Un tiempo para San Lorenzo, otro para River y empate cantado.

San Lorenzo y River dividieron goles, puntos y hasta el dominio de las acciones en el clásico de la fecha, que terminó 1-1 y significó el debut del equipo de Núñez en el torneo.

El "Santo" tomó la iniciativa con presión en mitad de cancha y arrinconó al "Millo". Juan Manuel Torres se hizo patrón y fue el abanderado en la génesis de los ataques del azulgrana, con Santiago Hirsig como ladero.

Se veía mejor a San Lorenzo, que a los logró la ventaja con un cabezazo de Silvera, que convirtió desviando hacia la derecha de Ojeda un tiro libre de Ferreyra.

Fue el gran error de la tarde de los dos centrales de River, el debutante Sánchez y Tuzzio, ya que el "Cuqui" se encontró solo y sin saltar ejecutó al arquero.

El visitante no llegó con claridad nunca, ya que Ortega estuvo acorralado por los volantes defensivos y solo atinó a dos centros que despejaron Méndez y Rivero, casi calcados.

En el segundo tiempo, River logró revertir la mala imagen. Daniel Passarella sacó a Abelairas, puso al colombiano Radamel Falcao y el equipo fue otro.

Y a los 12 llegó la igualdad con un penal de Ortega, por falta de "Chaco" Torres sobre Belluschi. El "Burrito" ejecutó con un amague que rozó lo prohibitivo, pero que Passarella festejó paternalmente, como un premio para olvidar los días oscuros que transitó el habilidoso atacante.

River buscó más y Orión tapó dos arremetidas de Villagra, mientras que un remate de Falcao pegó en el travesaño.

Para resaltar fue el pase de casi mitad de cancha que Ortega dio para la corrida del ex lateral de Central, una de las que lució a Orión.

A 8 del final, Romeo volvió a calzarse al azulgrana tras sus años en Europa y en la primera que tocó pudo convertir el triunfo, cuando un tiro de Rivero que pareció buscar el arco se transformó en centro y exigido el delantero llegó a tocar con el pie, yéndose cerca de un palo.

Sobre el final también San Lorenzo pudo festejar pero allí estuvo Ojeda, quien tapó de manera brillante y dejó el clásico a mano. Al fin y al cabo, dejó el marcador en un justo 1-1.