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La culeada (fragmento) | ||
HUMBERTO BAS | ||
"Sin nadie con quien hablar de estas cosas, termino hablando solo, conmigo mismo. Puedo malgastar mis palabras. ¿A qué malgastar mi silencio?... Augusto Roa Bastos "Usted ve todo mal porque tiene la vista así. Dice que las mujeres se hacen a golpes y deja que Francisco me pegue. Ve cómo rompo las tazas cuando estoy enrabiada y me mira mal, que por qué hice eso, me pregunta, que eso no se hace, me dice. "Por eso creo que el problema está en sus ojos; en el adentro de sus ojos. Allí, por esas viboritas que le hacen de venas o músculos, por esos cables que atan sus ojos a su cerebro y le hacen trastabillar las ideas. "Mira cuando subo a bajar las bolsas de afrecho y dice: la mujer se hace a golpes, mientras ve cómo me caigo. Por las noches, cuando pega su oído a la puerta, escucha mi grito apagado en la almohada y los gritos de chancho lleno de Francisco y se siente contenta. Se siente así porque no es la que está allí. Cuando por las mañanas tengo mis ojos con sombra, dice que me maquillo y no que son moretones de sopapos. "Yo creo que tiene los ojos dados vuelta, hacia atrás, y se mira y se retuerce viéndose toda negro adentro, como víspera de tormenta, como en esos sueños desbarrancados que uno cae en el pozo y amanece bajo el catre. "Pero cuando ve al Pancho saliendo de mi atrás, abrochándose el pantalón y secándose el sudor con olor a cochinada, usted se relame esa su boca sin dientes y se le encienden los ojos enrevesados. "Por eso pienso, cuando él me abre de atrás, como destajando sandía, cuando me hace mojar la sábana con mi sangre y mi saliva, que usted también pasó por esto. Pienso que extraña a papá haciéndole así o que le da pena que él ya no esté, desde que murió atragantado con locro, mientras hacían eso, y no tiene a quien latarle toda la rabia que le entró. "Pienso que extraña no el gusto sino la costumbre del dolor que le solía arrancar tajos de su grito en esas siestas en las que me mandaban a lo de Erótida. "No pudo vengarse de él por sus desgarraduras y se venga de mí. Quiere partir su dolor de antes y tirar sobre mi dolor de ahora, de pura egoísta que es nomás. "Eso pienso porque no me hace caso cuando le grito, sin palabras, con mis ojos, para que me ayude, que me socorra y sólo encuentro sus ojos que se escapan y entonces, mejor, quedo callada, mirando el piso, que aunque sucio, me escucha no diciéndome nada, no mostrándome de vuelta mi cara como usted lo hace. "Yo veo en su cara mi cara y me asusto, tengo vergüenza de mí. Después veo esa misma vergüenza en la cara de los vecinos, cuando me ando por la calle y me miran fiero". Nació en San Ignacio, Misiones, Paraguay, en 1965. Publicó "La culeada", en forma artesanal y "El Superpalo", novela, en julio de este año. "La culeada" fue adaptada para teatro por Grisel Nicolau y, dirigida por Paula Mayorga, estuvo en cartel en la región durante varios meses. Tiene inéditos un volumen de cuentos y tres novelas: "Bolodo poro Corloto", "Cándido Moraleja" y "Los Julianos".
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