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Una generación huérfana de gloria | ||
Varios jugadores se alejarán de la selección sin vuelta olímpica. |
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La teórica lógica que se desprendía de cualquier análisis previo no se cumplió, y Brasil enterró las ilusiones de una generación de jugadores argentinos destinada a sufrir festejos ajenos. El fin de los 14 años sin títulos para la selección argentina era para el mundo un hecho, pero igual que en la Copa América del 2004, un equipo 'alternativo' de Brasil abofeteó al que se suponía mejor equipo del campeonato y otra vez la Copa la levantaron manos brasileñas. La generación que comenzó su andadura con la camiseta celeste y blanca de la mano de Daniel Passarella a fines de 1994, quedó sin posibilidades de vuelta olímpica. Roberto Ayala (34 años), Hernán Crespo (32), Juan Sebastián Verón (32) y Javier Zanetti (33), seguramente no estarán de disputar el Mundial de Sudáfrica, próxima cita por los "porotos grandes". Sin estar dentro de ese grupo de históricos, por no haber sido convocados en muchas oportunidades, en los casi tres lustros de sinsabores, Roberto Abbondanzieri (34) y Hugo Ibarra (33) es poco probable que puedan tener otra chance. Pese a seguir siendo cantera que nutre al mundo de excelentes jugadores, Argentina se ha transformado en una selección que es justamente lo contrario de lo que se le supone por historia. Posiblemente, el mejor ejemplo de ser un jugador de nivel internacional, pero que ha tenido errores decisivos en instancias clave jugando para Argentina es Ayala. Su compromiso y su amor por la "albiceleste" es indiscutible, así como su condición de ser por lejos el mejor defensor argentino de los últimos 15 años. Pero ayer, su error de cálculo en la jugada del tanto de Julio Baptista y el gol en contra del 2-0, tuvieron una implicancia vital en el desarrollo de un encuentro en el que todos los albicelestes fueron una verdadera sombra de lo que habían sido en los cinco partidos anteriores. Argentina, que en los últimos años festejó solamente en los Juegos Olímpicos de Atenas '04, perdió en Venezuela su tercera final en tres años (Dos Copas América y una Copa Confederaciones), todas contra el rival de siempre, Brasil. "Los jóvenes, los más chicos que vienen desde abajo tienen que tener su oportunidad. Hay que darles apoyo y que no se caigan porque ellos son el futuro de la selección argentina", dijo Verón luego de la final, presagiando la renovación necesaria. La generación Passarella quedará huérfana de títulos. La siguiente de Pablo Aimar y JR Riquelme, junto a la de los Messi y Tevez, cargarán ahora con la pesada mochila de devolver a su selección la gloria, que por historia, supimos conseguir. |
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