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Un poco de Historia
En una demostración irrefutable
de la confianza de la ciencia en las bondades del
vino, un laboratorio de especialidades medicinales
tuvo la iniciativa de dedicar a esta noble bebida
una serie de publicaciones. En una de ellas aparecen
apostillas relativas a la cultura del vino, que
aquí compartimos con nuestros lectores.
- El vino es la bebida mas antigua elaborada por
el hombre.
- En la época de Cicerón circulaban
por la metrópolis del Imperio Romano vinos
de Cataluña y Tarragona.
- Para comprobar si una tierra es apta para la
vitivinicultura, los romanos disolvían
una muestra en agua dulce, la filtraban y la degustaban.
- Sembraban la vid al pie de robles, para que
la planta trepara y el fruto colgara.
- Una vez hecho el vino, lo añejaban en
madera.
- Galeno, el padre de la medicina, lo consideraba
el mejor antiséptico.
- Durante un largo tramo del medioevo, el agua
pura -transmisora de enfermedades- fue considerada
nociva.
- La aceptación y difusión del vino
obedece a múltiples razones; entre ellas,
que puede conservarse largo tiempo.
- Las órdenes religiosas desarrollaron
la indústria durante la edad media. Benedictinos,
Cirstenciense y dominicos organizaron el cultivo
en grandes viñedos e hicieron de la tonelería
un arte.
- Por la misma época, un monarca francés
mandó a organizar una degustación
evaluativa en la que participaron más de
setenta vinos de España, Mosela, Alsacia,
Epernay y otras zonas. Ganó uno procedente
de Chipre.
- La ceremonia del vino alcanzó su plenitud
en las cortes europeas, especialmente en francia,
durante el renacimiento.
- "El champagne es el único vino que
una mujer puede beber permaneciendo bella",
aseguraba la transgresora Jeanne_ Antoniette Poisson,
Marquesa de Pompadour, influyente dame en la corte
de Luis XV.
- Napoleón decía que nada hace que
el futuro se vea tan color de rosa como contemplarlo
a través de una copa de chambertin (chambertin-close
de Bäze, vino favorito del emperador)
- El vino es el mas saludable e higiénica
de las bebidas y el buen vino es el resultado
de una sucesión de accidentes afortunados.
Lo sostenía nada menos que la calificada
opinión de Louis Pasteur.
Por Jorge Dengis
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