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Está
comprobado que no desayunar tiene efectos indeseables
sobre la capacidad mental y física y entorpece
el desarrollo de actividades durante todo el día.
¿La explicación? Si despúes
de ocho horas de sueño el cuerpo no recibe
combustible externo, no dispone de la concentración
óptima de azúcar en sangre, necesaria
para que el cerebro y los músculos funcionen
a pleno. El organismo intenta compensar la escases
de nutrientes con una serie de cambios hormonales
que se producen en las primeras horas de la mañana,
pero este paliativo no va mas alla de las once.
Estudios realizados en un grupo amplio de niños
en edad escolar han demostrado que el rendimiento
y las posibilidades de aprendisaje disminuyen cuando
no se alimentan al levantarse: cometen más
errores en pruebas relacionadas con la memoria y
la captación visual. Asímismo, los
niños que desayunan, muestran menos problemas
de sobrepeso que los que no lo hacen. La capacidad
para hacer ejercicio se ve afectada por la falta
de la comida matinal en cualquier edad.
Cuando se suprime el desayuno es imposible cubrir
durante el resto del día los requerimientos
de algunos nutrientes, como el hierro y la vitamina
C, aunque estén presentes en buena cantidad
en otras comidas. Por todo esto queremos brindarle
una guía práctica para empezar el
día con alegría.
El desayuno saludable:
Para satisfacer las necesidades de calorías,
proteínas, vitaminas, y minerales, debemos
comer alimentos de cinco grupos:
-Lácteos y derivados
-Carnes y Huevos,
-Hortalizas y frutas,
-Cereales y legumbres,
-Grasas
Un sexto grupo, que no es fundamental pero aporta
variedad y placer, incluye infusiones, azúcar,
gelatina, dulces y condimentos.
El desayuno inteligente combina tres alimentos de
los cinco grupos escenciales y agregados del sexto
a elección.
Algunos ejemplos:
-Leche, copos de cereal y frutas.
-Yogurt, jugo de frutas, pan con mermelada e infusión.
-Queso, fiambre magro, galletitas saladas, café
edulcorado.
-Ensalada de frutas, bizcochelo, ricotta y leche
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