Fieles de todo el país se congregan anualmente para rendir tributo a Laura Vicuña. El santuario tiene más de medio siglo y está ubicado en pleno centro de la ciudad. Se llama Virgen de las Nieves pues la noche anterior a su inauguración azotó una fortísima nevada. El santuario alberga los restos del Padre Domingo Melanesio, primer salesiano evangelizador, quien se instaló en la zona en 1895.
El 8 de diciembre de 1999 se reinauguró la edificación, ya con la impronta del arquitecto Alejandro Santana. Entre sus reliquias cuenta con una vértebra de la beata Laura Vicuña colocada en una urna artesanal al ingreso del santuario.
· Vida de la Beata Laura Vicuña
Nació el 15 de abril de 1891 en Santiago de Chile. En 1893 muere su padre, dejando a la familia sin apoyo y en precaria situación económica.
Doña Mercedes, la madre de Laura, retoma su trabajo de modista y en 1899 emigra a la Argentina. Aquí va deambulando de un lugar a otro y pasa sucesivamente por Ñorquin, Las Lajas, Chapelco y finalmente Junín de los Andes. Se afincan en la Estancia de Quilquilihué, donde su mamá comienza a convivir con Manuel Mora, hacendado y dueño de la Estancia. Laura y su hermana Amanda van como internas al Colegio María Auxiliadora de Junín.
A los diez años es admitida a hacer su Primera Comunión y cuando su madre le trae regalos y golosinas al internado, las reparte entre todas sus compañeras, dando incipientes muestras de su generosidad.
Luego de un tiempo y cuando está fuera del internado comienza a ser asediada por Manuel Mora, a lo cual Laura resiste con firmeza, por ello el hombre ya no quiere pagar el internado forzando a la niña a quedarse en la estancia. Ante esta situación las Hermanas aceptan gratuitamente a Laura. Así continúa creciendo en sabiduría y gracia en el Evangelio, decidiendo consagrarse a Jesús, como hermanita.
La enfermedad ya empieza a dejar sus huellas, la notan débil, demacrada, con mareos. Apenas si puede alimentarse. La madre quiere llevársela consigo, pero en la Estancia la enfermedad se agrava. De regreso a Junín, otra vez despechado, Mora castiga duramente a Laura, que ya no se repondrá. Con las últimas fuerzas que le quedan se dirige a su madre pidiéndole que deje a ese hombre.
Después de recibir la comunión y la unción de los enfermos, Laura se despide de su hermana y de su madre. Esta le promete reconciliarse con Dios y empezar una nueva vida. A las 6 de la tarde de 1904, Laura Vicuña fallece. No había cumplido todavía los trece años.
El Papa Juan Pablo II la declara beata el 3 de septiembre de 1988, por el hecho milagroso, aceptado por las autoridades eclesiásticas, que fue la cura sorpresiva de la religiosa chilena Ofelia Lobos Arellanos, quien en su lecho de muerte recuperó la salud.
La Iglesia parroquial fue abierta en 1895, por el sacerdote salesiano Domingo Melanesio, que llegó al lugar doce años después de la fundación. En ella se levantaron dos colegios con el fin de evangelizar a los pobladores mapuches y tehuelches.