Dentro de la localidad se desarrolla la Fiesta de la Lana y de la Cueca en el mes de diciembre, con la presentación de cantoras, jineteadas y destrezas criollas, exposición de artesanías y muestras del todo el proceso de la lana. Es una fiesta cuyo objetivo es difundir las tradiciones y costumbres de los viejos pobladores de la región, caracterizada por la cría de ganado.

Por otro lado, el turismo religioso está representado por el desarrollo de la  Fiesta de San Sebastián, y con la construcción de la capilla en 1945 donde se reciben fieles de distintos puntos de la provincia y del país cada 20 de enero.

San Sebastián nació en el Siglo III en Narbona –sur de Francia–, poco después del nacimiento sus padres se trasladaron a Milán donde se crió y recibió educación cristina.

Soñó con ser militar y apenas cumplió la edad necesaria se hizo soldado, a los 22 llegó a ser capitán y luego Guardia Imperial, justo al momento que se desencadenó una nueva persecución contra los cristianos, la décima y más cruel desde hacía dos siglos. Descubierto por el emperador fue sentenciado a muerte. Una mujer de nombre Irene que pasaba por allí pidió su cuerpo para realizar los funerales, pero al llegar a su casa junto a un médico descubrieron que estaba vivo. Una vez recuperado decidió enfrentar nuevamente al emperador y fue condenado a su segundo martirio, lo azotaron y apalearon hasta que murió y su cuerpo fue arrojado donde tiraban la basura, pero los creyentes dicen que como el Señor quiere que se honre a los que mueren por El permitió que Sebastián se apareciera a una mujer, quien lo enterró.

En el norte neuquino la tradición religiosa llegó desde Chile. La devoción se remonta al año 1580, oportunidad en la cual se funda San Bartolomé de Chillán, donde los conquistadores españoles instalaron una imagen de San Sebastián. Alrededor de 1942 llegó a la zona el primer misionero salesiano, llamado Padre Gardín, estableciendo en cada una de las comunidades una capilla con su patrono y en Las Ovejas fue San Sebastián.