunque desconozco sus actividades". La mujer declaró que por aquella época tenía una compañera de nombre Pamela, cuyo esposo o pareja era policía, pero que sólo trabajó un mes "para la época de las fiestas". Jaime Alarcón aseguró desconocer por qué se involucraba a su familia en el rumor. "Me preocupé mucho pero nunca actué con ira. No me quise preguntar por qué podría haber sido. Tampoco comentarlo con mis hijas para no preocuparlas, aunque no las podía tener encerradas". Además de confirmar que no salían a caminar por las calles Circunvalación y San Luis, ni ellas ni sus amigas, Carolina y Cecilia Alarcón dijeron que no conocían a las víctimas. En enero del "98, Kielmasz dijo ante el juez Pablo Iribarren que el ataque apuntaba a las hermanas Alarcón, ya que Torres, Sepúlveda y los Arratia habían planeado un secuestro extorsivo. "Sin embargo, se equivocaron de víctimas", aseguró en su momento el procesado. Además mencionó que el entregador era un policía custodio del supermercado, cuya esposa era empleada. No dio nombres, pero Rocha y Ríos se dieron por aludidos. "No tengo ni la más remota idea de por qué Kielmasz me menciona. No lo conozco y cuando apareció la noticia me preocupé y me presenté espontáneamente ante el juez Iribarren porque quería aclarar todo", dijo ayer Rocha. Su mujer coincidió en que no conocían al imputado "ni de vista", y también desconocía por qué la involucraban. El hecho de que Rocha no trabajara en Cipolletti no dejó dudas con respecto a su versión. Incluso sus dichos se vieron ratificados cuando Jaime Alarcón mencionó que los policías que trabajaban de custodia en sus supermercados "sólo lo hacían durante los fines de semana, y se iban rotando". Contradicciones por el día de un partido de fútbol CIPOLLETTI (AC).- Roberto "Loro" Gutiérrez aseguró ayer que el lunes 10 de noviembre del "97 fue a jugar al fútbol con Guillermo González Pino al complejo deportivo Espacio de Cipolletti. |
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