|
|
|
|
|
"Está claro que el modelo eléctrico que rigió durante los "90, de continuar el esquema actual, es imposible de aplicar. Claro que todo depende de quién gane las elecciones de este domingo, porque el modelo del nuevo gobierno salpicará al sistema regulatorio nacional y al de cada provincia". La idea es de Norberto Bruno, el gerente general de Edersa, que debe conducir la empresa distribuidora de luz en Río Negro en estos tiempos de incertidumbre en el mercado.
En esta entrevista, mantenida el jueves en las oficinas centrales de la empresa en Cipolletti, el directivo, que llegó a Edersa en el 2001, aprovechó para criticar al Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) al que le atribuye una falta de comprensión de la situación que vive el sector y la compañía rionegrina en especial.
"No me pueden exigir que cumpla con un contrato de concesión en condiciones ideales cuando la tarifa está lejos de esas condiciones", fue la advertencia de Bruno.
Además, le envió un mensaje al presidente del EPRE, Enrique Oehrens: "Sería una imprudencia por parte del Ente Regulador agregar incertidumbres de potenciales despidos o malestares respecto de bajas salariales.
También reveló que la primera cuota de este año de los intereses de una deuda en dólares de 70 millones que tiene la empresa fue cancelada en marzo con fondos aportados por los accionistas y no por la empresa, tal como quedó establecido cuando se aceptó la fusión por absorción de Edersa con el holding controlante.
Advirtió una vez más que sería catastrófico que se dejara sin efecto la orden judicial que le impide a su principal proveedor, Turbine Power, facturarle con valores por encima del mercado mayorista porque tiene prohibido, por la autoridad regulatoria, trasladar ese sobrecosto a sus clientes.
Es más: dijo que si esa medida judicial se cayera, Edersa se fundiría a los dos meses. La decisión está en manos del Superior Tribunal de Justicia.
El compromiso que asumieron los accionistas de la compañía de avalar la deuda en dólares que contrajeron para quedarse con la concesión, se hizo efectivo este año, cuando, en marzo, Edersa no pudo cumplir con el pago de los intereses, de un millón de dólares, que fueron afrontados por los socios.
-¿Cuáles son las expectativas de Edersa para lo que queda del 2003 y para el 2004, especialmente en cuanto a la demanda de energía?
-En lo que va del 2003 se han cumplido las previsiones. Este modelo económico ha favorecido fuertemente a la zona del Alto Valle, lo que generó que en lo que va del año estemos, en ventas, un 8% por encima de igual período del año pasado. En el renglón residencial el aumento fue de sólo el 2% y se notó con más fuerza en el comercio y en la industria. Estamos estimando que habrá ahora una caída notoria por la demanda estacional, pero calculo que estaremos terminando el año con un 4 ó 5% más de venta de energía.
¿En esto influye el repunte industrial?
-Lo que se dio es una mejora sustancial en la venta a grandes clientes, pero es llamativo el incremento del sector comercial, que creció más que la media: un 10,8%.
¿A qué es atribuible?, ¿a que se abrieron comercios?
-Es factible que se hayan abierto comercios. Me imagino que lo que pasó fue que comercios que cerraron por la depresión del 2001 comenzaron a reabrir sus puertas.
¿Qué tipo de comercios?
-Hablamos de supermercados y de locales en general.
¿Y en lo que hace a lo turístico?
-Lo turístico lo vemos en las ventas a la Cooperativa de Bariloche (Edersa es proveedor de la CEB), que ya habían crecido en el 2002, cuando el resto de la provincia no creció.
¿Qué le pediría al nuevo gobierno?
-Se lo pediría al actual gobierno provincial. Las políticas nacionales nos impactan en la macroeconomía de la empresa, pero en la microeconomía entran las decisiones del poder concedente, que es la administración provincial.
Y le pediría aumento de tarifa…
-Le pediría que termine el proceso de revisión tarifaria que iniciamos en noviembre del 2001, que nos genera grandes problemas. Uno es interno, porque nuestras finanzas se van deteriorando.
Del total del gasto de la compañía, un tercio se utiliza en el pago de salarios (el sueldo medio es de 1.100 pesos y el costo, de 3.100 por mes). El gobierno nacional obligó a la compañía a aumentar esa erogación en 60.000 pesos por mes, sin que exista un reconocimiento en la tarifa.
