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Mercados nerviosos por la suba que experimentó el dólar

Para la mayor parte de los analistas financieros, la paridad de 3,20 pesos es un techo en la evolución de la divisa estadounidense. El gobierno nacional y la industria exportadora, entre los sectores que más se benefician con el nuevo valor.

¿Hacia dónde va el dólar? La respuesta exacta hoy vale millones, en una Argentina que no termina de comprender la evolución de la paridad cambiaria en el país. En el mundo, el dólar está cayendo estrepitosamente frente al resto de las monedas. Mientras, en la Argentina ocurre exactamente lo contrario.

Algunos analistas calificaron lo ocurrido en la city porteña de "mini corrida". Otros prefirieron hablar de oscilaciones bruscas propias del mercado y hubo quienes directamente ignoraron lo sucedido aduciendo que "en los próximos días la divisa volverá a su piso de 3,12 pesos". Las opiniones fueron disímiles, pero la población habló durante toda la semana del dólar, cosa que no hacía desde fines del 2002.

¿Puede seguir subiendo la divisa? En la medida en que el gobierno nacional quiera que esto suceda, la respuesta será afirmativa. Para muchos analistas del sector financiero, la paridad a 3,15/3,20 es convalidada por el Banco Central y difícilmente supere en el corto plazo el techo puesto en los últimos días por el mercado. Pero la sociedad está sensible, y esto se nota: ante cualquier modificación en la paridad, la gente reacciona buscando desprenderse de sus pesos, una práctica que parecía olvidada en el país.

Está claro que, para poder sostenerse, el plan económico oficial se apoya en un dólar competitivo. De allí que se dice este valor en la paridad monetaria es convalidado por el gobierno. Si éste no interviniera en el mercado, el dólar debería estar más cerca de los 2,20 pesos que los 3,20 alcanzados durante esta semana.

Desde el Banco Central aseguran que se va a mantener la intervención en el mercado, por lo que habría que pensar que salvo condiciones externas realmente complicadas el dólar se sostendrá en torno de 3,20 pesos. "Hoy tenemos la fortaleza para continuar este esquema. Un dólar competitivo permite un desarrollo de la economía mucho más sustentable", aseguró un alto funcionario del Central al ser consultado por el tema.

Pero los márgenes de acción dentro de los cuales se mueve la entidad monetaria están condicionados por los mercados externos. Las bolsas internacionales muestran que la economía mundial está buscando un "ajuste" al crecimiento sostenido de los últimos cinco años. Si este ajuste ocurriera en forma agresiva, los efectos nega

tivos llegarían a la Argentina y el Central nada podría hacer frente a una corrida internacional.

En definitiva, el gobierno buscará sostener la paridad cambiaria en los niveles actuales, trabajando contra los ciclos económicos mundiales que muestran todo lo contrario: monedas locales muy fuertes frente a un dólar débil. En la medida en que las corridas sean focalizadas, como las de la semana pasada, el Central podrá intervenir sin problemas para sostener la divisa. Pero la situación podría complicarse si la economía mundial se desacelerara e ingresara en un ciclo recesivo.

 

GANADORES

Y PERDEDORES

 

Un reciente informe elaborado por el matutino económico porteño "El Cronista" detalla quiénes son los ganadores y perdedores en el mercado de resultas de esta nueva política.

" Sector externo. Un tipo de cambio más devaluado favorece las exportaciones y restringe las importaciones. Un dólar a 3,20 pesos permite cambiar la tendencia que venían presentando los números del comercio exterior: las compras externas crecían a un ritmo que casi duplicaba las exportaciones. En junio, el superávit comercial se redujo

un 8,5%. Este nuevo escenario, con un dólar más fuerte, permitirá recomponer la situación ya que las importaciones se encarecerán y las exportaciones se harán algo más competitivas.

" Inflación. Una suba coyuntural del dólar no tiene mayor impacto en los precios internos, pero se advierte que si esto se mantuviera o profundizara (si se quebrara la barrera psicológica de los 3,20 pesos) la inflación podría acelerarse por el encarecimiento de las importaciones. Históricamente, en la Argentina cada punto de aumento en la divisa ha contribuido con un 0,3% de inflación. Resulta evidente que en un escenario de aceleración inflacionaria pierden los consumidores, pero también que el gobierno nacional está dispuesto a arriesgar más inflación para mantener un crecimiento sostenido de la economía.

" Industria. Un dólar más alto es siempre la mejor protección para los sectores industriales más sensibles a la competencia externa, como hoy son los textiles o el calzado. Además, mejora la competitividad de las exportaciones y hace al país más atractivo para inversores externos, como en el sector automotriz. Dentro de este esquema, hay que resaltar que si bien la industria gana en competitividad, la misma es transitoria ya que un esquema de dólar a 3,20 pesos implicará, en el corto plazo, un incremento de los costos internos.

" Sector financiero. La oscilación imprevista que mostró el dólar en los últimos días desarticula en buena parte la bicicleta financiera que se había instalado entre algunos operadores. Es decir, la posibilidad de obtener jugosas ganancias apostando a bonos u otros activos locales, con un virtual seguro de cambio en 3,10 pesos por dólar. Además, para los bancos extranjeros un alza del dólar es siempre un dato negativo, porque implica una baja en el monto de remisión de las utilidades a sus casas matrices. En este sentido, las entidades financieras apuestan muy fuerte a la apreciación del peso para el mediano plazo, situación totalmente contraria a lo que exigen los sectores productivos.

" Financiamiento público. La suba del dólar y la caída de los bonos argentinos hace que los mercados estén prácticamente cerrados para la Argentina. Si el gobierno quisiera salir a financiarse, actualmente debería pagar tasas que son 100 puntos básicos más altas que hace un mes y medio atrás. Este es un dato central, teniendo en cuenta que el mes próximo Economía deberá enfrentar los vencimientos de deuda por 3.450 millones de dólares.

" Sector fiscal. En junio, el superávit fiscal fue sensiblemente menor al esperado, por el aumento en los subsidios para paliar la crisis energética, en particular por las importaciones de fuel oil y otros combustibles. Cabe esperar que el alza del tipo de cambio refuerce esta tendencia e incremente más las erogaciones del gobierno. Pero, por otra parte, el presidente Kirchner también debería obtener mayores ingresos en concepto de retenciones a las exportaciones, uno de los puntales de la recaudación fiscal.

 

(Redacción Central)



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