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Hay 4,55 millones de trabajadores en negro | ||
Es uno de los principales problemas del mercado laboral, con personas que ganan hasta un 60% menos que las registradas. Mientras que en la década anterior el 94% de los puestos generados era no registrado, en 2003/2007 el 83% fue formal. |
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BUENOS AIRES.- Como la última medición disponible del empleo no registrado en la Argentina llegó al 40,4% y afectaba aún a 4,55 millones de personas, el gobierno publicitó que descendió el 10% desde que Néstor Kirchner asumió la presidencia de la Nación en el 2003 y superaba el 50%. Sin embargo, estadísticas oficiales señalaron que antes, en mayo del 2001, era del 39% y después el punto más elevado se alcanzó en octubre del 2003, con el 49,7%, luego de lo cual descendió. El objetivo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social para este 2007 es que retroceda a menos del 40%. Cuando se lanzó el "Programa nacional de regularización del trabajo" (PNRT), el 26 de agosto de 2003, se dijo que permitiría modificar "una injusta estructura ocupacional e iniciar una política de distribución del ingreso". Ocurrió luego de que en junio y julio Kirchner dispusiera aumentos para el salario mínimo y las jubilaciones e intentara transformar el plan Jefes y jefas de hogar, a través de las obras públicas, e insistiera en el programa Manos a la obra y los subsidios al empleo privado. La citada cartera reinstaló su presencia como "contralor de las relaciones laborales" y creó el Sistema Integral de Inspección del Trabajo y de la Seguridad Social, a fin de controlar y fiscalizar el cumplimiento de las normas ocupacionales y de la seguridad para combatir el trabajo no registrado y aplicar sanciones, si correspondían. El "Registro de altas y bajas en materia de la seguridad social" se conformó el 30 de mayo de 2005 por la resolución 1.891, para centralizar la información a nivel federal y establecer el procedimiento para comprobar y juzgar infracciones. Para la ejecución operativa del PNRT se incorporó y capacitó a 500 inspectores. Se encaró de manera descentralizada, por intermedio de 35 agencias territoriales del ministerio de marras y la Dirección de Inspección Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La cartera laboral coordinó y complementó tareas con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y apoyó a los organismos provinciales específicos. Convocó, además, a "empresarios responsables" y "sindicatos comprometidos" a colaborar para conseguir "un trabajo seguro, de calidad y con protección social". Debe tenerse en cuenta que el PNRT tiende a lograr: " la incorporación de más trabajadores al sistema único de seguridad social (SUSS), para acceder a beneficios sociales, asignaciones familiares, obras sociales para el trabajador y su familia, aguinaldo, vacaciones pagas e indemnización; " la regularización, por parte de los empleadores, de los trabajadores cuya situación no se condice con las normas laborales vigentes; " la disminución de la competencia desleal a partir de la baja de los costos salariales; " la difusión de la problemática del empleo no registrado y los beneficios de la regularización, tanto para trabajadores como para empleadores. La detección de empresas con trabajadores no registrados fue superior a la media nacional en las regiones noroeste, noreste, Cuyo y pampeana e inferior en la del centro, ciudad de Buenos Aires y sur (ver mapa). Más publicidad obtuvieron los casos de inmigrantes indocumentados descubiertos en talleres textiles ilegales en el área metropolitana en julio pasado estimaron que habría más de cinco mil, algunos de los cuales confeccionaban prendas para conocidísimas marcas y en uno para las policías Federal y bonaerense y las Fuerzas Armadas. En ellos se comprobó cualquier clase de irregularidades de funcionamiento, violaciones a las normas de seguridad e higiene y hasta el alojamiento de personas en condiciones de hacinamiento. Periódicamente, se conoció que obreros de la construcción en parecida situación fueron víctimas fatales de accidentes laborales. La Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines reveló que el 40% de las 30.000 panaderías del país trabajaba en la informalidad en junio