Dispersos como los barrios de la ciudad, a veces con escasos puntos de contacto, los poetas mantienen una actividad continua, persistente, casi tenaz que combina la voluntad de escribir y de expresar la voz urbana. No hay escuelas ni tendencias homogéneas aunque sí adscripciones o alineamientos.

El común denominador es una actitud ante el hecho literario que caracteriza las diferentes tribus que habitan las calles, los bares y las plazas que jalonan los circuitos nada oficiales donde se escribe, se recita o se representa la palabra poética.

Más allá de organismos tradicionales al estilo de la Sociedad Argentina de Escritores que en Neuquén tiene su particular aplicación federalista-, es posible asomarse hoy en día a los frutos de una labor sostenida durante décadas y asegurar que coexisten más de tres genera ciones de escritores y poetas en plena producción.

Una de ellas fue atravesada por la más reciente gran crisis del país: 2001 y después.

Se trata de los integrantes de la versión local de la Casa de la Poesía una iniciativa de Darío Lopérfido, el secretario de Cultura de Fernando de la Rúa-.

De la diáspora posterior se produjeron reagrupamientos que no encuadraron a todos quienes estuvieron en la formación originaria.

Mariana Rosa neuquina, 30 años- se refirió a la creciente actividad literaria materializada en "lecturas públicas, intervenciones en programas de radio, encuentros, suplementos, ediciones locales".

Para esta escritora, existe actualmente una "muy buena combinación, que hoy distingue a Neuquén de otras ciudades del país, y aunque queda mucho por hacer, como por ejemplo tener la posibilidad de un fondo editorial que desde el ámbito gubernamental apoye a los escritores locales, es un muy buen momento" para la escritura.

Desde el 2002 en adelante se registran en esta ciudad, entre otros, dos grupos de poetas, en su mayoría menores de 30 años, que se nuclearon en la "Editorial Limón" y en el elenco de "Celebriedades".

Aunque compañeros y con ciertas coincidencias, el primero es fundamentalmente un emprendimiento editorial tiene en su haber más de 15 títulos, la mayoría de poesía, un record nada desdeñable en la región con cuatro años de existencia- y entre sus orientadores figuran Victoria Cocconi, Mariela Lupi, Angela Jerez, Adriana Aredez, Darío Aguirre y Andrés Kurfirst.

"Celebriedades", que debe su nombre a un texto del ecuatoriano Edwin Madrid, fue creado en marzo del 2003 en Junín de los Andes.

Está integrado por Raúl Mansilla, Miguel Sabattini, Carlos Blasco, Sebastián González, Tomás Watkins, Cristian Carrasco y Juanse Villarreal, quienes subrayaron dos características principales dentro del grupo: la heterogeneidad de aportes y creaciones y "cierto sentido trágico" ante el hecho poético.

Según Watkins, se trata de una actitud "beatnik sin salida al hippismo", que se canaliza en una formación que desde sus inicios combinó el espectáculo, la música, el humor y la parodia con un definido soporte poético. De tal modo que, si bien lograron cerrar los circuitos de la creación con la edición de sus propios libros, uno de los ejes de su actividad es el espectáculo, que otorga nuevo valor a la oralidad, tal como en los orígenes de la poesía, puntualizó González.

GERARDO BURTON

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