PERFIL
Hombre ligado al sector |
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-¿Se pueden sostener los precios del petróleo tan altos en el tiempo?
-Con las tropas angloamericanas peleando en Irak, la prima de guerra va a seguir presionando sobre la cotización del petróleo. Algunos señalan también que existen problemas de oferta pero hoy la realidad muestra que la prima de guerra se ubica en torno de los 10 dólares.
-Eso quiere decir que el precio tendría que estar en 26 dólares sin guerra, ¿no es alto?
-Sí, pero el tema pasa también por los problemas de oferta generados por Venezuela y las restricciones de la OPEP. Eso también presiona sobre los precios.
-¿Cómo puede evolucionar la cotización este año?
-Todo dependerá de cuánto dure la guerra y de si los objetivos estratégicos de Estados Unidos se cumplen en tiempo y forma. En un escenario optimista para George Bush y sus aliados, con un abastecimiento normalizado y una demanda debilitada, los precios tenderán a bajar hasta ubicarse en los valores compatibles con el desarrollo de las economías desarrolladas.
-¿Puede identificar ese valor?
-Con este escenario, estamos previendo hacia el tercer trimestre del próximo año un valor del barril por debajo de los 20 dólares. Pero siempre teniendo en cuenta un conflicto bélico corto, expeditivo, con cambio de régimen, con una gradual apertura de las reservas a las inversiones y una señal poderosa para los otros países de la región de que Estados Unidos usa este conflicto como una especie de "guerra preventiva" ante la posible reacción de los otros regímenes que hoy se encuentran en esa zona.
-¿La OPEP va a permitir esta conducta?
-Todo depende de la efectividad del golpe de la guerra y de los efectos de la misma en la región. Lo que se busca es disciplinar la oferta porque en la OPEP conviven dos grupos de países: los que tienen bajos niveles de reservas y pujan por maximizar precios en el corto plazo, y aquellos que tienen elevadas reservas y prima el concepto de precios estables sostenidos en el mediano y largo plazo. Entonces todo esto va a empezar a jugar dentro del nuevo esquema de oferta.
-¿Qué pasa si las cosas no salen como quiere Estados Unidos?
-Vamos a encontrarnos con un escenario de precios altos en el crudo. La inestabilidad del mercado puede profundizarse con los efectos negativos que esto traería aparejados sobre la economía mundial. Bueno, hay que entender que toda guerra es una "caja de Pandora", se sabe cómo comienza pero nunca cómo termina.
-¿De qué valores de crudo se puede hablar en este escenario?
-Depende de cuán comprometido quede el suministro de petróleo que sale de esa área de conflicto. Una guerra rápida y circunscripta sólo al territorio iraquí es lo que busca Estados Unidos. Si el conflicto perdura en el tiempo y se expande geográficamente, las posibilidades de cortes de suministro aumentan y, ante las expectativas de una menor oferta de crudo, los precios seguirán subiendo. Para ser más preciso, habría que ver cómo quedan las instalaciones de evacuación de petróleo de Medio Oriente una vez finalizado el conflicto. Si se compromete esa logística, las cotizaciones pueden ser mucho más elevadas que las actuales.
-¿De qué precios está hablando?
