El cerro Otto alcanza los 1405m de altura. La corta distancia que lo separa de la ciudad permite llegar a pié o en automóvil. Desde Bariloche se debe tomar la ruta de los Pioneros. A unos pocos kilómetros se abre el camino de ripio que, bordeado en algunos tramos por un espeso bosque de lengas, llega a una confitería en el lugar denominado Piedras Blancas. Desde la cima del cerro puede visualizarse un amplio panorama del los lagos Nahuel Huapi, Moreno y Gutiérrez. Es una caminata larga que en las sucesivas curvas permite observar el Nahuel Huapi desde un punto un poco más alto. Divertida de realizar pero no para personas fuera de estado. El mismo camino puede ser usado con bicicletas o vehículos particulares. Si se desea usar el teleférico, se debe continuar por la Avenida de los Pioneros hasta el km 5. El Telefércio Cerro Otto ha ampliado sus servicios. Dos nuevos vehículos permiten llegar hasta la confitería giratoria, transportando 800 personas por hora. En época invernal su principal función es ascender a los turistas que utilicen las pistas de trineos. También pueden ser usadas por quienes emprendan excursiones con raquetas de nieve. El ascenso está incluido en los paquetes turísticos que ofrece el complejo pero también se pueden adquirir en forma separada. En verano, el teleférico es un paseo agradable en si mismo y permite acceder a la hermosa vista desde la cumbre. En el 2007 se inauguró en el cerro el “Otto Kart”, una pista de 300 metros para tirarse por un tobogán gigante. En invierno esta pista sirve para los trineos y fuera de la época invernal, acondicionada con plásticos y gomas, funciona como un tobogán gigante. Para disfrutar de los descensos por la pista se asciende en el funicular monorriel. Su diseño permite el deslizamiento con inflables especialmente preparados para esta actividad, por una de las tradicionales pistas de trineos, de 300 metros de longitud. Los visitantes también pueden disfrutar de un cruce por el puente colgante a 7 metros de altura y efectuar caminatas por el frondoso bosque, siempre acompañados de un guía especializado. Estas actividades se suman a la clásica visita a la galería de arte, en donde se exhiben las réplicas de tres magníficas obras de Miguel Ángel: El David, La Piedad y el Moisés. Otras opciones son pasar al microcine y observar un instructivo documental o visitar la Otto House Music, única disco en la cima de la montaña. Todas estas actividades están incluidas en el costo del ascenso en telecabina. En materia de gastronomía hay para todos los gustos. Se pueden probar alguna de las exquisiteces que ofrecen los tres espacios gastronómicos: la tradicional y exclusiva confitería giratoria, el snack bar y el refugio de la cumbre. Un dato no menor es que el complejo pertenece a la Fundación Sara María Furman, y que todas sus utilidades son distribuidas anualmente entre dos entidades de bien público, una de las cuales es el hospital zonal de esta ciudad. |