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El trabajo en la tierra, herencia ancestral | ||
El Chañar, situado en el Departamento Añelo de la provincia del Neuquén, se suma a la producción frutícola del Alto Valle como iniciativa privada en 1968. La firma Frigorífico Cipolletti, de Gasparri Hnos., adquirió miles de hectáreas en la zona e inició una fuerte expansión de la fruticultura en Neuquén. En 1979, unas 8.000 hectáreas de esa zona eran susceptibles de riego y, poco después, la mitad de esa cifra ya estaba en producción gracias a las obras de riego que se construyeron sobre el río Neuquén. Los primeros colonos llegaron al lugar a principios de siglo pero, hasta tanto no se hicieron obras de riego, este lugar se mantuvo ajeno a la producción. La década del '70 registró la llegada de colonos al lugar, entre ellos los de origen japonés. Dentro de este grupo de pioneros estaban los Yasuhara y los Matsui, ambos provenientes de la isla de Hokkaido. En El Chañar, Yasuhara, su esposa y sus cinco hijos vivieron tres años, hasta que los niños llegaron a la edad escolar y se vieron obligados a mudarse a una ciudad. Escogieron Cinco Saltos. Durante los años en El Chañar hicieron verduras y frutillas que vendían en Neuquén. Una temporada también hicieron melones y sandías, para lo cual alquilaron una chacra vecina. "Tuvimos una producción muy buena recuerda Tokie, tanto que sacamos ¡un melón de 8 kilos y una sandía de casi 18! Justo en ese momento vino a El Chañar una delegación de Japón a conocer al grupo de agricultores. ¡Nunca habían visto nada parecido! Se entusiasmaron tanto que llevaron semillas de melón y de sandías para hacer en Japón, pero nunca pudieron hacer allá frutos de ese tamaño". En la chacra de esta familia, quedaron los suegros de Tokie unos años, luego se alquiló y hace unos pocos años una de las hijas de estos pioneros retomó la actividad agrícola. Catalina, una de sus mellizas, estudió y trabajó en Neuquén vinculada a la actividad bancaria, pero hace un año resolvió cambiar de empleo: "Catalina empezó a hacer frutillas cuenta su madre; yo la ayudaba a embalar y ella salía con su camioneta a venderlas por Cipolletti y Neuquén. En un momento abastecía a las bodegas que tienen restaurantes en El Chañar. Nosotros tenemos la chacra en la Picada 6 y las bodegas están en la Picada 7. Este año ya se acercó al grupo de frutilleros pero la iniciativa falló. Como esa chacra la desmontamos, se decidió hacer allí 6 hectáreas de alfalfa para semilla. Vamos a ver cómo va esto... por ahora me da gusto que uno de mis hijos se entusiasme con una actividad que trajo a mi familia a este lugar y con una actividad que hacemos hace tantas generaciones". En 1973 se creó en esta colonia el pueblo San Patricio del Chañar. El nombre de San Patricio se tomó del patrono de Campo Filone (Italia) de donde provenían los impulsores de la colonización que emigraron al Valle en 1898. Por otra parte, "Chañar" deriva del nombre quechua del chical (árbol espinoso de madera dura y propiedades medicinales) que, extrañamente, se encuentra en la zona. Un siglo después de la radicación de los primeros colonos, San Patricio del Chañar alcanzó una población de 5.000 habitantes que se dedicaron, en su mayoría, a la fruticultura. Ubicada a 45 kilómetros al norte de la capital provincial, su ejido abarca el 40% de la superficie frutícola de la provincia. Hoy, posee 20.000 hectáreas aptas para la producción y 3.000 hectáreas con riego sistematizado. El 60% de su producción es destinado a la exportación y se concentra principalmente en manzanas, peras, frutas de carozo, nectarinas y ciruelas. En 1998, se realizó el lanzamiento oficial de la marca "El Chañar", a raíz de una estrategia de marketing que busca que todos los productos de la localidad tengan el aval de una marca de origen. (SY) |
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