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Bajo la barda (fragmento) | ||
MARIANO VILLEGAS |
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"El 31 de diciembre por la tarde, Conrado Vallejos, descalzo y en short, dispuso una limpieza a fondo del lugar donde vivía con el ingenuo propósito de esperar el año nuevo en solitario de la manera más ordenada y pulcra posible. Una voz aguardentosa le decía al oído con algo de impiedad y de sentencia que mejor debería limpiar su vida. "La vivienda era un garaje de nueve metros de largo por cuatro de ancho construido bajo la barda, ese profundo barrancón en declive conformado durante siglos por el río Limay nacido en el lago Nahuel Huapi. Su marcha obstinada hacia el Atlántico ha degradado una franja inmensa de la región en las estepas del sur continental. En esa geografía se une el Limay con el río Neuquén, otro río de montaña, conformando la región Confluencia. El nuevo y enriquecido caudal a partir de allí de denomina río Negro, vía de agua que recorre centenares de kilómetros hasta desagotar en el océano Atlántico. A lo largo de su ribera se fundaron numerosas poblaciones cuyos habitantes, en general, se dedican a los cultivos de manzanas, peras y uvas. "Entrando al garaje, a la derecha, había una habitación cuya ventanita en el borde superior de la pared daba a una calle en pendiente. Todos los espacios, incluido el baño ciego, permanecían en penumbras como es habitual en sótanos y ambientes semienterrados, propicios por otra parte para el fluir constante de pensamientos sombríos (....) "En noches de despiadados vendavales, mezclado con aullidos de álamos y cables eléctricos, se oían escalofriantes bramidos de dinosaurios extraviados en las mesetas, perceptibles a los oídos de Conrado, al promediar la ingesta de media botella de ginebra. La lluvia es una excentricidad (excepto los aterradores aluviones que se dieron al año siguiente) y si por algunos de esos desvaríos meteorológicos se producía alguna precipitación, venía en forma de lánguidas y persistentes garúas propicias para las simplezas criollas del mate amargo y la torta frita. De truenos y relámpagos, ni rastros".
Mariano Luis Villegas nació en Bovril, Entre Ríos, en 1934. Se radicó en Neuquén en 1974. Vive en Buenos Aires desde hace un año. Es jubilado del Consejo Provincial de Educación del Neuquén. Publicó cuentos en ediciones colectivas Fundación Banco de la Provincia del Neuquén y las novelas "Campo de experiencias", premio de narrativa breve de Almería, España, publicada en México en 1992, y "Una gesta primaria", editada por Bitzoc, Barcelona, premiada por la Fundación March Cencillo de Palma de Mallorca, en 1998. Esa misma novela recibió una mención en el concurso del diario "La Nación", también en 1998. |
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