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\"Se abren nichos para la fruta en Asia\" | ||
Así lo aseguró un experto de World Apple and Pear Association. |
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ROCA (AR).- Una fuerte declinación en el consumo mundial de manzanas y peras y nuevos nichos de mercado que se abren a la colocación de los productos locales frescos marcan uno de los aspectos que deben interesar y que deben ser tenidos en cuenta por aquellos que forman parte de la cadena frutícola. Hacer frente a este escenario es uno de los desafíos que existen aún por delante. Así lo aseguró Féderic Rosseneu, funcionario de World Apple and Pear Association (WAPA), quien brindó una conferencia en la región en el marco del Plan Integral Frutícola. Rosseneu habló del escenario mundial en que se desenvuelve hoy la producción, tanto de frutas frescas como de verduras, y las nuevas exigencias mundiales que van a impactar en el negocio. La seguridad alimentaria, las nuevas normas de producción, las restricciones para la comercialización y hasta los efectos del cambio climático fueron abordados, extensamente, por el especialista en una charla que brindó en el auditorio del diario "Río Negro". El funcionario de WAPA remarcó la tendencia decreciente que se está observando en el consumo de manzana, específicamente, y en contrapartida también el aumento de su adquisición pero en productos ya elaborados tal como snacks, barras de cereales y jugos, por caso. "Si bien se ha visto una reducción en el consumo en lugares como la Unión Europea y también en los Estados Unidos, hay un potencial de colocación de estos productos en países especialmente de Asia, que están experimentando un interesante crecimiento económico", sostuvo Rosseneu. "Están viendo que sus clases medias están creciendo rápidamente y esto conlleva a que estas clases con poder adquisitivo mayor quieran acceder a productos que antes les resultaban vedados; ahí es donde hay que enfocar entonces la colocación de productos", recomendó. En cuanto a la enorme multiplicidad de normas y exigencias por cumplir para poder producir y comercializar este tipo de productos frescos, el experto opinó que todo esto genera confusión en el proveedor y una "sobreabundancia" de información que perjudica al consumidor. "El primero que está confundido es el proveedor, que acerca su producto a los minoristas para que lo vendan, por todas las exigencias que son muy difíciles de poner en práctica y que son para cada cliente diferentes, lo cual hace que hacia atrás en la chacra haya que tener un manejo sumamente discrecional de cada cuadro para cada destinatario", sostuvo. Esto, añadió, "hace más compleja la producción y, por el lado de los consumidores, hay una sobreabundancia de información sobre los alimentos, lo que no termina siendo de gran utilidad". |
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