SANTIAGO (Chile).- De los bosques a los laboratorios; de la fabricación artesanal de mermeladas o licores a las mesas de los japoneses o coreanos; de simples frutos silvestres a productos seleccionados de exportación. La murtilla puede convertirse en la perla del sur, una nueva joya de las exportaciones chilenas. De hecho, está a punto de lograrlo. Luego de 6 años de investigaciones de Inia Carillanca, a fines de 2008 se liberarán las primeras dos variedades made in Chile de murtilla: South pearl y Red pearl. La historia de la domesticación de este fruto silvestre comienza en 1996, con dos proyectos de investigación de tres años cada uno, y continúa con el que ahora está en ejecución, que financian el sector público y privado con una inversión superior a los 1,2 millones de dólares. No sólo se trataba de lograr un nuevo producto y de ver cómo sacarlo al mercado sino también de hacerlo conocido y saber cómo es recibido. Se ha trabajado a la par con exportadoras asociadas que se han encargado de mostrar el fruto afuera. “Se han hecho envíos a Asia, América del Norte y Europa, y en todos los países ha tenido muy buena aceptación”, señala Luis Torralbo, encargado de transferencia tecnológica del proyecto. LA GRACIA ESCONDIDA Su éxito no ha sido únicamente por su dulce sabor y cualidades para la industria elaboradora de alimentos. Ha causado sensación también por otras múltiples cualidades para áreas como la cosmetología, donde su valor como antioxidante, incluso en las hojas, según estudios de la Universidad de Chile y de La Frontera, sería más potente aún que el arándano. Claro que el proyecto actual está enfocado básicamente su aptitud alimentaria. Ivette Seguel, directora de la iniciativa cuenta que “se está trabajando en un mejoramiento genético para obtener estas dos variedades óptimas para venderse como fruto fresco. La idea es que en el transcurso de los próximos 6 años se cuente en el país con plantaciones comerciales de ambas”. Y la idea del Inia ha sido bien recibida. Según cuenta la ejecutiva de Fondef Paulina Caro, quien estuvo presente en el lanzamiento de este proyecto el 4 de septiembre pasado, en Temuco, la sala estaba llena de productores y exportadores. Se entiende la efervescencia que está generando el producto. Al menos los precios con que ya se comercializa en Australia, un país que tiene un importante desarrollo en el fruto, alcanzan, en el caso de la orgánica 45 dólares australianos por kilo (u$s 39,6) y 40 por las tradicionales (u$s35,2). Todos datos a tener en cuenta. Fuente:“Revista del Campo”, M. de Cea Covacich.
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