No será fácil para el próximo ministro de Economía de Río Negro volver a poner las cuentas fiscales en orden. Cuando Miguel Saiz termine su primer período al frente del Ejecutivo de la provincia, habrá triplicado los gastos del Estado. Según estadísticas oficiales, durante el primer semestre del 2004 las erogaciones corrientes alcanzaron los 322.4 millones de pesos. El cierre del semestre del año en curso muestra que estos gastos totalizaron 986.6 millones de pesos. El crecimiento, superior al 200%. Estos datos ponen a Río Negro entre las provincias del país que más incrementaron sus erogaciones en el período mencionado. La inercia que presenta la estructura presupuestaria muestra que, cada año que pasa, el superávit corriente y global se reduce a tal punto que ya son pocos los que pronostican un cierre de año con las cuentas equilibradas. El gobierno actual recibió la provincia con superávits (primario y global) superiores a los 100 millones de pesos y será la primera vez, en los últimos seis años, que el presupuesto de Río Negro cierre con déficit. Este es el tiempo que tardó el gobierno en “devorarse” los beneficios que trajo para las cuentas fiscales la salida de la convertibilidad. TORMENTAS EN EL HORIZONTE Por lo general, los fríos datos que muestran los presupuestos ayudan a dar lectura de “dónde estamos” y “hacia dónde vamos”. En este sentido hay números y tendencias que son claves. Una de ellas es la evolución que mostró el gasto corriente en los últimos años y su correlación con los ingresos que presentó la provincia. Durante el período 2004-2007 (lapso que representa la casi totalidad del mandato del gobernador Saiz) los gastos corrientes crecieron algo más del 200% mientras que los ingresos lo hicieron a una tasa del orden del 140%. Estos indicadores muestran claramente una distorsión entre ambas variables que, de no corregirse en el corto plazo, impactarán de lleno en los futuros presupuestos de la provincia. El gasto que mostró la masa salarial en el período de análisis es clave para entender estos desvíos. Durante el primer semestre del 2004, el gobierno provincial destinó a este segmento del gasto 181 millones de pesos. En los primeros seis meses del año en curso, se orientaron 570 millones de pesos. La suba fue del 215%, representando en el presupuesto el rubro “salarios” cerca del 60% del total de las erogaciones corrientes que consolida la provincia al cierre de cada año. De ahí la importancia de este rubro en el presupuesto y sus efectos negativos, cuando puntualmente estos fondos crecen en forma desproporcionada. Estos incrementos mencionados terminan siendo los argumentos de la progresiva caída de los superávits presupuestarios que muestra la provincia desde el 2004 a la fecha (ver infogramas adjuntos). En la medida en que el ahorro corriente se reduzca, menos posibilidades reales de crecimiento tendrá Río Negro. El superávit corriente muestra en definitiva la salud presupuestaria que presenta una provincia, ya que los excedentes generados pueden ser reorientados a obras de infraestructura que permiten apuntalar el desarrollo económico de una región. En el caso de Río Negro, la lógica indica que cada año que pasa menores son los fondos disponibles para realizar obras. Y eso se siente en toda la provincia. En la medida en que los gastos e ingresos corrientes se mantengan con la misma tendencia de los últimos años estaremos, en poco tiempo más, frente a una tormenta perfecta. EL PROXIMO GOBIERNO “No hay duda de que hay que empezar a ajustar el presupuesto si queremos pasar sin sobresaltos los difíciles años que se avecinan”, aseguró un alto funcionario del gabinete del gobernador ante una consulta de este medio. La fuente asegura que “no hay mucho margen para dar marcha atrás sobre lo actuado hasta ahora, pero sí tenemos la posibilidad de poner un freno al gasto”. Estos conceptos resumen, en definitiva, la delicada situación que están atravesando las finanzas públicas de la provincia. Río Negro, como la mayoría de las provincias, depende en gran medida del desarrollo económico que presente la Nación. Si la economía a nivel nacional crece, esa riqueza se reparte –a veces en forma poco equitativa– entre los Estados del interior. Si la economía se “plancha” los fondos comienzan a escasear y son los presupuestos provinciales los primeros en saltar por los aires. El escenario de mediano plazo para la Argentina no es bueno (ver recuadro aparte). La mayor parte de los analistas económicos coinciden en este diagnóstico. Por lo tanto, por propiedad transitiva, hay que pensar en una provincia de Río Negro con un escenario no tan benévolo en materia de ingresos como lo fueron estos últimos cuatro años. Cualquier relación económica ligada al presupuesto muestra la precariedad en la que se encuentra la provincia. Tomemos algunos ejemplos: la evolución porcentual de los recursos y los ingresos en estos últimos años (ver infograma adjunto), la tendencia que muestra el ahorro fiscal y la relación de superávit que tiene la Nación respecto del PBI. Si proyectamos las metas fiscales nacionales que hablan de un superávit de tres puntos del PBI, con este esquema Río Negro debería estar cerrando el año con un ahorro fiscal cercano a los 200 millones de pesos. La cruda realidad muestra que el 2007 marcará un punto de inflexión para las cuentas públicas provinciales, donde el déficit global iniciará su histórico proceso corrosivo en la dinámica futura del Estado provincial. El nuevo gobierno debería prever este escenario. La Nación duplicó las erogaciones Río Negro está entre las provincias del país que más incrementaron, en forma relativa, sus gastos presupuestarios en los últimos años. Las estadísticas muestran que la Nación por su parte lo hizo a una tasa del 125% desde que Néstor Kirchner asumiera la presidencia. Este incremento no viene sólo de la mano del aumento de los salarios y las jubilaciones. También se observan notables crecimientos en los rubros transferencias a las provincias, obra pública, subsidios al transporte y compensaciones para el agro. Respecto de los salarios, un reciente informe elaborado por Fundación Mediterránea destaca que el gasto en personal no es el que más aumentó dentro del presupuesto nacional pero sí tiene un peso determinante –como ocurre en el resto de las provincias– sobre el mismo. Las estadísticas muestran en este sentido que en el primer semestre del año el gasto de este rubro subió un 27% respecto del mismo período del 2006, alcanzando un incremento del 82% cuando se compara la cifra de este año con la que consolidaba el presupuesto hace cuatro años atrás. Los números que muestra Río Negro en este mismo segmento del presupuesto son realmente preocupantes. El gasto en salarios durante el período 2004-2007 se incrementó 215%, un porcentaje que triplica el aumento dado por el gobierno nacional a los trabajadores estatales. Los datos de Nación reflejan por otro lado que la relación entre el gasto primario y el PBI marcarán este año un nuevo record de la participación del Estado en la economía nacional.
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