Con el objetivo de estructurar y dar respaldo institucional
a actividades de estudio, investigación,
divulgación, concientización y conservacionismo,
serios aficionados a las Ciencias Naturales organizaron
la Fundación alrededor de la cual han sabido
convocar a un gran número de colaboradores
y asesores que aportan tanto esfuerzo como conocimiento
para dar aun más firmeza al proyecto. En
todos los casos los participantes hacen su aporte
ad honorem. Biólogos, diseñadores,
geólogos, paleontólogos aficionados,
entomólogos y artístas organizan el
material a exponer, arman las vitrinas, redactan
y diseñan excelentes paneles informativos,
procesan fósiles para poder exhibirlos, proyectan
futuras muestras y archivan colecciones. El objetivo
es claro y loable, dándoles la energía
para alcanzarlo: acercar las Ciencias Naturales
en forma clara, didáctica y “desacartonada”
a los visitantes.
El puntapié inicial al patrimonio del museo
fue dado por los propios miembros de la fundación
que donaron sus colecciones geológicas y
paleontológicas. Luego se agregaron otras
donadas desde distintos puntos del país.
Finalmente, el museo se benefició con aportes
de exitosas campañas paleontológicas
de campo organizadas por la fundación en
forma sistemática desde el 2004. Estas colecciones
fueron sistematizadas, y organizadas, formando la
base de las prolijas, modernas y didácticas
exhibiciones del museo que aseguran un paseo agradable
e informativo.
Los fondos para costear todo este trabajo y la
puesta a punto del museo surgen en parte de un subsidio
provincial y en parte fueron donados por
instituciones y particulares de la región.
Además de las exhibiciones --que son una
seria muestra de la riqueza fosilífera de
la zona —el museo ofrece alojamiento a varios
grupos de investigadores algunos trabajando con
materiales propios y otros haciendo uso de las colecciones
del museo. Este trabajo es posible gracias a convenios
de colaboración firmados entre la fundación
e instituciones públicas y privadas del país
y el extranjero. “El MPCN, dice Pablo Chafrat
quien está a su cargo, “pretende crear
un espacio cultural que no se limite a la acumulación
de piezas, sino que alcance a la sociedad toda con
herramientas de integración entre las ansias
de conocimiento de sus ciudadanos, la actividad
docente y la creciente actividad científica
en la zona.” (Ver
listado de objetivos).
Una arquitectura adecuada da marco
al proyecto
El museo funciona en un amplio y moderno edificio
que cuenta con tres plantas. Al acceder al edificio,
el visitante encuentra el hall de recepción
y el merchandising del museo así como un
Mercado Artesanal de la Provincia de Río
Negro.
El primer piso ofrece un completo y atractivo circuito
didáctico de Paleontología, Geología
y Mineralogía, estando proyectado a futuro
reproducir aquí una escena del paleoambiente
del Cretácico de Río Negro con dinosaurios
en tamaño natural. Hoy el museo cuenta con
el modelo de un Abelisaurio, carnívoro que
caminó por estos suelos hace 87 millones
de años. El nombre de este dino es un homenaje
a Roberto Abel quien descubrió los primeros
fósiles del famoso Abelisaurus Comahuensis
y quien fundó el Museo Paleontológico
de Cipolletti.
En el segundo piso se encuentra un amplio espacio
destinado a galerías, el Auditórium
–totalmente equipado para sesenta personas,
y el bar temático donde se puede disfrutar
no sólo de un café sino también
de una hermosa vista de la ciudad.
En la planta baja también se encuentran
la administración del museo, y laboratorios
de investigación junto con un espacio para
alojar a investigadores visitantes. En el Laboratorio
de Ciencias de la Tierra se está trabajando
en la restauración y preparación de
material paleontológico del museo tanto para
estudio como para exhibición, aportando a
la preservación del patrimonio de la provincia.
En el laboratorio de Biodiversidad a través
de un convenio con la dirección de Fauna
de la Provincia de Río Negro, se trabaja
sobre egagrópilas de aves rapaces que permiten
un relevamiento de micromamíferos de la provincia,
además se preparan las colecciones de herpetología
y entomología del museo. En estos espacios
se instalará la Estación científica
Ítalo-argentina, proyectada en conjunto con
la Red Pangea (Italia).
En cada espacio se pone en evidencia el trabajo
de un grupo muy joven de colaboradores que han dado
su tiempo y ganas al proyecto y que han tenido en
cuenta hasta el último detalle. Una visita
imperdible y enriquecedora
Ubicación: Avenida Roca
1250 - General Roca
Horario de visita: miércoles
a sábado de 9 a 12 y 17 a 21, domingos de
15 a 22
Valor de la entrada: $5 adultos,
$2,5 menores, jubilados, pensionados y estudiantes.
Menores de 4 años entrada libre.
Se pueden organizar visitas escolares al
TE 02941 420030
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