Pareciera que los productores no se encuentran identificados con el proyecto.

Martes por la tarde.

Todo estaba listo para la reunión planificada por los integrantes del Plan Frutícola Integral (PFI) con los productores de Cipolletti.

La idea era llevar las dudas y los avances de lo actuado en estos últimos meses. El Rotary Club de la ciudad había cedido las instalaciones para el evento. El horario de inicio: 17 horas. Técnicos de CAFI, INTA, Fruticultura de Río Negro y la Facultad de Agrarias estuvieron esperando la llegada de los más de 250 productores con los que cuenta hoy esta localidad. Pasadas las 17:30 comenzaron las exposiciones pero sin la presencia de productores.

¿Qué es lo que está fallando que el productor siente que no se encuentra integrado al PFI?

Desde algunos sectores que trabajan en el PFI denuncian que fue la misma Cámara de Productores de Cipolletti la que boicoteó el evento. Para ellos, el tema es sólo parte de una interna. Pero es sabido que, cuando los técnicos del PFI fueron al resto de las Cámaras, poca también fue la

concurrencia de productores.

El problema pareciera que va más allá de una simple interna.

Los empresarios tienen en claro cuáles son los beneficios y el rol que les compete dentro del PFI. Los funcionarios provinciales también.

Pero los productores no sus dirigentes todavía no ven con claridad en que consiste este plan y de qué manera puede ayudarlos a salir del estancamiento que soportan desde hace décadas.

Lo que los chacareros conversan diariamente por la mañana en los distintos cafés de sus ciudades nada tiene que ver con lo que escuchan de

los técnicos del PFI.

Precios en el exterior, liquidaciones de la temporada, costos en alza, cómo está la floración, la helada que golpeó a tal o cual productor, el galpón que anticipa que el año no es tan bueno "como dicen por ahí" y el precio final que van a recibir por su fruta son los temas que casi en forma espontánea nacen en las conversaciones de café entre los productores.

En las reuniones del PFI son otras las cosas que se conversan, que pueden resultar no tan interesantes para los productores pero no por ello dejan de ser muy importantes para la actividad.

Tal vez por ahí pasa el error.

No comprender la verdadera filosofía del chacarero ni saber cuáles son sus necesidades a la hora de hablar de prioridades en una conversación.

Está claro que existe la necesidad de implementar un plan integral para toda la región de valles irrigados de la Patagonia Norte. El problema es que en este plan deben también estar incluidos los productores y no sólo en los papeles.

Con lo complicado que ya se sabe que es conseguir un criterio unánime en el sector primario, el desafío de corto plazo del PFI es contar con el aval de los productores para dar continuidad a este proyecto y no confundir esto con el aval de sus dirigentes.

(Redacción Central)