Coloso patagónico
Cerro Tronador
 
 
El Cerro Tronador está a algo más de 100 kilómetros de Bariloche en un área de tal belleza que se ha desarrollado turísticamente en forma  independiente. El Tronador es un cerro de gran altura y se ubica en el límite con Chile. Se denomina Tronador por el sonido que producen los enormes desprendimientos de hielo y nieve de los glaciares de sus laderas.
 
 

El cerro Tronador está ubicado al suroeste de la provincia de Río Negro. Tiene una altura de 3478 metros sobre el nivel del mar. Fue escalado por primera vez el 29 de enero de 1934 por Germán Claussen.

Para acceder a él se debe salir de Bariloche en dirección a El Bolsón por la ruta 258. Se bordean los lagos Gutierrez y Mascardi hasta llegar a la bifurcación de la ruta, donde se toma la ruta 254 que es consolidada. Luego de 10 km. se cruza el puente sobre el río Manso y se vuelve a bordear el lago Mascardi. Continuando por esta ruta se llega a Pampa Linda, que posee seccionales de Gendarmería Nacional y de Guardaparques como también un pequeño caserío. Desde allí nacen varias sendas que permiten realizar caminatas y cabalgatas, en especial al Refugio Otto Meiling a 200 m de altura. Desde el refugio se puede iniciar el ascenso a alguna de las cumbres o encarar la práctica de esquí en el glaciar Castaño Overa. El trekking en la zona goza de gran popularidad, atrayendo a los amantes de este deporte por las características del área.

Del Monte Tronador se desprenden numerosas lenguas glaciarias, de las cuales la mitad son argentinas como el Frías, Alerces, Castaño Overa y Manso. En la base del monte, se puede acceder caminando hasta la misma lengua del glaciar manso, masa de hielo que descienden directamente del casquete de hielos permanentes del cerro  y que ha adquirido una coloración negruzca debido al arrastre de sedimento, hecho que motiva la denominación turística de “ventisquero negro”.

El ascenso Tronador es considerado peligroso y sólo apto para escaladores profesionales, con experiencia en  hielo y nieve a la cumbre del cerro, por el riesgo de avalanchas.