Viernes 6 de abril de 2001 | ||
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"Yo estaba muy tranquila y no lloré", aseguró Meraviglia |
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La amiga de María Emilia González aseguró que la noche de la desaparición no veía motivos para estar preocupada |
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CIPOLLETTI (AC)- "Es posible que dentro de su angustia, Ulises González haya pensado que yo tenía los ojos llorosos. Pero nada de eso, yo estaba muy tranquila". Alejandra Meraviglia se mantuvo ayer en que no sabe por qué asesinaron a su amiga María Emilia, a Paula y a Verónica. Durante una tensa declaración en la que nunca abandonó un tono suave y contenido, afirmó varias veces que la noche en que desaparecieron las chicas "no lloré porque no tenía ningún motivo". Meraviglia admitió que el sábado anterior al triple crimen había acordado con María Emilia que el domingo saldrían a caminar. Pero "el día estaba horrible y me quedé en Neuquén con mi mamá", explicó. Regresó alrededor de las 23 y vio el Renault 9 de los González estacionado frente a su casa del barrio Magister. "Lo primero que pensé es que María Emilia me esperaba. Después, una vecina me avisó que el auto estaba desde temprano y que había estado sonando el teléfono. Así que llamé a Ulises para contarle". Cuando el papá de las chicas llegó a su casa "yo no estaba preocupada, pensaba que María Emilia estaba en algún lugar", dijo la joven. -Ulises González dice que usted tenía los ojos llorosos -observó el fiscal Eduardo Scilipotti. -Creo que González, en su propia inquietud, pudo percibir eso. Pero yo no estaba ni nerviosa. Hasta ese momento no sabía nada, bueno, hasta el día de hoy no sé nada -respondió Meraviglia. -¿Usted no estuvo llorando? -Era tarde, yo estaba cansada. Y generalmente si corre viento se me ponen los ojos llorosos. -Entonces sí tenía los ojos llorosos. -insistió Scilipotti. -Puede ser, pero creo que González imaginó que yo había llorado. -¿Por qué no aclara de una vez por todas qué pasó? -se enojó el fiscal. -Le estoy tratando de explicar -siguió Meraviglia sin alterar su tono de voz- que a González le habrá parecido algo que no es. Hubo otros puntos ríspidos en el interrogatorio. Por ejemplo cuando aseguró que regresó de Neuquén en el auto de su madre (una testigo menciona un taxi) o cuando dijo que se mudó de la casa del Magister varios meses después de los crímenes. El fiscal tenía el dato de que había sido el mismo día del funeral, pero no pudo sostenerlo. Después declaró María Cecilia Ponce, una vecina, quien ratificó varios tramos de la declaración de Meraviglia. Por ejemplo, certificó que el domingo fue ventoso. También declaró que la joven se mudó del Magister meses después del triple crimen, por razones familiares y de estudio. Y señaló que no recordaba haber dicho alguna vez que la vio llegar en taxi. Después de testimoniar se sentó en la quinta fila de la sala junto a Meraviglia. El fiscal pidió que consten en actas las declaraciones de Ponce "porque oportunamente las voy a evaluar". Pudo aludir a un eventual falso testimonio. |
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