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Lunes 26 de marzo de 2001 | |
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Desocupados reabren Millacó para salvar su fuente de trabajo |
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Los "pioneros" de la planta lanzaron la idea cuando la juguera entró en convocatoria. Reconocen que es una tarea difícil, pero toman el desafío con gran optimismo. |
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 ALLEN (AA).- "La verdad que es una "patriada" lo que estamos haciendo, como están las cosas hoy en día... Pero no había otra alternativa porque todos estamos empeñados, con un mon-tón de deudas. Yo hasta tuve que vender muchas de las cosas que con tanto esfuerzo pude ir comprando durante años...". José Campos trabaja "desde toda la vida", según recuerda, en la histórica Cooperativa Fruti-Vinícola Allen Limitada de esta ciudad, primero ocupó un puesto en la bodega y más tarde en la planta de jugos de fruta concentrados. Hoy se lamenta de la situación que le tocó vivir junto a sus compañeros, desde hace poco menos de un año, cuando ésta entró en convocatoria. Allí pudo ver sucumbir lentamente el pasado glorioso que logró imponer esta firma en el mercado regional, ante un complejo panorama financiero. Y también le tocó ver de cerca cómo, junto a decenas de sus antiguos compañeros de trabajo, su única fuente laboral se iba esfumando. Tras casi un año de marchas y contramarchas, donde cada uno logró pasar a duras penas "la época de vacas flacas", un grupo decidió que "antes de perderla" ellos mismos podían encargarse de "sacarla a flote" nuevamente. Y también, junto a esto, se hicieron cargo de cambiar su propia realidad. Actualmente por intermedio del Sindicato provincial de Trabajadores de la Industria, Agua y Gaseosas (SUTIAGA) que los agrupa, se están tramitando los pasos legales que les permitirá elaborar "sus propios jugos". En forma cautelosa se encuentran dando los primeros pasos en este emprendimiento, en el cual se han embarcado, y que podría asegurarles nada más y nada menos que su futuro laboral. Un pasado glorioso La planta juguera se erigió en esta localidad desde fines de la década del "70 en la zona del Parque Industrial, y supo moler hasta "más de 35 millones de kilos de fruta en el año", asegura Campos, supervisor de mantenimiento, remontándose más de una década atrás en su pensamiento. Mayormente esta producción encontraba su rumbo en los mercados exteriores. Él como tantos otros, posee un pasado de más de 30 años en la cooperativa allense. Con una edad promedio de los "pioneros", de entre 40 y 50 años, el triste esquema de desempleo latente tornaba más crítica la situación para ellos. "Adónde vamos a encontrar un buen trabajo a esta altura", coinciden, seguros de poder lograr algún tipo de financiamiento que les permita comprar lo necesario y echar a rodar la planta. Con sabiduría "La idea surgió de un compañero, y después por intermedio del gremio la planteamos a los socios. A ellos los beneficia porque vamos a tener todo esto en funcionamiento", comenta Miguel Avilés (58), quien trabaja allí desde hace 23 años. Si bien desde hace escasas semanas están a cargo de la planta, de hecho aún resta formalizar un convenio con sus propietarios, se muestran confiados en que optaron por la mejor solución. Julio Pereira es prensista y electricista del establecimiento. Llega temprano cada mañana después de recorrer casi una decena de kilómetros en su bicicleta, desde la zona norte de Allen donde vive junto a su mujer y sus cuatro hijos. Asegura que de no haber sabido hacer "changuitas" en electricidad y soldaduras, "no se qué hubiera pasado con mi familia, porque mi esposa también estaba desocupada". "Con lo que sacaba de ahí con el subsidio que nos daban, durante el tiempo que esto estuvo parado, apenas si nos alcanzaba para comer", comenta con voz amarga. Sin embargo y a pesar de esto, en eso de "poner el hombro" a las cosas de la vida, parece no tener problemas. Conoce la planta y sus movimientos bien de cerca porque aquí comenzó a trabajar desde que "se molió la primer pera", afirma seguro y memorioso. "Todos trabajamos ocho horas, pero en lo más fuerte de la temporada si tenemos que hace 12 ó 15 horas, las hacemos. Y acá hay qué pasarlo..., cuando tenemos algo para comer traemos, sino simplemente comemos manzanas". Silvana Salinas |
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