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HISTORIAS DEL OTRO LADO

Pablo De Santis fue guionista de "El otro lado" y "El visitante", dos memorables ciclos de la televisión durante la década del '90 conducidos por Fabián Polosecki que se emitían por, en aquel entonces, ATC. Ambos programas reflejaban las vivencias cotidianas, las historias de vida y los saberes de la gente común de la mano de su conductor, Fabián Polosecki, quien se convirtió en el iniciador en la pantalla chica del acercarse a las historias urbanas, mucho antes de que lo hiciera Gastón Pauls. Pablo y "Polo" (como lo llamaban a Fabián Polosecki) se conocieron en 1985 en la editorial Abril. "En realidad casi empezábamos en el periodismo. Y lo hacíamos en un lugar raro para comenzar, una editorial que se desmoronaba. Todos esperaban huir y nosotros entrábamos", recuerda De Santis.

En esa editorial ambos escribían en las páginas de "Radiolandia 2000" que, según Pablo De Santis, pretendía ser una especie de revista de interés general, "pero de a poco se encaminó a una zona que hoy llamaríamos bizarra: no sólo escándalos sino notas inventadas y la presencia constante de esa otra farándula, la esotérica; astrólogos y perseguidores de ovnis y miembros de órdenes secretas que, a pesar de habitar el mundo de lo oculto, hacían muy poco por ocultarse".

De Santis asegura que "Polo" encontró en la televisión "una forma de expresión adecuada a sus posibilidades y a esa sensibilidad e inteligencia que poseía. Polo conseguía que los entrevistados contaran sus secretos mejor guardados, pero se comprometía demasiado con la gente. Se entregaba por completo y, al compartir el sufrimiento ajeno, se desgastaba. La indiferencia nunca fue uno de sus atributos", comentó Pablo De Santis.

El novelista observa la huella de "El otro lado" en muchos otros programas que descubrieron "la necesidad de construir relatos para dar cuenta de un desorden de realidad". Pero enfatiza que lo que inauguró Polosecki fue "la idea de que una historia se construye a partir de un punto de vista. Y que esa mirada es caprichosa, personal, subjetiva. El mundo marginal no era lo que más nos importaba aclara. Si se acercaba a un travesti era para ver lo que podía tener en común con el resto de la gente".

Aunque la mayoría de los programas se grababan de día, "El otro lado" dejó la idea de un programa "absolutamente nocturno", señala De Santis. "Las historias se contaban desde la noche. No es lo mismo contar una historia de noche que de día. La noche aumenta la sensación de soledad del que oye y del que habla y todo parece haber ocurrido mucho antes. La noche nos aleja de las cosas. Hay menos ruido y se puede hablar con calma". (PM)



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