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¿Caerán las tasas?
Con una inflación creciente, a los bancos se les hace difícil otorgar créditos a tasas razonables.

Muchas son las dudas que existen entre la gente sobre los anuncios difundidos esta semana por el gobierno en relación con la baja de las tasas de interés para la toma de créditos.

Para la mayoría es sólo un tema electoral que nunca llegará a plasmarse en los bolsillos del consumidor, algo similar a lo que pasó con el precio del pan, del tomate, de la carne y de los incontables productos que el Estado se comprometió a controlar y a los mercado pasó por arriba como un tsunami.

¿Por qué los bancos no bajan las tasas de interés?

Hay dos razones.

La primera es la inflación. Con un índice que refleja una tasa del orden del 20% anual datos del INDEC a nivel nacional, los préstamos no pueden estar por debajo de este piso porque, si no, los bancos pierden plata. Hoy los préstamos personales (Costo Financiero Total CFT) están por encima del 25% anual a no más de 12 meses de plazo.

Hace un par de meses esa tasa estaba en un promedio del 18/20% anual y los plazos superaban los 24 meses. El escenario de incertidumbre en el país determinó un mayor riesgo sobre el préstamo bancario y por ello la reacción de los bancos fue aumentar las tasas y disminuir los plazos.

El otro tema se vincula con el riesgo país. En los últimos cinco años la Argentina creció a índices importantes, de la mano del consumo, y el crédito tuvo una participación activa en este crecimiento. Sin embargo, no son pocos los analistas que señalan que a partir del 2008 en el país existirá un reacomodamiento de los costos relativos de la economía y esto podría impactar en los actuales niveles de desarrollo. A esto se le suman la crisis hipotecaria y el posible estancamiento económico de Estados Unidos (ver página 8), que repercutirá en forma directa sobre las tasas de interés a nivel internacional y, obviamente, también en el mercado local.

Es por ello que los bancos se muestran hoy mucho más cautos a la hora de abrir el crédito en forma masiva.

Los hipotecarios, los de más largo plazo, son los que en general dan las primeras señales frente a una crisis. Este tipo de créditos hoy se encuentra literalmente vedado al público. Por más que uno se acerque a la ventanilla de una entidad financiera y le den la planilla con todos los requisitos para obtener un crédito hipotecario, desde las casas centrales se emite la orden de no entregar préstamos a largo plazo y menos con tasas fijas en pesos. Los bancos no lo admiten en forma oficial, pero recurren a trabas administrativas o requisitos que son imposibles de cumplir por parte del potencial tomador del crédito.

Todo este escenario muestra, en definitiva, que los anuncios del gobierno en complicidad con las entidades financieras tienen un tinte electoralista. Los bancos podrán modificar sus tasas en las pizarras, pero ese beneficio difícilmente llegue en forma masiva al consumidor. Habrá que esperar hasta después de las elecciones.

 

(Redacción Central)



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