Se llega desde Neuquén tomando la Ruta Nacional 22 hasta Zapala y luego empalmando con la Ruta Nacional 40. De la capital neuquina dista unos 401 km.

Es la puerta de entrada el norte neuquino y tiene varios lugares para visitar. La zona cuenta con diversos atractivos, como el Museo Manuel Olascoaga, antiguamente Fuerte IV División, que muestra desde fotografías de familias pioneras hasta utensilios indígenas, minerales, fósiles y otros elementos que hablan de la historia del lugar; la Casa Histórica del Neuquén, que fue la primera Casa de Gobierno del Territorio Nacional Neuquino, entre los años 1887 y 1904, la Biblioteca Manuel Olascoaga -la más antigua de la provincia-; la Escuela Primaria 327, ex Escuela 3 de Frontera con más de 100 años; el Archivo Histórico Municipal; la Casa de la Cultura Familia Dewey y la Parroquia Maria Auxiliadora, que tiene la particularidad de contar en su construcción con madera de las lagunas de Epulafquen transportada por bueyes desde ese lugar.

Tiene atractivos para disfrutar durante todo el año. Turismo cultural, religioso, de aventura, arqueológico, el turismo termal y gran cantidad de actividades como el campamentismo, el trekking (caminatas), cabalgatas, travesías en kayak, pesca, excursiones, montañismo, ecoturismo, entre otros, siempre priorizando el cuidado de los recursos naturales.

Dependiendo de la época de la visita se tiene también la posibilidad de disfrutar de la  Fiesta del Chivito, la danza, la canción y la Artesanía; se pueden degustar platos típicos como empanadas y cazuelas, y la tradicional ‘chupilca’, una preparación hecha con ñaco, cerveza o vino, destrezas criollas, desfile de jinetes con mulas y caballos, finalizando toda la fiesta con la elección de la ‘Buena Moza’.

Otro atractivo lo constituyen las llamadas veranadas: las familias campesinas mueven sus rebaños entre dos sectores distintos y alejados en busca de pasturas y agua para sus animales. Los arreos se producen en noviembre y la primera quincena de diciembre, tiempo durante el cual se inicia el camino desde la invernada hacia la veranada y el regreso se produce hacia la llegada del otoño, entre marzo y abril.

Para los amantes de la aventura, en Chos Malal se realizan encuentros de Vuelo a Vela en Onda de Montaña, organizado por el Club de Planeadores de Cutral Co, donde los participantes destacan las condiciones inmejorables que ofrece esta zona.

La localidad cuenta con hoteles, hospedajes, cabañas y posadas, restaurantes, asistencia médica, farmacias, gomerías, estaciones de servicio, confiterias y lugares de venta de artesanías del lugar, y demás servicios para recibir al visitante.

 

 · Atractivos de la Ciudad de Chos Malal

• Museo

El Museo Histórico Manuel José Olascoaga se encuentra emplazado sobre el histórico cerrito donde funciono el cuartel general de la IV División del Ejército Expedicionario durante la Campaña al Desierto de 1879.

A pesar de que se realizaron refacciones por su estado ruinoso, pueden aún apreciarse en su frente los escudos diseñados por el Coronel Manuel José Olascoaga.

En la entrada al edificio se pueden observar dos donaciones efectuadas por la Iglesia María Auxiliadora en el año l990: un trapiche (prensa para hacer vinos de orígen Italiano) y una máquina para tapar botellas. El resto del Museo Histórico se ha dividido en tres salas. La primera de ellas denominada “Coronel Manuel José Olascoaga” posee el escritorio del fundador de esta ciudad, objetos personales, fotografías de familia, armas que datan del año l879 y varias litografías efectuadas por él. Asimismo se pueden apreciar espuelas y estribos utilizados durante la Campaña al Desierto y dos banderas: una de la fundación de Chos Malal y la otra de la Primera Escuela.

En la segunda sala, que se conoce con el nombre de “Primeros Pobladores”, se conserva -a pesar del tiempo transcurrido- el techo original de carrizo, pichana y tientos. Además se encuentra la primera Imprenta del territorio, que comenzó a funcionar en el año 1888 aproximadamente. La misma pertenecía a la gobernación y de ella salió el primer períodico chosmalense denominado “La Estrella de Chos Malal”.

Se puede apreciar además un piano traído por Olascoaga, un armonio de la Parroquia María Auxiliadora y objetos varios entre los cuales se pueden destacar un carnet de conductor que data del 11 de enero de 1940 perteneciente a Ernesto Gessler y el poncho de uno de los pioneros de la zona, don Juan Luis Lafontaine (1890).

