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Para los amantes del senderismo, Villa La Angostura ofrece un abanico de propuestas aptas para todo público. Sin necesidad de contratar un guía, se pueden realizar caminatas por el Mirador Belvedere y Cascada Inacayal, Selva Triste, Miradores de la Península de Quetrihue y Bosque de Arrayanes, Camino viejo al Espejo y lago Correntoso, entre otros El Bosque de Arrayanes, a 12 km. desde el puerto de Angostura, es una de las excursiones impostergables; se puede ir caminando (3 o 4 horas de trekking), en bici o en barco.
Otro circuito inevitable es la visita al Cerro Bayo y cascada del río Bonito en el camino al centro de esquí. Se puede acceder hasta la base, o bien, subir en las telesillas hasta los 1500 metros de altura y observar las magníficas vistas panorámicas del lago Nahuel Huapi, La Angostura y sus alrededores. No se necesita el estado físico de un maratonista o indumentaria de última generación. La práctica del senderismo sólo exige la capacidad de disfrutar de la naturaleza. Infinidad de senderos, huellas y caminos angostos surcan la intimidad del Parque Nacional Nahuel Huapi. Muchos fueron creados y transitados por misioneros jesuitas, militares y pobladores originarios. Otros, simplemente fueron consecuencia del trajinar de los animales. Con el devenir de los años, los prestadores de servicios han ido especializándose y diseñando excursiones alternativas a las típicas caminatas por el bosque. La oferta es variada: desde avistaje de ciervos hasta caminatas con raquetas de nieve, interpretación de flora y fauna o un recorrido histórico por las cumbres en el límite con Chile. ·Avistaje de ciervos La excursión dura todo el día, desde las 9 hasta las 19. Por la mañana se emprende el viaje hasta la zona de Brazo Huemul, a unos 45 kilómetros de Villa La Angostura en dirección a Bariloche. Allí, se inicia una caminata de aproximadamente dos horas por senderos de una estancia privada. A medida que el visitante se interna en el campo, la vegetación va cambiando. El bosque tupido y alto se deja atrás y caminamos por lo que se denomina “bosque de transición” –entre el bosque húmedo y la estepa– donde aparecen otras especies más pequeñas y arbustos. En una parte, se subirá una montaña y después se llegará al mallín donde se encuentran los ciervos colorados. Luego de un reparador almuerzo, y a modo de postre viene el avistaje. Se pueden ver desde 20 a 200 ciervos. Los ciervos no agraden al hombre, puesto que después de 90 años de ser perseguidos y cazados por él lo único que sienten es miedo.Finalmente, después de la experiencia se emprende el regreso con una caminata de otras dos horas hasta llegar a la ruta. |