-Dentro de un escenario complejo como el que mencionamos, el crudo puede llegar a 50 ó 60 dólares. Es arriesgado definir valores porque no está claro el escenario ya iniciada la guerra con Irak. En este sentido se escuchan muchas locuras. Sólo hay que recordar lo que dijo en su momento Osama ben Laden sobre el precio que se debía pagar por el petróleo de Medio Oriente: 144 dólares el barril. Obviamente yo diría que no da para tanto, pero es opinable. Frente a este panorama de incertidumbre Estados Unidos busca el acceso seguro a las reservas existentes hoy en Medio Oriente para lograr un precio que responda mejor a los fundamentos petroleros anticíclicos. Porque así funciona -o debería funcionar- la economía para este tipo de producto. Cuando bajan los niveles de crecimiento de la economía mundial caen los precios del petróleo por una retracción del consumo y esta baja de las cotizaciones ayuda a la recuperación de la economía. Con la economía robustecida aumenta la demanda de crudo. Los precios se inflan de tal manera que generan efectos recesivos y enfrían la economía mundial volviendo al inicio del ciclo descripto. Es evidente que al estar carterizada la oferta de crudo estos ciclos están condicionados, lo que afecta a aquellas economías que tienen como patrón excluyente para el desarrollo de la misma el uso del petróleo. En la medida en que los precios sigan altos se adelantará la economía del hidrógeno, que en definitiva va a ser la que reemplace el esquema tradicional de combustibles fósiles. Ya nadie duda que esto se viene, lo que falta definir son los tiempos de aparición en escena. Puede existir un traspaso traumático si el precio del crudo sigue alto o existir una transición ordenada si el crudo se mantiene con precios compatibles con el desarrollo económico de los países industriales. Esto es sinónimo de un precio del crudo por debajo de los 20 dólares.
-¿Cómo afectará la guerra a la Argentina?
-La severa crisis económica por la que atravesó nuestro país en el 2002 determinó que se retrajeran las inversiones y hoy no podemos aprovechar plenamente los altos precios del mercado. Las estadísticas muestran que durante el año pasado la producción cayó cerca del 3%. Hacia principios del 2002 estábamos trabajando con un presupuesto que contemplaba un crudo de 19 dólares. Hoy ese precio está por encima de los 28 dólares, pero por la falta de definiciones políticas y señales claras, el sector determinó un corte de las inversiones para exploración de nuevas cuencas.
-Las empresas dicen que hicieron inversiones...
-Sí, pero no las necesarias en exploración. Lo que se hizo fue mantener el nivel de desarrollo sobre las cuencas que ya existen en producción. Es decir, se perforaron más pozos sobre donde ya se sacaba petróleo. Lo que hay que hacer es buscar nuevas cuencas.
-¿Por qué no lo hacen las empresas?
-Bueno, por lo que dijimos antes. No hay reglas claras en un escenario donde se cambian las reglas de juego en forma constante. Hacia principios del año pasado se colocaron las retenciones a las exportaciones y en forma continua el gobierno amenaza con subirlas. ¿Cómo una empresa puede invertir con este panorama? Esta es una actividad de largo plazo. Los proyectos que se presentan contemplan años de producción y es por ello que una empresa tiene que tener claro ese horizonte de largo plazo. Hoy eso no existe en el país y las retenciones poco ayudan a clarificar el panorama.
-¿Pero las retenciones son necesarias para el gobierno?
-Sí, pero es un gravamen regresivo para la actividad. Cuanto más altas sean las retenciones menores son las inversiones que llegarán. Por otra parte, la Argentina no es un "gran productor" de petróleo como para pensar que la productividad de sus pozos puede compensar esta mayor carga impositiva. En el Brasil yo presento un proyecto exploratorio para la extracción de crudo, ¿y a qué precio voy a sacar ese petróleo? A precio internacional. Lo mismo pasa en Bolivia o el Perú. Ahora, cuando los inversionistas analizan el caso argentino, por el precio del crudo que extraen cobran el valor internacional menos el 20%. Obviamente, cuando se les pregunta dónde van a invertir, contestan que en el país que no tiene retenciones. Por ello es imprescindible que el gobierno cambie de estrategia buscando mantener los niveles de recaudación sin afectar futuras inversiones.
-¿Cómo se puede hacer esto?
-Uno de los puntos es no cobrando impuestos al final de la cadena sino al comienzo. Se pueden eliminar las retenciones y aplicar un mayor gravamen a boca de pozo. La recaudación sería la misma.
-¿Aumentar las regalías?
