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Neuquén, mi casa
El crecimiento de la población y los cambios en el consumo hicieron necesarios implementar un plan de higiene cada vez más importante.Controles de baldíos y comercios y la colocación de papeleros y contenedores son parte de las acciones.

Neuquén, mi casa" sostienen los anuncios publicitarios que acompañan el Plan Integral de Limpieza Urbana.

Además de incorporar nuevos servicios, el programa municipal de limpieza lanzado en octubre del 2005 se desarrolla de la mano de una campaña de toma de conciencia que apunta a que los neuquinos se responsabilicen del cuidado de los espacios públicos en la misma medida en que lo hacen dentro sus propios hogares.

Durante la presentación del plan desde la comuna se anunció un incremento de la inversión destinada a la limpieza urbana de 3 millones de pesos anuales. De ese modo los recursos municipales dedicados al mantenimiento de los espacios públicos ascendieron a 20 millones de pesos por año.

Con esos fondos se incorporaron al sistema de limpieza existente nuevos servicios eventuales, como el retiro gratuito de escombros, la instalación de contenedores a pedido de los interesados y la habilitación de una línea telefónica para que los beneficiarios puedan acceder rápidamente a las prestaciones.

Además, el plan comprende los servicios de recolección y tratamiento de residuos domiciliarios y voluminosos, barrido y limpieza de calles, provisión de contenedores comunitarios, y control de la limpieza de desagües y canales.

Pero desde un primer momento la extensión de los servicios de limpieza estuvo acompañada de una campaña pública de toma de conciencia que se lleva a cabo mediante la distribución de folletería, la publicación de avisos en los medios de prensa y el dictado de charlas en diversos colegios.

La campaña publicitaria, denominada "Neuquén, mi casa" apunta a modificar las pautas culturales de los ciudadanos, de modo que la inversión en nuevos servicios no resulte en vano.

El aumento del presupuesto destinado a la limpieza de la ciudad también responde en parte al incremento del volumen de residuos generados por los vecinos que a su vez es consecuencia del crecimiento poblacional.

Los números son elocuentes: de 4.500 toneladas de basura recolectadas durante el año 2002, se pasó a cerca de 7.000 toneladas que se retiraron a lo largo del año pasado.

Por otra parte, con el plan de limpieza urbana se intensificaron los controles sobre los propietarios de terrenos baldíos y comerciantes para que se hagan cargo del mantenimiento de sus propiedades.

Otra novedad del plan fueron los contenedores comunitarios, que están a disposición de las comisiones vecinales de cada barrio, bajo la condición de que sean utilizados sólo para residuos y no para materiales de construcción.

En junio, la firma a cargo del servicio de limpieza urbana renovó su contrato con el municipio.

El nuevo acuerdo elevó el monto que percibe Cliba por sus servicios. A cambio, la empresa se comprometió a renovar su flota de vehículos, a incorporar las nuevas prestaciones y a instalar 3 mil papeleros en diversas áreas de la ciudad.

El contrato firmado entre el municipio y Cliba también obligó a la firma a organizar una playa de preselección y a instalar sanitarios en el centro de disposición final de los residuos.

El objetivo de esas obras es disminuir el riesgo sanitario de las personas que viven de la venta de los materiales que recogen en el basural.

 




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