Lunes 9 de abril de 2001 | ||
MAS INFORMACION: Creen que la víctima intentó escapar por la ventana para pedir ayuda |
El asesino es ajeno al grupo familiar, dicen los padres |
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Elsa Febrer y Raúl Acuña se defienden de las sospechas que recaen sobre la familia en torno del crimen de su hijo, Sergio Javier, de 9 años. El matrimonio dice que le "resbalan" los comentarios que se escuchan en Cutral Co. La hija adolescente de los Acuña, una chica de 16 años, sostiene algo parecido. En una entrevista con este diario negaron su responsabilidad, pero no quisieron brindar detalles de la pista que los excluiría de la investigación. |
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CUTRAL CO (ACC/AN).- Los padres de Sergio Javier afirman que la familia es inocente y el asesino de su hijo "es ajeno al grupo familiar". Escuchan los comentarios del pueblo, pero les "resbalan". Critican a los investigadores porque no buscan otras pistas y protestan porque sospechan de su hija sin pruebas. La familia que integran Elsa y Raúl Acuña y su hija adolescente hablaron ayer con "Río Negro" en el comedor de su casa. La pareja recordó lo sucedido en la mañana del viernes 30 de marzo, de sus sentimientos actuales, pero se reservó detalles relacionados con la causa que investiga el fiscal Santiago Terán. y hablan de cómo se sienten hoy. ¿Cómo te sentís con los comentarios de la calle?, preguntó este diario a la chica de 16 años: "No, nada. No me va ni me viene", respondió. Luego comentó que no regresó a la escuela y enseguida su padre explicó que fueron aconsejados al respecto por las autoridades escolares. La hermana del pequeño de 9 años asesinado hace diez días en Cutral Co de un disparo en el pecho dice estar tranquila. La chica no parece tomar en cuenta las sospechas de los investigadores. "Mi hija está tranquila", dijo Elsa Febrer al responder sobre las versiones que la ubican como sospechosa. Con el consentimiento de sus padres, la menor respondió sólo dos preguntas. Elsa dice que no se sienten discriminados a pesar de los comentarios de la calle. " Más allá que la gente pasa y mira no es una presión porque no tenemos nada que ocultar", afirma esta mujer con gesto abatido. La chica es una joven delgada y alta. Dejó la silla que los padres le acomodaron junto a la mesa del comedor y se perdió por el pasillo hacia otras dependencias de la casa. Durante los minutos que estuvo en el lugar, arregló la remera que llevaba y se ató el cabello. Sobre la mesa del comedor, sitio donde se supone que le dispararon al niño de 9 años, había dos ramos de olivos porque ayer la religión Católica - culto que profesa la familia Acuña- conmemoró el "domingo de ramos". En la entrevista, el matrimonio nunca perdió la calma y con mucha claridad en sus palabras afirmó una y otra vez que son una "familia normal". Somos, dijeron, "como cualquier otra familia y no tenemos nada que ocultar". "El dolor existe. Lo que tenemos es una paz espiritual porque somos católicos creyentes. En todo momento pedimos una oración, no para el nene (por Sergio Javier), que sabemos que está bien, sino para nosotros", resaltó el padre. Y enseguida su mujer agregó "él está bien". Elsa explica que a partir del momento en que "nos damos cuenta que acá hubo una tercera persona fue un alivio. Y cuando decimos eso nos referimos a alguien ajeno al grupo familiar". Enseguida agrega que fue "enloquecedora" la ola de comentarios. "Llegaron a decir que yo lo había matado antes de irme", sostuvo la madre. Luego dijo que los primeros días se privaron de mirar televisión, escuchar radio o leer los diarios. Pero los comentarios llegaban igual, pese a la veda autoimpuesta. "Nos resbalaban. Nos enteramos que dijeron que (los hijos) eran adoptados por ejemplo", contó la mujer. Raúl, el marido, agregó: "Ante esto le digo a mi señora y ella me dice a mí cuál es tu verdad: yo le digo "ésta"". Elsa explica que el dolor por la pérdida del hijo quedó en un "costadito" por ahora. Sin embargo los Acuña afirman que están decididos a pelear para que se esclarezca el caso. "Tenemos que pelear y pelear y que se haga justicia. No puede ser que la bolsa se cierre acá (simula con sus manos una investigación limitada)", dice el padre del chico asesinado. Al mismo tiempo asegura que "no pueden acusar a mi hija cuando no saben". "Leímos que el fiscal prácticamente ha cerrado el caso y la respuesta está acá (por la tercera persona). Ni nosotros todavía sabemos que pasó acá", sostiene Elsa, la mujer, la madre de Sergio Javier, la víctima. El niño era un apasionado hincha de Boca CUTRAL CO (ACC/AN).- Sergio Acuña era fanático de Boca, jugaba al fútbol tres veces por semana (después de la escuela), amaba a su perra Paca y 24 horas antes de ser asesinado había descubierto la natación. "Estaba fascinado por la clase de natación", comentaron los padres. El niño cuya muerte conmueve a Cutral Co y Plaza Huincul era un buen estudiante y un enamorado del fútbol. Su pasión por Boca alcanzó incluso para que su mamá cambie de club. Elsa Febrer era de Ríver igual que el resto de la familia pero terminó siendo la socia del chico. Los padres comentaron que Sergio jugó en todos los puestos de fútbol, donde su entrenador lo bautizó "Richard". "Lo único que no le gustaba era atajar", contó la madre, quien además de llamarlo por el primer nombre solía decirle "Mi cielo". El padre le decía Javier, la tía Javito y la hermana Sergio. Cuando estaba aburrido, el chico le pedía a su mamá que suelte a la perra, cuya cucha está junto a la casa. "Má, estoy "abu" soltame a la Paca", es la frase que recordó nítida Elsa Febrer, que a punto estuvo de quebrarse en esa parte de la charla que mantuvo con este diario. Por qué las sospechas apuntan a la joven Fotos: El matrimonio Acuña junto a la mascota de la casa. Sergio Javier era un chico que disfrutaba del fútbol. |
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