último. El 80% de los trabajadores en negro relevados el año pasado tenía entre 23 y 55 años. La probabilidad de estar en esa situación era del doble en los menores de 23 que en los mayores. Y aunque afectaba a los trabajadores de todas las calificaciones, era superior para quienes no habían completado los estudios primarios (32,2%). De acuerdo con el INDEC, entre el 2003 y el 2005 se crearon 2,5 millones de empleos, de los cuales 1,75 millones eran no registrados. En esa situación se encontraban hasta estatales. Y eso sin olvidar lo que ocurría en el agro, con alrededor de 900.000 trabajadores (asalariados, 55%; cuentapropistas, 36% y empleadores, 9%), y la migración de unos 350.000 "golondrinas" en épocas de cosecha a distintas provincias. El Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores fue creado en 1999 y quedó conformado en el 2002; tres años más tarde había inscripto 400.000 trabajadores y 65.000 productores. A su vez, la AFIP calculó en julio pasado que más de 5,5 millones de personas se encontraban en una situación laboral precaria, o sea, el 35% de los 15,5 millones de ocupados. Sigue adelante con el régimen para el personal de servicio doméstico, aplicado desde el primer día del 2006, cuando estimó que había 900.000 mucamas, niñeras, cocineras, jardineros, caseros, amas de llaves, damas de compañía, mayordomos, institutrices y/o gobernantas el 94,5% en negro que por módicos aportes y contribuciones podían acceder a la obra social que eligiera cada uno y a un futuro beneficio previsional. Recientes referencias disponibles indicaron 265.000 registrados. El empleo en negro, más allá de las consecuencias provocadas por la evasión de distintos tributos, implica remuneraciones casi el 50% más bajas que el promedio, falta de cobertura médica y de aportes jubilatorios, no reconocimiento de aguinaldo y vacaciones, posibilidad de despidos sin causa y ningún derecho a seguros de desempleo y contra riesgos laborales. La diferencia de pagos, a igual cantidad de horas trabajadas, influyó para que la baja del nivel de pobreza fuera más lenta que la de la desocupación. El relevamiento del INDEC se efectuó cuando el desempleo retrocedió del 11,6% a mediados del 2006 al 8,5% en el segundo trimestre de este año (Kirchner reveló que en setiembre bajó al 7,7%) y subsistían más trabajadores en negro que antes de la crisis del 2001. En mayo de aquel año era del 39%; a principios de los '90, del 28%, y en los '80, del 20%. Kirchner y Carlos Tomada, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, firmaron el acta compromiso sobre "Responsabilidad social empresaria y trabajo decente" en setiembre último con un centenar de representantes de firmas líderes y cámaras patronales. Buscarán crear nuevos puestos, reducir la informalidad, combatir la ocupación infantil y promover el empleo juvenil.
Destacan las políticas del gobierno nacional El desempleo y la pobreza son temas muy complejos para Carlos Tomada, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que continuará en el cargo ya que fue ratificado por Cristina Fernández de Kirchner, presidenta electa (antes, durante la gestión de Eduardo Duhalde, fue secretario de Trabajo). Superar tales cuestiones requiere no sólo acciones destinadas a estimular el crecimiento económico y favorecer la ocupación sino, también, otras orientadas a lograr mejor calidad de la ocupación y los salarios y regularizar el trabajo en negro. De las políticas encaradas por el gobierno nacional, Tomada destacó:
La expansión del empleo registrado La expansión del empleo registrado verificada desde el 2003 se logró en “un marco de restablecimiento de la protección a los trabajadores, reducida sensiblemente durante el régimen de convertibilidad”, según el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. La correspondiente encuesta reflejó hasta el tercer trimestre del año un crecimiento del 5,8%, destacado oficialmente como un “ciclo continuado de 56 meses de creación de empleo, sostenido fundamentalmente por el crecimiento económico que vive nuestro país y una fuerte creación de empresas” (en los últimos cuatro años, 94.000). Influyeron, asimismo, las preexistentes, que en ocasiones pasaron de pequeñas a medianas y de medianas a grandes.
MIGUEL ÁNGEL FUKS |
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