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Y por casa, ¿cómo andamos?

¿Un cambio de tendencia en las multinacionales? Si bien los empresarios de Dole, Chiquita y Del Monte salieron esta semana a apaciguar las aguas intentando quitar dramatismo a sus decisiones, está claro que hoy la fruticultura chilena y en el mundo en general ingresó en un punto donde no se tiene retorno. El Valle de Río Negro y Neuquén debería comenzar a mirar con detenimiento el cambio que se está gestando en el vecino país. Nuestro sistema sufre también la erosión que generan los altos costos de producción. Desde la salida de la convertibilidad, estos últimos no han parado de crecer y hoy ya se tornaron un verdadero problema para la actividad. Es clave poder entender este problema si se quiere redireccionar los destinos de nuestra fruticultura.



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