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\"FATTO IN CASA\"?

LAS ROSAS SE PUEDEN HACER EN CASA, PERO LAS DE VIVEROS ESPECIALIZADOS ASEGURAN UNA LARGA VIDA.

mpliando la respuesta a la consulta sobre rosas, quiero aclarar algo que creo

importante tener en cuenta: los rosales se pueden hacer de "podos", o sea, estacas, pero es una verdadera lotería su vida futura.

Por eso, ante todo creo importante explicar cuál es la diferencia entre un rosal silvestre y uno de jardín. El silvestre nace de semilla y conserva todo su potencial genético de resistencia a enfermedades y condiciones de clima y suelo desfavorable, en tanto que el de jardín es el fruto del trabajo humano de selección.

Para obtener cualquiera de las variedades de rosal de espléndidas flores que cultivamos en nuestros jardines, los viveros especializados a nivel mundial invierten muchos años de investigación y mejoramiento genético. De hecho, estos viveros son bien pocos a nivel mundial y algunos de ellos son archiconocidos por quienes estamos en el tema y seguramente muchos de ustedes los han sentido nombrar en las mismas rosas que figuran, por ejemplo, en el catálogo que entrega el vivero productor de nuestra región... Meilland y Kordes son seguramente los más conocidos, pero también Tantau y Boerner, todos de Francia y Alemania.

 

EL AZAR

Una nueva rosa se puede obtener por azar. Por ejemplo, si en una planta de flores blancas de repente aparece un lindo pimpollo blanco

jaspeado con rosado... a esto se le suele llamar "quimera" y es una mutación natural a la que también, en el idioma de la calle, se le

suele llamar "tarro", o sea, una suerte descomunal.

Si se toman yemas de la rama que ha producido esta flor, es posible obtener muchas nuevas plantas que conserven ese color novedoso. En ese caso, si se logra la multiplicación indefinida de ese "tarro" (perdón, "quimera"), el vivero le pone un nombre y lo deriva a un organismo controlador, que verifica la autenticidad y permanencia de esta nueva variedad y, una vez lograda esta homologación, se autoriza su venta con el nombre elegido y hasta puede ganar algún premio en las exposiciones que a ese fin de la promoción se realizan.

Entre el descubrimiento y la venta al público pasan una punta de años, durante los cuales el vivero "banca" el mantenimiento y multiplicación y los gastos de la homologación. Luego, por supuesto, quiere ganar dinero.

Pero este "tarro" se produce muy rara vez en forma natural. Todas las demás creaciones pasan por un proceso más largo y arduo.

LA GENETICA

No soy precisamente un experto en mejoramiento genético pero, por lo que sé, crear una nueva especie comienza con una planta madre elegida

por ejemplo por la bella forma de su pimpollo de color blanco, con el fin de obtener una nueva variedad también por ejemplo de flor roja. Entonces comienza el cruzamiento de esa madre ("madre hay una sola") con padres de color rojo para obtener semillas fértiles.

De una madre entonces se obtienen cientos o miles de semillas, las que se siembran y se espera a que florezcan, con lo cual pasan mínimo

tres años. A cada planta florecida que tenga características interesantes, se le asigna un

número y se comienza a hacer un seguimiento individual por varios años... las que se destaquen se

multiplican por injerto y, una vez que el seleccionador crea haber obtenido algo comercialmente interesante, seguirá el mismo camino hasta su homologación como el caso anterior, pero ya no juega el "tarro" sino el "sudor".

De miles de plantas nacidas de esa planta madre sólo unas pocas pueden eventualmente y no siempre ser nuevas variedades. Todo este proceso

implica años de trabajo, pago de mano de obra, costo de la tierra y todos los demás "chirimbolos" que influirán en el precio final de la patente para los viveros multiplicadores y de éstos al público.

BELLEZA VERSUS RESISTENCIA

Ahora bien, ustedes se preguntarán a qué se debe este largo "espiche" para contestar una simple pregunta.

Lleva a una respuesta concreta... las rosas de tan lindas flores que la lectora (o usted) quiere multiplicar por "podos" ha sido objeto de años de mejoramiento genético haciendo hincapié sólo en su aspecto o su perfume o "ambas dos".

Para que pueda sobrevivir a las enfermedades, especialmente al ataque de hongos patógenos en el suelo, se las injerta sobre pies silvestres u otros también creados en vivero.

Las plantas hechas de gajo en nuestro hogar pueden brotar, crecer, dar flores e incluso vivir muchos años, pero en el momento menos esperado al mes, al año o más morir de la noche a la mañana. Esa es la diferencia y no sólo en el precio entre una rosa hecha de gajo (que también ofertan algunos viveros menos rigurosos) y otra injertada y que lleva al menos tres años de producción en vivero antes de salir a la venta.

 

TEODORICO HILDEBRANDT

eljardin@rionegro.com.ar

 



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