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Las empresas del sector eléctrico salieron a responderle al gobierno y advirtieron que el Estado y los grandes consumidores industriales son “en gran medida los responsables” de la situación actual, al ser beneficiados con una transferencia de ingresos por cerca de 2.000 millones de dólares como consecuencia de la caída de las tarifas en esa moneda luego de la devaluación.
Las compañías reiteraron los riesgos de desabastecimiento y caída del sistema, al tiempo que precisaron que si se actualizan los precios del servicio a los grandes consumidores, podría aplicarse “perfectamente” una tarifa social para usuarios de menores recursos.
El gerente general de Edesur y country manager de Endesa en la Argentina, José María Hidalgo, desmintió haber amenazado con posibles apagones a corto plazo y rechazó acusaciones del gobierno de estar realizando presiones en procura de un aumento de tarifas.
No obstante, ratificó que el sector eléctrico “ha invertido 12.000 millones de dólares desde el momento de la privatización y no puede ser metido en la misma bolsa que las prestadoras de otros servicios a la hora de considerar una recomposición de la situación generada después de la devaluación que afectó a la Argentina en los últimos dos años”.
Hidalgo dijo que “callar equivale a mentir y creo que ha llegado el momento de decir que el sector eléctrico puede andar con la conciencia muy limpia por el trabajo bien hecho”, en alusión a las inversiones en mejora y expansión de los servicios de generación, transporte y distribución de electricidad.
“Se nos acusa de lobbistas, de realizar presiones, pero lo que queremos es evitarles problemas al gobierno y a la gente, porque el sistema eléctrico está operando en una delicada situación”, refirió Hidalgo, quien advirtió que “si no hay señales de precios, el sistema eléctrico decaerá”.
En ese sentido, Hidalgo enfatizó que “el gobierno y los grandes consumidores industriales son en gran medida los responsables de la actual situación, debido a que ese segmento se ha beneficiado desde la devaluación con una transferencia de ingresos del orden de los 2.000 millones de dólares, sólo por efecto de la tarifa barata que rige en el sector eléctrico”.
Al respecto, detalló que “mientras la tarifa industrial en la Argentina se ubica en los 13 dólares por megavatio, en Chile es de 36 dólares, en Canadá de 33 y de 59 en los Estados Unidos, lo que da una idea del desfase vigente en el país”.
En el mismo orden, Hidalgo consideró que “si se actualizaran las tarifas de los grandes consumidores podría regir perfectamente una tarifa social para los clientes residenciales de menores ingresos”.
El director formuló estas declaraciones en el transcurso de una presentación realizada en el Primer Foro Internacional de Energía, como integrante de un panel que también tuvo como expositores a Silvio Resnich (Transener) y Francisco Mezzadri (CMS Energy).
A su turno, Resnich señaló que “vamos a cumplir dos años entregándole papeles al gobierno en el proceso de revisión de las concesiones y todavía no hay definiciones que le permitan al sector eléctrico transitar un sendero de recuperación para realizar inversiones urgentes en un marco de respeto a la propiedad privada y a la seguridad jurídica”. Advirtió asimismo que “el sistema eléctrico puede entrar en situación de desabastecimiento entre el 2004 y el 2005. La ausencia de inversiones agota la capacidad instalada y luego ello se deriva en el desabastecimiento”.
Sin el fondo
El fondo del gobierno, creado para cubrir las diferencias de precios estacionales, para las generadoras eléctricas se agotó. “Si no se arregla (el déficit del fondo) antes de fin de año, el problema financiero que se crearía para las empresas sería enorme, y podría haber dificultades de abastecimiento”, dijo Francisco Medrazzi, presidente de la Cámara Argentina de Inversores en el Sector Eléctrico, cuyos miembros controlan cerca del 70% del mercado energético. Medrazzi espera una definición del tema antes de fin de año, pero se niega a especular sobre el monto del aumento de la tarifa o sobre cómo se aplicaría. Las firmas eléctricas necesitan invertir 900 millones de dólares al año para poder responder al crecimiento del servicio, pero las inversiones se detuvieron después de la devaluación.
Inversiones del sector
El vicepresidente de Asociación de Generadores de Energía Eléctrica (AGEERA), Fermín de Monte, afirmó que “no hay (nada) para reprochar al sector eléctrico”, por entender que éste realizó en la última década un programa de “inversiones fortísimo y brutal”.
De Monte aseguró que “no se puede seguir” sin cumplir con una readecuación de los contratos de concesión de los servicios de energía eléctrica, por entender que “hay que resolverlo, ya que llevamos dos años conversando” con las autoridades sobre estos temas.
“Hubo inversiones fortísimas: en el sector eléctrico unos 12.000 millones de dólares y en generación, 6.000 millones en la última década, con cambios en la calidad y en el precio final que pagó el usuario”, dijo.
Añadió que “en Chile, Brasil, Estados Unidos o Europa el costo de la generación de energía eléctrica oscila entre los 30 y 50 dólares por megavatio. En la Argentina, antes de la devaluación, costaba 21 dólares el megavatio, y hoy cuesta 10 dólares”. “Si hoy el usuario mira su factura y ve la del 2001 y la del ’90, y las compara con su poder adquisitivo actual, no tendrá nada que decir”, aseguró. “Así que no hay para reprochar al sector eléctrico”, afirmó De Monte.
El directivo de AGEERA aseguró que “la demanda crece de manera importantísima, y lo que les decimos a las autoridades es: ‘señores, hay que resolverlo, ya que llevamos dos años conversando sobre el tema de la renegociación de los contratos en el caso particular de la distribución y el transporte’”.
Agregó que “así no se puede seguir, pensando que el país crece”. De Monte expresó que “se confunde” la temática del debate, por considerar que “con el nombre de privatizadas y rentabilidad fabulosa, que se les atribuyen a otros sectores, nos ponen a todos en la misma bolsa”.
El directivo de AGEERA aseguró que “las inversiones se hicieron, y de manera brutal. Esto nos llevó en diez años a duplicar el parque de generación”. “El sector transmisión -consignó- cumplió con su contrato de concesión y con la obligación de operar y mantener, e inclusive se realizó la expansión de la cuarta línea del Comahue. Que eso no es suficiente es cierto, pero eso no era compromiso de la concesionaria”, dijo. De Monte agregó que en el caso de “las distribuidoras, fueron haciendo inversiones necesarias, ya que aquel que pidió una línea, la tuvo”. |