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Esperando al mesías

El fútbol argentino en tiempos de la era pos Maradona.

Un fantasma recorre el fútbol argentino: el de la frustración cada vez que juega la selección mayor. Y como contrapartida, aires de esperanzas lo cruzan cada vez que la juvenil juega mundiales... y los gana.

Ese fantasma de la frustración esta vez se magnificó por la simultaneidad. Es que mientras unos caían goleados en la final de la Copa América de Venezuela ante Brasil, los otros se floreaban en el Mundial de Canadá y levantaban la Copa de la categoría por quinta vez en los últimos siete torneos.

Hace catorce años que la selección mayor no gana nada y doce que su versión juvenil transita su etapa más exitosa, la que comenzó en 1995 José Pekerman y continúa hoy su asistente de entonces, Hugo Tocalli. En este último dato pueda encontrarse una respuesta posible a la pregunta del momento: ¿por qué la mayor no puede continuar el éxito de la juvenil?

Mientras en la sub 20 el cuerpo técnico se mantuvo con la sucesión Pekerman-Tocalli, excepto la experiencia de 2005, cuando el equipo fue campeón dirigido por Francisco Ferraro, en la selección mayor los proyectos cambiaron radicalmente desde la partido de Carlos Bilardo, en 1990: Alfio Basile, Daniel Passarella, Marcelo Bielsa, el propio Pekerman y Basile doce años después, todos muy distintos, demasiado distintos para aspirar a una continuidad en el estilo futbolístico.

Pero el mayor drama del fútbol argentino quizás sea la ausencia de Diego Maradona.

Y la mayor de sus necesidades sea la aparición urgente de su sucesor, un futbolista capaz de contener en su humanidad todo el fútbol posible. Pero el fútbol argentino tiene (malas) noticias: no habrá otro como Diego, nunca.

Brasil, a quien hoy parece salirle todo lo que a Argentina no, también sufrió un largo duelo tras el retiro de Pelé en México '70. La verdeamarela tardó 24 años y varias generaciones de brillantes futbolistas en volver a ser campeón del mundo. Y como el fútbol argentino hoy, el brasileño también buscó al sucesor de Pelé, pero no lo encontró. Sólo cuando olvidó el asunto y comenzó a disfrutar de sus cracks pudo volver a ser campeón. Y vaya si lo consiguió: dos mundiales y cuatro copas América en los últimos trece años.

Brasil apostó todo a Zico, el 'Pelé blanco', pero no hubo caso. Arthur Antunes Coimbra, así se llama, comandó dos selecciones de lujo, las de España '82 y México '86, pero en ambas sólo llegó al umbral de la gloria.

Argentina ya no piensa en Juan Román Riquelme. Ahora, todos miran a Lionel Messi.

Quizás el camino sea no esperarlo todo de un futbolista, sino de un equipo del cual el crack del Barcelona sea el líder. Será entonces cuando las joyas juveniles tengan algo para decir con la camiseta de la mayor. Mientras, el fútbol argentino sigue esperando al mesías de la redonda.

 

JUAN MOCCIARO

jmocciaro@rionegro.com.ar



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