Miradores
Otra forma de ver las cosas
 
  El valle de El Bolsón cuenta como ningún otro lugar con numerosos miradores y puntos panorámicos orientados hacia los cuatro puntos cardinales, donde se dan una inigualable combinación entre el bosque, las chacras y el casco urbano, pequeño y extendido.
 
  La mayor parte de las elevaciones montañosas circundantes se hallan tapizadas de cipresales nativos hasta cierta altura. Más arriba, la roca y la nieve. Bajar la mirada es encontrarse con los cuadros de cultivo ya cosechados de frambuesa, lúpulo, frutales de pie; invernáculos, caminos vecinales bordeados de nogales amarillos y una que otra pequeña casa de chimenea humeante.

Los ríos Azul y Quemquemtreu pueden verse desde otra perspectiva, según el mirador escogido y hasta el lago Puelo, en la distancia, con el cerro Tres Picos de fondo.

Si el día es nublado o lluvioso, no hay que temerle a la salida, solo basta con un buen equipo para salir: abrigo debajo, capa de plástico o campera y calzados impermeables.

No hace falta más porque hacia todos los miradores se puede llegar de a pie o bien contratar un remís o un servicio de combi en cualquiera de las agencias de turismo habilitadas.

La ciudad de El Bolsón fue fundada el 28 de enero de 1926, cuando un grupo de vecinos creó la Comisión de Fomento de El Bolsón. Está asentada en un área poblada de bosques, desde el paralelo de 42º Sur, hacia el Norte, por el valle del río Quemquemtrue y conforma, junto con Lago Puelo, El Hoyo, Epuyén, Cholila y El Maitén, la Comarca Andina del Paralelo 42º.

Su nombre está dado por que –geográficamente- está sobre un lugar que asemeja a un bolsón. Se llega por la ruta nacional 258, que une San Carlos de Bariloche con El Bolsón, lo que permite un traslado rápido entre ambas ciudades turísticas y por la ruta nacional 40.