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El trabajo infantil sigue aumentando | ||
La cantidad de niños y niñas que trabajan para subsistir o aportar algo a los hogares más pobres se ha incrementado fuertemente en los últimos años y es un flagelo que cuesta muchísimo erradicar. En el período 1999-2006 las cifras crecieron un 600%, según cálculos de Save the Children. La situación podría haberse modificado si se hubieran aplicado tantas normas legales vigentes. |
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BUENOS AIRES.- El 26,2% de la población de la Argentina era pobre en el segundo semestre del 2006, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). "Hay más de 10 millones de personas que no tienen ingresos suficientes para pagar la olla", comentó hace pocos días Alfonso Prat Gay, director de la Fundación Andares y ex presidente del Banco Central, en el 18º Congreso CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola). Para el INDEC, también, semejante flagelo afectaba al 40,4% de los menores de 5 años ya en el cuarto trimestre del año pasado. Por eso, probablemente, en el capítulo local de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) subrayaron que "la pobreza tiene rostro de niño y esto es una amenaza permanente porque los chicos hacen al futuro del país". El trabajo infantil siguió siendo una de las peores formas de explotación y abuso lamentablemente, incluye la prostitución, la pornografía y el tráfico de drogas y pone en peligro la salud, seguridad y educación de quienes lo encaran, por atentar contra su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. "Ninguna sociedad del mundo, civil o religiosa, se puede lavar las manos de la condición de los chicos de la calle, que reflejan a la misma sociedad que crea tanto malestar", advirtió el Pontificio Consejo para los Migrantes e Itinerantes en el documento "Orientaciones para la pastoral de la calle", difundido en junio último. Y reconoció que el peor problema "no es la miseria o la toxicodependencia, el HIV/sida o la prostitución, cuanto la muerte del alma". La Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti) ver aparte describió que abarca "todas aquellas actividades y/o estrategias de supervivencia, remuneradas o no, realizadas por niños y niñas menores de la edad mínima requerida por la legislación (14 años) para incorporarse a un empleo". Además, mencionó que esas tareas eran las "visibles, invisibles u ocultas, donde el sustento logrado puede ser para sí mismo, para el mantenimiento del grupo familiar y/o para la apropiación de terceros explotadores". A fines de junio de este año, en el país trabajaban 1,5 millones de menores de 14 años, la mitad sin concurrir a escuelas, de acuerdo con lo expresado desde UNICEF Argentina sobre la base de datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Mtess) y el INDEC. No se trata de un problema reciente: fue denunciado a fines del siglo XIX. Pese a la falta de estadísticas oficiales, a principios de la década pasada se aventuró que trabajaban entre 150.000 y 180.000 chicos; en el '95, UNICEF Argentina estimó 250.000; en el 2001, en la cartera laboral, dijeron que eran 500.000 la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) denunció 180.000 en el agro y sobre la base de una encuesta estatal que comprendió parte del territorio a fines del 2004, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) citó 400.000. A su vez, la entidad Save the Children (salvemos a los niños) calculó que el trabajo infantil creció el 600% durante el período 1999-2006, afectando de 250.000 a 1,5 millones de criaturas. Se considera que todas las ocupaciones violan derechos fundamentales, algo que también ocurre con las de los más vulnerables, o sea, aquellos con capacidades diferentes, a los que el Estado debería proporcionarles asistencia especial. La principal causa del trabajo infantil es la pobreza y su consecuencia más inmediata resulta la inestabilidad de las familias, en demasiadas oportunidades obligadas a exigir que todos sus integrantes incursionen en determinada actividad. No están en condiciones de renunciar a los ingresos que los chicos puedan aportar como asalariados "en negro", trabajadores independientes o, sobre todo, en labores agrícolas, "ayudantes" no remunerados. La primera encuesta encarada por el Mtess, en el 2004, tuvo un alcance limitado: Gran Buenos Aires, Mendoza, Jujuy, Salta, Tucumán, Formosa y Chaco, donde trabajaban 456.207 chicos en áreas urbanas y rurales. El 6,5% tenía de 5 a 13 años (193.095) y el 20%, entre 14 y 17 (263.112). Si bien eran más los que se desempeñaban en las rurales, el 8% de 5 a 13 años, la diferencia aumentaba entre los adolescentes al 35%. Pudo verificarse, asimismo, que el 10% de los más pequeños dedicados a tareas en el campo no concurría a la escuela y que el 62% de los adolescentes la había abandonado. La repitencia en el secundario se duplicaba entre los trabajadores en comparación con quienes no lo eran. Y, aunque informes oficiales destacaron altos porcentajes de escolarización, investigadores del tema insistieron en que se encubren la deserción, la repitencia y el analfabetismo funcional de los más pobres e indigentes. La Argentina asumió el compromiso internacional de eliminar por completo el trabajo infantil para el 2015 y disminuirlo este año el 3%. En las postrimerías de junio pasado se presentó el "Plan nacional para la prevención y erradicación del trabajo infantil (2006-2010)", trazado por la Conaeti y las comisiones provinciales creadas hasta entonces (faltaban en ese momento Córdoba, Chubut, Neuquén y San Luis). Busca difundir información para sensibilizar más a la opinión pública, promover y sostener un sistema de información, fortalecer las familias de los chicos en situación o en riesgo de trabajo y readecuar e intensificar las inspecciones preventivas y erradicadoras del flagelo. Como desafíos se incluyeron: contribuir a la inclusión, reinserción o permanencia de los afectados en la educación formal, impulsar la atención de su salud y adecuar y armonizar las normas nacionales y provinciales específicas para construir un marco jurídico acorde con la Convención internacional de los derechos del niño y demás acuerdos sectoriales.
Compromisos asumidos por empresas y sindicatos BUENOS AIRES.- La “Red de empresas contra el trabajo infantil” fue creada el 27 de junio pasado en un acto presidido por Carlos Tomada, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en el que participaron funcionarios de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti) y directivos de 35 firmas de primera línea.
Desde hace años se acumulan disposiciones para erradicarlo BUENOS AIRES.- La situación provocada por el trabajo infantil podría haberse modificado si diferentes gobiernos y el actual hubieran aplicado las disposiciones existentes para erradicarlo, tales como: |
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