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Entre el 27 de setiembre y el 27 de octubre, la fotografía tiene su mes en San Carlos de Bariloche y lo dedica a José Luis Cabezas. Chicos, jóvenes y adultos; patagónicos, argentinos y extranjeros. Miles de personas pasaron, pasan y pasarán por las trece salas en una iniciativa que tiene comienzo pero no tiene fin: una búsqueda para reporteros gráficos y para artistas, para testimoniar y para encontrar otros lenguajes. Hay un espejo que nos muestra quiénes, cómo y por qué somos.
La undécima edición del Mes de la Fotografía en San Carlos de Bariloche es, en su género, uno de los tres acontecimientos más importantes del país y el único con sede en la Patagonia. Su realización este año viene a consolidar el desarrollo de "un oficio, una profesión, un arte y una ciencia", según explicó Luis Bonich, fotógrafo e "ideólogo" del encuentro. La iniciativa se materializó por primera vez en 1996, cuando Bonich, con la colaboración de Alejandro Montes de Oca ambos discípulos de Pedro Luis Raota decidieron lanzarse con un programa de un mes completo de actividades de búsqueda teórica y práctica de la fotografía.
A manera de evaluación, Bonich señaló los logros principales: "Por ejemplo, los jóvenes ven en la fotografía un medio de expresión, un lenguaje cada vez más sintético y global. Además, lo consideran una salida laboral que puede permitirles en principio costear sus estudios y a futuro el desarrollo de un oficio, de una profesión; hasta un arte y una ciencia".
Lo cierto es que en una sola de las salas habilitadas para las exposiciones y talleres el Museo de la Patagonia se contabiliza un promedio de 400 personas por día turistas, fotógrafos, público en general. En esa sala hay dos muestras sobre un total de trece que están montadas durante los treinta días que dura el encuentro.
Bonich consideró "muy importante" desarrollar una actividad que permita observar, concentrada en el lapso de cuatro semanas, trabajos de fotógrafos de todo el país y a la vez "aprender la teoría y la práctica a través de los seminarios y talleres". Al cabo de las once ediciones, añadió, "pasaron casi todos los fotógrafos de Bariloche y de la región". Además, se han realizado prácticas en talleres y seminarios de teoría que implican simultáneamente "un aprendizaje y una reflexión sobre el pasado, presente y futuro" de la fotografía.
Este año se unieron tres provincias Chubut, Río Negro y Neuquén en la temática expuesta. También se realizó la cátedra de "Iniciación a la fotografía para niños" única en la Patagonia, a cargo de la fotógrafa Andrea Bravo, con la asistencia de más de 130 chicos de parajes y localidades de la Línea Sur y de los séptimos grados de Bariloche.
Si bien el equipo encargado de la organización coordinado por Bonich e integrado por periodistas, fotógrafos, comunicadores, diseñadores, entre ellos Andrea Bravo, Yael García Ruiz, Hugo De León, Alejandro Montes de Oca, Patricia Villaseñor y Raúl Stagnaro recibe apoyos financieros del municipio a través de las áreas de Cultura y Turismo, del Emprotur, de algunas empresas privadas, de la Agencia Río Negro Cultura a través de su delegada local, María Aguirrezabala, los presupuestos "no están actualizados". El primer Mes de la Fotografía contó con una inversión de 10.000 dólares y en la actualidad y en esa moneda no se reúne la mitad de esa cifra.
Para los organizadores se trata de una falta de conciencia por parte de los organismos oficiales y de las empresas privadas "que no otorgan a este acontecimiento la importancia que tiene". Para Bonich significa que "la cultura es el vagón de cola de siempre y eso perjudica enormemente el desarrollo cultural de los pueblos. En Río Negro, por ejemplo, sólo el 0,16% del producto bruto está destinado a la cultura".
Al respecto, la fotógrafa Marcela López Sastre mencionó su sorpresa al comprobar que en Bariloche no existe una sala adecuada para exposiciones de arte, pese a la intensa actividad cultural en esa ciudad.
Para el futuro inmediato, Bonich anunció el proyecto de otorgarle rango internacional al encuentro, con la participación del Ministerio de Turismo rionegrino, la Secretaría de Cultura de la Nación y organismos vinculados con la alianza Mercosur, de manera de "garantizar la autonomía" administrativa y la obtención de recursos.
GERARDO BURTON