Pero la revisión tarifaria está resuelta hace tiempo con un nuevo cuadro que comenzará a regir el mes que viene.
-La revisión tarifaria no terminó porque hay un recurso interpuesto por Edersa hace tres meses, que no ha sido resuelto. Es más: el mismo EPRE (Ente Provincial Regulador de la Electricidad) solicitó en el "mientras tanto" un período para estudiar mejor nuestro recurso. Si en este proceso, el Ente Regulador me dice que debo reconocer sólo un porcentaje de los sueldos que estamos pagando, lo que deberíamos hacer es sentarnos con el gremio y decirle "tenemos que bajarles el salario en un 10 ó 15%, porque lo que el Ente dice que debe pagar de sueldos una empresa eficiente es este porcentaje".
¿Eso no colisiona con el convenio colectivo?
-Seguramente que sí. ¿Cómo se determina la tarifa del sector eléctrico? Se analizan los costos (el EPRE dispuso que se haga sobre la base de una empresa ideal) y se reconocen los gastos de una compañía eficiente. En esos gastos están los salarios. Si nos dicen que tenemos que trabajar con 286 personas (tenemos 292 empleados) y que el costo de cada categoría es un determinado valor, y si asumo que el EPRE trabajó bien, tengo que cumplir con eso.
Pero volviendo a la pregunta original: ¿qué le pediría al nuevo gobierno nacional que asuma el mes que viene?
-El cumplimiento de lo que se determinó cuando se sancionó la ley de emergencia: que el Estado y las empresas concesionarias, junto con los representantes de los usuarios, analicen una readecuación de los contratos, lo que incluye las tarifas. Ello se traslada a las provincias. Si no hacemos eso, entramos en lo que yo llamo el autismo regulatorio o en la hipocresía regulatoria. Es muy difícil que se puedan tener en consideración los brutales aumentos de costos que tuvo la empresa en estos últimos tiempos, pero debe haber un sendero a transitar que va en línea con lo que dijeron muchos candidatos.
¿Pero cómo se hace para aumentar las tarifas sin mejorar los ingresos de los usuarios, que son los que deben pagarlas?
-Eso lo entendemos. Tenemos una revisión de tarifa a noviembre del 2001 y queremos que se cierre ese proceso para que quede establecida la real base de la empresa.
El paso siguiente es ver el defasaje de costos. Vamos a poder incrementar la tarifa en cuanto haya mejoras en la productividad, que se trasladará a los salarios reales. Entonces, la empresa sí exigirá que mientras se produce esa recomposición de tarifas se tengan en cuenta las exigencias previstas para tarifas dolarizadas. No me pueden exigir que cumpla con un contrato de concesión en condiciones ideales cuando la tarifa está lejos de esas condiciones ideales.
¿En el pedido de reconocimiento de costos de la empresa se incluye la remoción del PCB en los transformadores?
-No, no. En el reconocimiento de costos que planteamos en la revisión y en el recurso están los reales salarios que paga la compañía; no queremos tener problemas con nuestros trabajadores porque creemos que la base de la prestación de un buen servicio es que la gente tenga la remuneración de acuerdo con lo que fija el convenio. Sería una imprudencia por parte del ente regulador agregar incertidumbres de potenciales despidos o malestares respecto de bajas salariales. Tampoco estamos pidiendo que los transformadores tengan PCB, que estén chorreando o poner en riesgo la salud pública.
¿Qué deuda tiene la empresa en este momento?
-Es de 70 millones de dólares.
¿Es viable una empresa que debe ese monto (unos 200 millones de pesos) y factura 90 millones de pesos por año?
-La viabilidad de la empresa está dada a futuro, siempre que a nivel operativo pueda tener resultados positivos. En este momento, algunos meses los tenemos y otros no. Desde ya se empieza a ver que, lejos de pagar la deuda, muchas veces la empresa tiene problemas para sostener el servicio. Si se le agrega la deuda, la respuesta es que no es sostenible una empresa. Pero cuando los socios tomaron la decisión de comprar la compañía de acuerdo con una estructura financiera determinada, que pensaron que era la óptima, asumieron el compromiso de garantizar la deuda. En el caso de que la empresa no pueda hacer frente al pago de los intereses, se harían cargo los socios, como pasó en marzo, producto de que estábamos con un dólar alto.
¿Cuánto dinero significó el pago de esa cuota de intereses?
-Del orden del millón de dólares.
