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Hospitalidad, servicios, aventura.
Al márgen de los circuitos turísticos
tradicionales, Villa Pehuenia, una aldea de montaña
secretamente enclavada en un anfiteatro de cerros
y lagos, resulta el destino ideal para quienes anhelan
difrutar de sus vacaciones en un marco natural paradidíaco
que conjuga tranquilidad y diversión .
Situada a 1200 metros sobre el nivel del mar, en
el centro-oeste de la provincia de Neuquén,
ya tan sólo 10 km de la república
de Chile ( a la cual se accede a través del
Paso Icalma), la Villa se recuesta sobre uno de
los pliegues mas bellos de la cordillera de los
Andes. En esre rincón del sur, la naturaleza
regala a cualquier hora del día alguna de
esas postales que se graban en la retina y se guardan
en la memoria por largo tiempo.
El paisaje Subyuga. Conmueve. Emociona. Los lagos
Aluminé, Moquehue, bañan de azúl
profundo toda la geografía costera: un despliegue
irregular de cabos y penínsulas, bahías,
golfos y acantilados.
El verano enciende los colores que en el invierno
la nieve tiño de blanco. Y la paleta de colores
que se despliega en árboles y flores, en
aves y en gentes , es tan singular como las posibilidades
de disfrute que ofrece la Villa para quienes la
visitan. De noviembre a mayo hay pesca en sus distintas
modalidades, spinning, trolling, flycasting en una
diversidad de ambientes naturales que son irresistibles
para devotos de esta actividad.
Lagos y lagunas ofrecen aguas tranquilas para navegar
en embarcaciones con o sin motor, para completar
admirados el paisaje y desembarcar en cualquiera
de las playas de arena blanca. Si se prefiere la
aventura, las rápidas y cristalinas aguas
del río Aluminé, permiten la práctica
del rafting, con tramos exigentes (para navegantes
con experiencia) y otros menos rigurosos, adecuados
para quienes simplemente desean pasear por el río.
Y en tierra, a pie, a caballo, o en bicicleta de
montaña, la Villa y sus alrrededores descubren
sendas que se internan en la montaña, atravesando
bosques de araucarias, cohihues y lengas, donde
solo el silencio se interrumple por el graznido
de algún ave o la candenciosa melodía
de un curso de agua.
En vehículo las alternativas se amplían.
Quien viene a la Villa no puede alejarse de ella
sin visitar algunos de sus rincones más característicos,
aquellos que la tornan inigualable y la distinguen
de otros destinos cordilleranos:
Entre ellos:
Paseo del Arco, antiguo paso a Chile (ya desactivado),
donde se pueden apreciar bosques puros de araucarias
araucanas. El ciarcuito Pehuenia, un recorrido deslumbrante
de 130 km, que abarca los lagos Aluminé,
Moquehue, Nonpehuen, Ñorquincó y Pulmarí.
El Volcán Batea Mahuida, desde donde se divisan
las mejores vistas de la Villa y su entorno. Paraje
La Angostura y sus cinco lagunas, sitio de asentamiento
histórico de la comunidad mapuche Puel. Cuatro
opciones para vivir en este edén cordillerano
de la Patagonia Argentina.
Fuente: Pehuenia Magazine verano 2009
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