Es una casa típica de campo, en Punta del Este. Reina allí un espíritu rústico y cálido que salta inmediatamente a la vista. Todo hecho en madera, con paredes de piedra y grandes ventanales por donde ingresa luz natural, siempre, en todo momento. Está ubicada a 2 km. del pueblo uruguayo de José Ignacio, en el medio del campo y con vista al mar, se emplaza esta casa obra de las arquitectas Irene Joselevich y su hija Ana Rascovsky. En el número pasado de “eH!” la conocidos por fuera. Ahora, desde el hall ingresamos a ella para conocerla en todo su interior, donde todos techos son de pino apenas pintado para matarle un poco el nudo complementado con vigas de lapacho. Algunas de las paredes son de lapacho, otras de ladrillo pintado y otras construidas de la misma piedra usada en el exterior. Los pisos de toda la casa son también de lapacho en forma de listones y en los baños es de piedra. La escalera que conecta la planta baja con la alta es muy simple, en madera y con baranda de cañito macizo. Los muebles que componen el interior fueron adquiridos de a poco y a gusto de los dueños de casa. Algunos, como la mesa de comedor y las camas, fueron diseño del mismo estudio y otros se fueron adquiriendo a medida que avanzaba la construcción obra. Esta combinación de muebles le aporta a la casa un encanto especial, una sensación de confort y acogimiento; ideal para un refugio de descanso. El hall por donde ingresamos a la casa nos da una pauta de lo que veremos a continuación. Madera de lapacho y piso de ladrillo refractario. Sin duda, una sensación de calidez que se repite en todo el espíritu de los espacios interiores. En la cocina, las paredes son de ladrillo pintadas de turquesa y muebles de diseño muy simple combinado con géneros de texturas suaves en la misma gama de colores que la pared. El mezzanine es un espacio de concepto diferente. Con vista al mar, visual cerrada al exterior por los fuertes vientos, pero abierta hacia la gran galería exterior. Piso de lapacho y columnas de eucalipto. Un espacio para recreación y estar. Una prueba más del concepto de integración entre el exterior y el interior. El espacio de escalera, hecha con madera de lapacho y baranda de caño macizo. La visual hacia fuera es sorprendente; piso de tierra donde crecen las plantas dentro del espacio; lo que da la nota de peculiaridad al ver como se logro la unión del interior con el exterior. En los dormitorios rigen este mismo concepto. Ubicado en la planta alta tiene paredes de ladrillo en tono turquesa y blanquería en los tonos violáceos con detalles de color. Un gran ventanal aporta gran cantidad de luz y una fuerte visual. Piso de madera de la lapacho. TIPS! • El lote cuenta con 7 hectáreas. La casa está en la parte alta de esta porción de tierra. • Está repartida en dos plantas: la baja registra 185 m2 cubiertos, donde están el living principal, comedor y cocina integrados, dos dormitorios, un baño más un toilette; en la planta alta, de 112 m2 cubiertos, hallamos un segundo estar semicubierto (la mezzanine), el playroom -un espacio completamente aparte al que se accede únicamente por la escalera del living-, dos dormitorios y un baño. • Para el exterior, se eligió piedra, carpinterías de lapacho brasilero y columnas de eucalipto. • Estilo: austero y muy rico en detalles deco. • El encanto del maravilloso entorno siempre está presente. Un campo rodeado de bosquecitos aislados de eucaliptos y espinillos. • Contacto estudio Joselevich: irene@ciudad.com.ar
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