Viernes 6 de abril de 2001

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Pierde fuerza la hipótesis de la caminata por calle San Luis

 

Las prendas de las víctimas no fueron cuidadas en el rastrillaje

 

José García reiteró que no era amigo del subcomisario Seguel

  CIPOLLETTI (AC).- "No niego que pueda haber tenido en mis manos la bolsa con las ropas de las chicas. Pero si lo hice fue por ignorante". El tapicero José "Gringo" García relató las desprolijidades que cometió la Policía durante el rastrillaje con dos perras entrenadas, aseguró que la bolsa que él llevaba tenía prendas de un hombre, y que cree que pertenecían a Horacio Huenchumir, el marginal detenido junto a Hilario Sepúlveda durante las primeras horas de la investigación.
Por otra parte, negó cualquier intento de demorar la búsqueda, tal como lo había señalado Ulises González. Ambos fueron careados.
García no descartó que le pueda haber alcanzado el paquete con las ropas de las chicas a alguno de los policías, "ya que yo iba en la caja de la camioneta junto a las perras y las bolsas". Agregó que "me tiraban en la caja de la "chata", donde además iba la comida de los animales".
El tapicero cipoleño señaló que el martes 11 de noviembre del "97 fue a la comisaría para avisar que había visto a tres jóvenes caminando por la calle San Luis. "Para mí eran las chicas que estaba buscando. Me di cuenta cuando la noche del lunes pasaron las fotos por la televisión" (ver aparte).
Con respecto a su participación en el rastrillaje, García aclaró que lo hizo como testigo. "Fui a la subcomisaría 69 porque a mí me gustan muchos los perros y quería ver los animales que había traído la Policía Federal. Cuando estaba en la puerta de la subcomisaría, me preguntaron si podía ser testigo de la búsqueda con las perras; respondí que sí porque quería colaborar".
García dijo ayer que además había otro testigo. "Pero... cómo es que se llama -trataba de recordar ante el tribunal-... Es un político conocido, che...-seguía pensando en voz alta-", hasta que en un momento giró su cabeza hacia la derecha y dijo "era él", señalando al legislador Guillermo Grosvald, sentado en la primera fila de la sala.
Tampoco ocultó la amistad que tienen con varios policías cipoleños. "Hace 48 años que vivo acá, soy nacido y criado. Conozco a cincuenta mil policías. Con algunos nos juntábamos en mi casa a comer cuando yo volvía de cazar".
Cuando se le preguntó quiénes iban, los comenzó a nombrar: "Iban Torres, Raylén, Nicosia...".
"¿Qué Torres?", le preguntó el querellante Fernando Dalmazzo.
"El Pollo", contestó inmediatamente, aludiendo al comisario José Luis Torres, quien fue condenado por integrar una asociación ilícita, y que está procesado por intentar plantar una prueba contra el marginal Hilario Sepúlveda.
Por su parte, Raylén fue uno de los efectivos que participó en la detención de Sepúlveda. El marginal resultó herido de arma de fuego, y posteriormente denunció que los policías intentaron fusilarlo cuando ingresaron a su tapera.
García se preocupó por resaltar que nunca mantuvo una amistad con el ex subcomisario Luis Seguel. Afirmó conocerlo de vista, pero reiteró una y otra vez que el ex jefe policial no iba a comer asados a su casa y que no integraba el grupo de policías con el que se frecuentaba.
"Yo me acerqué a colaborar y terminé acá, sospechado por todos de encubrir", protestó.

González y el "Gringo", frente a frente

CIPOLLETTI (AC).- Por primera desde que comenzó la investigación del triple crimen, un familiar directo de las víctimas fue careado con un testigo. Por disposición de la Cámara Segunda, Ulises González y José "Gringo" García discutieron sobre la supuesta pérdida de tiempo buscando el lugar donde el testigo dijo haber visto a las víctimas cuando caminaban por calle San Luis.
González, quien había declarado ante los jueces que García le generó desconfianza a poco tiempo de conocerlo, dijo: "paramos a unos 20 metros del secadero. Nos quedamos dando vueltas y no hubo certezas sobre el lugar que había dicho García. Al final no supe si las chicas venían caminando por la izquierda o la derecha de la calle San Luis".
"En el lugar permanecimos unos diez o tal vez quince minutos, y luego nos fuimos para el lado de la calle Esmeralda y Dos Esquinas", recordó.
Por el lado de García, dio la impresión de que no quiso discutir con Ulises. Abandonó la postura verborrágica que había mantenido durante su declaración y se limitó a opinar: "seguramente me habrá entendido mal".
Luego indicó que junto a ellos se encontraba "el doctor Guareschi, la periodista Alejandra Reyes y un hermano mío", aunque no sabe si ellos escucharon su diálogo con el padre de las chicas.
Después del careo, González dijo a la prensa que le había parecido un trámite irrelevante. "Hay puntos más importantes para discutir, por ejemplo la relación de García con Seguel", afirmó.

   
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