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El vía Christi, en el Cerro de la Cruz, a apenas unos minutos desde el centro de la ciudad tiene estaciones o “solados” (plazas secas de 12 metros de diámetro, que representan al sol), exhibe figuras decorativas construidas a mano, que representan imágenes de la vida de Cristo, de la beata Laura Vicuña, de la Iglesia, del pueblo mapuche, y de las culturas precolombinas. El autor de este diseño peculiar es el arquitecto especializado en arte sacro, Alejandro Santana. El parque temático discurre a lo largo de 2 kilómetros, con guías e informantes que acompañan a los visitantes explicando el significado de cada una de las estaciones y bajorrelieves. La obra en su totalidad anuncia la Buena Nueva de Jesús, y rescata la presencia de la Beata Laura Vicuña, exalumna de María Auxiliadora, quien vivió y murió en Junín de los Andes. Desde luego, también pervive Ceferino Namuncurá, exalumno salesiano y originario de estas tierras, cuya familia sigue viviendo en las cercanías. Ambos se presentan en la obra como modelos de adolescentes y jóvenes que desean seguir a Jesucristo. Uno de los ideadores de la cruz en el cerro fue el vecino Rodolfo Guillomet, junto al cura párroco Atilio Domper y otros vecinos, durante el año santo de 1950, imitando a los chilenos que habían decidido erigir una cruz en paso Tromen, en la misma frontera entre ambos países. Los vecinos para costear la obra hicieron rifas, empanadas, espectáculos, entre otras cosas, ya que en aquellos tiempos Junín era un pueblito pequeño y pobre que no podía aportar mucho. Esto hizo que se demorara la colocación de la cruz hasta el año 1952, aunque fue inaugurada y bendecida por el obispo de Mendoza, Alfonso M. Buteler, el 17 de marzo de 1954. La cruz tiene 8 metros de altura por 4 de ancho y pesa unas cuantas toneladas, dado que está construida de cemento armado. Los cálculos de obra los hizo un señor de apellido Loyola, la estructura la armó Mellado y la ejecutó la empresa Marré, de San Martín de los Andes. Actualmente se mejoró el acceso y se puede llegar en vehículo y existen ya habilitadas más de 10 estaciones de la Pasión de Cristo, entre ellas “La Sagrada Familia; “Dejen que los niños vengan a mi”; “El lavado de los pies”; “La curación del manco”; “Getsemaní”; “La flagelación” y “Cristo carga con la cruz”; aunque el lugar continúa dentro de proyectos para mejorar las instalaciones, y brindar a los visitantes otras opciones para disfrutar y recorrer el cerro.
Cada estación es acompañada por placas en relieve que reflejan paralelos entre la vida de Cristo, la fe proclamada por la Iglesia y la cosmovisión del pueblo mapuche y sus santos; todo en un circuito de unos dos kilómetros que rematará en una gran figura de Jesús, de 40 metros de altura sobre la cumbre del cerro. Es un mensaje de fe y esperanza para quienes lo transitan. En ese contexto, el Vía Christi es un ejemplo de sincretismo, de cruce afortunado entre culturas y fe, que revaloriza la historia de estas tierras. |