Ubicada en San Patricio del Chañar, NQN es una bodega con 164 hectáreas y una producción anual de alrededor de 1,2 millones de botellas. Salió al mercado en 2003 y, desde entonces, "tuvo un gran crecimiento: entre un 80 y 90% anualmente", señaló Miguel Jaca, gerente de Ventas, quien contó que "debido a que es una bodega nueva, constantemente se deben realizar inversiones". En su opinión, la industria vitivinícola argentina es motivo de orgullo para el país. "Creo que es el sector que más y mejor creció en los últimos diez años. Mientras muchas empresas han cerrado o compraron productos a China, las bodegas se tecnificaron e invirtieron. Entonces hoy hay un gran número de bodegas argentinas con un estándar de calidad extraordinario, a la altura de lo mejor del mundo", dijo Jaca.

En los últimos años, las estadísticas indican que el consumo per cápita ha bajado. "Se pasó de un consumo de vino común a uno más fino, de mucha más calidad. Esto quizás se deba a una reconversión de la industria que empezó a crear vinos de mayor calidad y, probablemente, a que el mercado comenzó a consumir más un producto de bajo precio como la cerveza", analizó el gerente de Ventas de NQN, cuya bodega tiene como principales destinos de sus exportaciones a "Estados Unidos y Brasil, que este año se han consolidado, además de algunos países de Sudamérica y Europa".

Para Jaca, el crecimiento del elogiado mercado chileno no influye en la industria nacional aunque le reconoce méritos. "No nos perjudica en lo interno, ya que el mercado argentino tiene un consumo muy local y son los menos los que compran vinos importados. Distinto es en el mercado externo, donde Chile tiene un lugar muy importante porque han hecho muy bien las cosas diez años antes que nosotros. Pero ahora somos nosotros los que estamos haciendo bien las cosas y nuestra presencia crece en el mercado internacional", opinó.