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Apuesta frutícola

Los Juanes y Rosauer estrenaron flamante galpón de empaque.

CIPOLLETTI (AC).- Los Juanes SA y Los Álamos de Rosauer SA tienen nuevas oficinas y galpón de empaque. La tradicional familia cipoleña inauguró el miércoles un complejo que construyó a unos tres kilómetros de la ciudad, con una inversión de 1,5 millones de dólares.

"Es muy importante para la familia. Esto fue posible a partir de la venta de una chacra grande que teníamos en Regina y de las oficinas en el centro. Se plasmaron en un proyecto de casi dos años y estamos muy satisfechos", dijo Juan Martín Rosauer.

La empresa estaba trabajando en un galpón alquilado, mucho más chico y con menos tecnología. Eso los obligaba a disponer de 16 horas por día, en dos turnos. Ahora con un espacio más amplio y equipado, los trabajadores (que seguirán siendo los mismos) estarán todos juntos, ocho horas.

"El galpón consta de 3.200 metros cuadrados con oficinas de producción de aproximadamente 250 metros cuadrados y oficinas de administración de 300 metros cuadrados. Además, tenemos dos máquinas: una de cuatro vías y otra de dos, ambas con cadena inteligente. La más importante tiene selector de color, que es una tecnología que permite trabajar con mayor calidad en el empaque de fruta, especialmente manzanas", comentó Rosauer mientras se realizaba el acto de inauguración.

El empresario dijo que producirán en ese galpón y enfriarán en un frigorífico que la firma tiene desde el año '75 a unos 1.500 metros de allí, que "se ha ido modernizando últimamente".

¿Forma parte del proyecto ampliar para contar con frío también en el mismo lugar? le preguntó "Río Negro".

Hemos dejado previsto en esta planta el lugar suficiente para crecer en frigorífico, si fuera necesario, y en depósito de materiales. En la medida en que crezcamos en volumen vamos a necesitar avanzar en esos rubros también respondió Rosauer.

La empresa trabaja el 90% de fruta propia y cuenta con un grupo de unos 15 productores "que acompañan".

El acto de inauguración se realizó el miércoles a las 19. Fue un evento "más bien íntimo", como lo describieron los mismos dueños. Estuvieron empleados, familiares, colegas, proveedores, clientes y algunos funcionarios locales, entre ellos, el intendente Alberto Weretilneck, quien cerró los discursos.

Las palabras del jefe comunal estuvieron cargadas de agradecimiento.

"Nadie puede dudar de que Cipolletti a la familia Rosauer le debe un montón, desde los abuelos hasta ahora", enfatizó Weretilneck.



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