Finalmente en otra de las salas se exponen diversos instrumentos indígenas como hachas, jarrones, puntas de flecha, además de minerales del lugar y fósiles. También se pueden observar cuatro vasijas, chaquieras, fotografías de jarrones, huesos y hachas de piedra con mango pertenecientes al Cementerio Indígena de Caepe Malal.

• Casco histórico

La capital histórica del Neuquén ya no tiene las acequias, las alamedas, las vides que en otros tiempos fueron orgullo de sus pobladores y queda poco, por no decir casi nada, de los edificios de adobe que debieron preservarse en el tiempo porque forman parte de su historia.

El valle de Chos Malal se caracterizaba por sus calles surcadas de alamedas y árboles frutales, importantes espacios cubiertos de vides y, según cuentan los antiguos pobladores, todo esta estaba regado por acequias derivadas de un canal construido por los propios vecinos. Algunos de esos hombres, venidos de Mendoza, se quedaron en esta tierra, en pleno desierto y se arraigaron con sus costumbres. Trajeron la de edificación de adobe y la construcción de acequias.

Las anchas calles de tierra eran regadas por los vecinos con los llamados “regadores”, un palo en cuyo extremo se ataba una lata con la que se sacaba agua de las acequias. Chos Malal fue creciendo y con el progreso se fue perdiendo parte de ese patrimonio. Ningún gobierno tuvo en cuenta, al momento de planificar y de construir, que se estaba destruyendo parte del acervo cultural, la herencia dejada por los primeros pobladores.

En la esquina donde funcionó la Aduana sólo quedan algunos vestigios, pero sólo se trata de paredes de adobe derruidas, algunas ventanas y postigos de madera con barrotes de hierro.

Tampoco se preservó el edificio donde funcionó durante muchos años gendarmería nacional, donde además existió una sala de cine, ni tampoco el lugar donde Don Peri proyectó las primeras películas. Recién en 1995, cuando se sanciona la Carta Orgánica Municipal, se dedican algunas párrafos a la planificación y a la preservación del patrimonio cultural, natural, histórico, arquitectónico, ambiental y paisajístico.

Como testigo mudo del paso del tiempo, en la esquina de Belgrano y Sarmiento, existe una antigua casa de Ramos Generales. El lugar fue vivienda de la familia de Enrique Dewey y Ana Duperrut, data de 1914, siendo la primera casa de ladrillos elaborados en Chos Malal. El cemento utilizado provino de Inglaterra con pisos y cielos rasos y pinotea. Ese almacén de Ramos Generales funcionó hasta el año 1934.

Algunos añejos carteles azules con letras blancas, amurados a paredes de adobe, son también testigos del pasado de la ciudad. Quedan pocos, pero se pueden observar en las calles Belgrano, Justo y también Villegas.

En las afueras de la ciudad, a la vera de la ruta provincial 43 en la zona de chacras, una casa antigua también es testigo del pasado. La construcción, que data de 1920, fue propiedad de la familia Lembo y, posteriormente, pasó a formar parte del patrimonio de la familia de Juan Bautista Parada (padre) y luego a su hijo de igual nombre.

 

 • Escuela 327

Chos Malal atesora un pasado histórico sin igual: fue capital del territorio; pero en su rica historia merece una mención especial la educación, dado que una de las principales preocupaciones del fundador de Chos Malal, Manuel José Olascoaga, en su función de gobernante fue la de fundar escuelas. La tercera escuela comenzó a funcionar en Chos Malal, a los dos días de su fundación como capital, es decir el 6 de agosto de 1887.

La Escuela Primaria 327, ex Escuela 3 de Frontera, tiene más de 100 años de antigüedad. Dos escuelas antecedieron a ésta, como resultado de las gestiones efectuadas por Olascoaga en el Consejo Nacional de Educación: la escuela primaria mixta en Trocomán, a cargo de Don Severo Croso y la escuela de Ñorquín, actuando como preceptora Aurora Encina.

En Chos Malal la escuela comenzó a funcionar con material escolar transportado desde Ñorquín, dado que la escuela en este lugar no llegó a hacerse realidad porque la directora no pudo aclimatarse a la región.

Desideria Landestoy fue nombrada para regir los destinos de la nueva escuela, por cuyas aulas pasó el historiador Laurentino Olascoaga, hijo del gobernador.En el devenir de los años fue cambiando su denominación. De Escuela Común 15 Carlos Germán Conrado Burmeister pasó a partir de 1969 a Escuela de Frontera 3 por resolución del Honorable Consejo de Educación y recién hace tres años cambió a Escuela Provincial 327.

 

La escuela, a cargo de la directora Mirta Villalba, alberga a 750 alumnos en doble turno, 300 de los cuales concurren al comedor escolar. Posee un gimnasio y se dictan en el establecimiento talleres de carpintería,  costura y bordado, dibujo y cerámica, jardinería y huerta escolar.