¿Y cómo van a hacer para afrontar los vencimientos de esa deuda en dólares que operarán en setiembre?
-No sabemos porque es una gran incertidumbre el tipo de cambio. Y esperamos que el Ente Regulador -o el gobernador, en un recurso de alzada- entienda que los reclamos son razonables. Si no, ello excede a la gestión de la compañía, porque es una decisión de los socios.
En definitiva, lo que espero del gobierno nacional es que defina una política para el sector eléctrico que se pueda mantener. Está claro que el modelo eléctrico que rigió durante los "90, de continuar el esquema actual, es imposible de aplicar.
¿Usted dice que se debe modificar el marco regulatorio?
-Es factible. El marco regulatorio prevé revisiones tarifarias quinquenales, no actualizaciones, y es insostenible que con inflaciones del 20 ó 25%, y viniendo de otras del 200 ó 300% que no han sido reconocidas en la tarifa, se quiera sostener este sistema eléctrico. Por eso hablo de hipocresía regulatoria. Nos tenemos que sentar todos los actores y ver qué tipo de marco regulatorio se puede refundar. Claro que todo depende de quien gane, porque el modelo del nuevo gobierno salpicará al sistema regulatorio nacional y al de cada provincia.
¿Más allá de las cuestiones judiciales, preferirían perder a Turbine Power como proveedor exclusivo y a las cooperativas como clientes?
-En realidad, la empresa quiere el respeto de los contratos. Así como pretendemos que se respete nuestro contrato de concesión en toda su extensión, no podemos pretender quebrar un acuerdo de abastecimiento…
¿Pero si pudieran elegir?
-Pero no es una cuestión de elección. La empresa de distribución no puede ganar ni perder en la compra de energía. Se puede ser más o menos eficiente en la distribución, lo que dirá si se puede alcanzar la tasa de rentabilidad que fija el Ente Regulador. En tanto y en cuanto el contrato con Turbine Power no le haga perder dinero a la empresa, es un compromiso a cumplir. En el hipotético caso de que cayese la medida cautelar de la Justicia, que hace que paguemos el mismo precio de abastecimiento que podemos trasladar al usuario, denunciaríamos ese contrato porque a los dos meses nos fundiríamos.
Evidentemente, fue un contrato complejo el que se firmó en su momento con Turbine Power, pero cuando se firma un acuerdo hay que respetarlo.
Petróleo y electricidad
Norberto Bruno llegó a la gerencia general de Edersa cuando la empresa estadounidense Public Service Enterprise Group (PSEG) compró la chilena Saesa, accionista y operadora de la compañía de electricidad de Río Negro.
Su primera misión no fue sencilla: debió poner la cara en la audiencia pública en la que se debatió un pedido de aumento de tarifa de la empresa, de la que también es accionista Camuzzi.
Lo que vino después no fue mejor porque tuvo que conducir Edersa en tiempos de recesión, primero, y de devaluación e inflación, más tarde.
Con 44 años, Bruno tiene en su currículum haber sido gerente de Desarrollo Internacional de YPF en su versión estatal, de la que luego fue gerente general en Perú.
Después desempeñó cargos similares en Impriprost Tecnología, integrada por los grupos Clarín y Techint.
Estudió en la Universidad Argentina de la Empresa, donde obtuvo el título de licenciado en Administración. Cursó posgrados en el Instituto Argentino de Economía Energética y en el Instituto de Administración Estratégica.
Oriundo del cordón sur del Gran Buenos Aires, suele decir que su llegada a Edersa es una opción de vida, además de laboral, para él y su familia. El Valle le dio esa combinación entre la ciudad y la naturaleza que estaba buscando.
Quizás porque los estadounidenses tienen una política empresaria diferente de los chilenos, Bruno le imprimió un cambio a la relación de Edersa con la opinión pública.
Mucho menos hermético que su antecesor, Germán Henríquez, el gerente general de Edersa se muestra medido pero sumamente afable en los contactos con la prensa.
Es la máxima autoridad en la zona de una empresa que factura unos 90 millones de pesos por año, distribuye alrededor de 700 GWh de energía en cada ejercicio y tiene 140.000 clientes en todo Río Negro (menos Bariloche y Río Colorado, a cuyas cooperativas les vende).
Martín Belvis
rncipolletti@arnet.com.ar
|
|
|
|
|
|
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved
|
|
|