-Puede ser un ejemplo. Hay que señalar que las retenciones hoy las cobra la Nación y nada va a las provincias de donde se saca ese petróleo. Los estados productores tendrían que hacer un serio planteo al respecto ya que por un lado el Estado nacional no sólo toma impuestos sobre recursos que son potestad de las provincias sino que compromete las inversiones que puedan llegar a esas regiones. Por todo esto los derechos a las exportaciones son también impuestos regresivos.
-¿Por qué si recauda lo mismo la Nación no acepta el planteo de cobrar impuestos al inicio de la cadena?
-Puede ser por un problema de control y efectividad en la recaudación. Todo lo que va para exportación es fácil de controlar y obviamente, de recaudar. Por otro lado, la necesidad de generar ingresos fue tal que se optó por lo más fácil: poner retenciones. Habría que dejar libres los precios de venta de referencia y trabajar sobre los costos para hacer atractivas las nuevas inversiones. Sin inversiones la producción seguirá cayendo porque no hay nuevas trampas geológicas para explotar. El pronóstico de inversión se va a mantener durante este año porque no se ve un panorama clarificador que nos muestre hacia dónde vamos.
-¿Lo dice por los comentarios de los candidatos que piensan en crear una nueva empresa estatal?
-Yo creo que este es un concepto hecho para la campaña. Es un concepto del pasado. Quiero recordar que a la YPF estatal la fundieron porque nunca la dejaron trabajar como una empresa. Había una caja negra que desfinanciaba los balances, no había ganancias, no se hacían inversiones, al no tener inversiones no había reposición de reservas y terminábamos importando petróleo. Pero supongamos que se toma la decisión. Primero: ¿qué pasa con las concesiones que se dieron a las empresas? ¿Se las van a cortar? Segundo: los recursos son hoy de las provincias, ¿cómo se inserta el concepto de una empresa del Estado nacional con las provincias dueñas del petróleo? Tercero: ¿de dónde va a sacar el Estado los 1.500 millones de dólares que se necesitan para poder sostener reposición de reservas y nivel productivo? Cuarto: suponiendo que en años la Argentina consigue conciliar estos tres requisitos, yo creo que el mundo ya va a estar apuntando a la nueva energía del hidrógeno. Me parece que es mucho más realista asumir que nos "fumamos" la YPF estatal y comenzar a trabajar sobre la energía del futuro. La Argentina en este sentido está en condiciones ideales para comenzar a trabajar con el hidrógeno. Tiene las fuentes renovables de generación que pueden ser el viento y el agua, y tiene asegurada la distribución de este elemento a través de los ductos de gas que hay instalados en todo el país.
-Mirando hacia delante, ¿la prórroga de Loma de la Lata fue un hecho positivo?
-Bueno, acá hay dos actores. Fue positivo para la provincia y la Nación, más porque se estaba hablando de reservas gasíferas en donde se tienen que dar señales políticas claras para el mediano y largo plazo. Por otra parte Repsol pagó un canon del orden de los 300 millones de dólares. En este sentido creo que no es tan traumático dar una prórroga de gas como sí puede serlo una de petróleo. El otro actor fue la empresa. Para ellos fue un pésimo negocio teniendo en cuenta que a partir de enero del año pasado se pesificó el precio del gas en la Argentina. Yo creo que si Repsol hubiese tenido el dato de la devaluación y pesificación de los servicios, otra hubiese sido la historia.
-¿Se puede sostener por mucho tiempo más el precio del gas en estos niveles?
-No. Yo creo que el próximo gobierno lo primero que tendrá que hacer es sentarse a conversar con las empresas sobre este tema. Muchas de ellas están compensando sus pérdidas con los buenos precios que obtienen por la venta de petróleo, pero eso en algún momento se va a acabar. Es lamentable cómo se han cambiado en el país las reglas de juego en forma unilateral.
Javier Lojo
jlojo@rionegro.com.ar
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