La muerte de Gonzalo Acro fue como echar nafta en el fuego. Rousseau y sus secuaces juraron venganza, y en ese 'trámite' andaban cuando se enteraron de la suspensión.

Se dice que con el correr de las horas Rousseau había reunidos alrededor de 300 barras de los "pesados", y con que ellos iba a copar las tribunas en el frustrado partido de ayer.

Es más, la muerte de Acro golpeó tan fuerte en el seno de River, que varios hinchas que estaban ajenos al enfrentamiento entre Rousseau y Schlenker se "pegaron" a Adrián en las últimas horas. Si es así, Alan habría perdido mucho poder.

La otra novedad: el bando de Rousseau habría armado una investigación paralela, con seguimientos a barras contrarios, investigaciones en el lugar del hecho y demás.

El objetivo es terminar con la coarta de Alan, quien aseguró que a la hora del asesinato comía un helado en Juramento y Vuelta de Obligado.