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¿Cómo sostener el dólar sin afectar la inversión ni la inflación? | ||
El Estado argentino garantiza a los fondos financieros rentabilidad con bajo riesgo y a tasas del 10% en dólares. ¿Cómo pueden competir las inversiones productivas con este esquema? Un dilema difícil de resolver. |
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Tras años de peso sobrevaluado y atado al dólar, hoy la moneda es sostenida por el Banco Central, entidad que compra todos los dólares que se le ofrecen al tipo de cambio que ésta desea sostener. Si dejara de intervenir el valor bajaría, como ha sucedido en otras economías de la región. Hace un año, la entonces ministra Miceli suponía que, sin intervención, la moneda norteamericana se ubicaría en una paridad de 2,30 pesos. Hoy, probablemente esa relación sea más baja. En Brasil perforó hace semanas la barrera psicológica de los 1,80 reales, cuando hasta hace no poco tiempo se ubicaba en 3,10 reales. Éste es el razonamiento que realizan los economistas Alejandro Peyrou y Hernán Neyra, de la Consultora Economía & Regiones, al comentar la intervención del mercado cambiario argentino. Es que las particularidades de nuestra economía hacen necesaria la intervención en este sentido. El tipo de cambio alto es lo que permitió sostener en estos cuatro años el aumento del empleo, la sustitución de importaciones y, gracias a las retenciones, el superávit fiscal. Pero esta política tiene sus costos, entre ellos, los incentivos a la inversión y la inflación. Son señales que la misma economía da, y uno de los problemas es, justamente, la forma de sostener el tipo de cambio "competitivo" sin afectar estas dos variables, inversión e inflación. Un dilema de difícil resolución para el nuevo ministro Lousteau. Cuando el BCRA compra todos los dólares que se le ofrecen, emite 3,10 pesos por cada unidad de aquella moneda que se suma a las reservas. Para evitar que esos pesos circulen, se les paga a sus tenedores para que no los usen y los mantengan inmovilizados. Los títulos utilizados para este fin se consideran seguros, por lo que la tasa promedio del 10% anual en pesos se transforma en una tasa del 10% anual en dólares por la misma lógica de sostenimiento del tipo de cambio nominal en 3,15 pesos. Entonces, contra tasas del 2% en dólares en el exterior, aquí se consiguen tasas casi cinco veces mayores. Esto, hasta el mes pasado, era lo que atraía a cada vez más inversores que buscaban esa ganancia con bajos riesgos. Difícilmente se trate de pequeños ahorristas extranjeros. Más bien se trata de grandes bancos privados radicados en el país que asesoran a grandes inversionistas para "entrar y salir" en los períodos cortos que contemplan estos mismos títulos. Por la utilización de esta herramienta financiera, los bancos ya acumulan acreencias contra el Banco Central por un valor cercano a los 60.000 millones de pesos, mientras el BCRA tenía, hace sólo cinco años, acreencias contra el sistema por 20.000 millones de dólares en concepto de redescuentos. Así, el costo de esta curiosa forma de no emitir es el pago de 600 millones de pesos mensuales para un pequeño grupo de bancos. Hasta hoy no ha habido problema en hacerlo, pero ¿por cuánto tiempo más se podrá mantener esta dinámica?
LAS SEÑALES PARA EL RESTO DEL SISTEMA Si la inversión "segura", de mínimo riesgo, garantiza una rentabilidad de casi 10% anual en dólares, difícilmente la inflación baje de este nivel porque todo aquel que maneje sus precios los fijará de modo de ganar, cuanto menos, algunos puntos más que ese 10% "seguro", confía otra parte del informe de E&R. En una economía dolarizada de hecho y acostumbrada al cálculo económico en dólares, la rentabilidad financiera del 10% anual en dólares es una señal a aprovechar. Así, sólo proyectos que aseguren muy altas rentabilidades en dólares y con bajo riesgo serán puestos en marcha. No se trata de un capricho: es lógica económica. Y es en el marco de esta lógica que no llegan las inversiones de largo plazo a la Argentina. Si las tarifas de servicios públicos se desregularan y las empresas tuvieran un margen de ganancias de más del 10% en dólares, seguramente invertirían. Pero la perspectiva de tarifas reguladas, plazos de maduración de inversiones a años vista y reglas no estables no parecen el mejor escenario para arriesgar cientos de millones de pesos cuando se pueden colocar los fondos para invertir con altas utilidades a las tasas que hoy ofrece el BCRA. Con estos pisos de rentabilidad, atraen los negocios que tienen demanda segura (soja, aceites, aluminio, autos) y en mercados que se vacían rápidamente (por ser de escala mundial o por demanda insatisfecha, como en autos). El resto de las inversiones queda relegado, lo que marca sensibles desequilibrios en el mercado y un desarrollo desparejo de la economía que en algún momento, naturalmente, se ajustará. La sensación de la mayor parte de los analistas económicos es que el gobierno tiene poco margen para seguir linealmente, como viene haciéndolo hasta ahora, con el esquema de dólar alto para hacer competitivas las exportaciones y así generar caja fiscal. La economía argentina necesita salir de esta "cápsula" en la que se encuentra y pegar un salto cualitativo para insertarse en el comercio mundial.
La igualdad para todos Cuando en un programa económico la promoción de las actividades se basa sólo en el tipo de cambio se asume que, a excepción de aquellos sectores en los que haya retenciones, el resto tiene idéntica relevancia para el gobierno. De modo que, si hay una lógica de igualación entre sectores, se supone que el Estado es incapaz de discriminar. La consecuencia es que el sector más productivo recibe el 100% de promoción, mientras que a aquellos que no lo son tanto les llega menos de este beneficio.
Paradigma ¿Cómo sostener el peso por encima de los tres pesos sin afectar las inversiones ni la inflación?
(Redacción Central) |
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