El director del Centro Metropolitano de Diseño (CMD), Adrián Lebendiker, sostuvo que para que el diseño argentino alcance un nivel de desarrollo competitivo “ya no alcanza con la creatividad” que lo lanzó a la fama en los últimos años, sino que remarcó que “se requiere de mayor inversión en las áreas de conocimiento y tecnología”.
El diseño argentino cobró una importante relevancia a nivel mundial en los últimos años, no solo a nivel local sino en el plano internacional, donde cantidad de creativos argentinos lucen sus producciones y seducen a auditorios exigentes, como los de Nueva York, Milán o Barcelona.
Sin embargo, según Lebendiker, “se alcanzó un techo y para pegar el salto, madurar y ser más competitivo tanto local como internacionalmente, se requieren otras escalas de inversión, en conocimiento aplicado”.
“La perspectiva que se plantea ahora es lograr niveles de desarrollo compatibles con los estándares que hay en otros lugares del mundo”, remarcó el experto a la agencia DyN, al tiempo que señaló que “para lograr cierta sustentabilidad y cierta proyección, no alcanza con la creatividad”.
Así, destacó que “los techos, las barreras que se pueden presentar tienen que ver con proyectos, donde se necesita mayor inversión en conocimiento y tecnología aplicados al diseño”.
“Hasta ahora lo que surgió es un diseño impulsado por profesionales que se pusieron a trabajar por su cuenta, desarrollaron sus propias marcas y productos, y lograron imponer en el mercado productos de pequeña escala con una un vuelta de tuerca, un diferencial sobre todo lo puesto, en el lenguaje, en el guiño con el consumidor”, indicó Lebendiker.
Añadió que “se trata de productos divertidos que dejan atrás la visión más conservadora que solía haber en relación al consumo de productos, como objetos cotidianos e indumentaria”. Así, precisó que “la mayoría se dedicó a la indumentaria, a los objetos cotidianos, los muebles y algo de juguetes”, lo cual, puntualizó, demanda “un proceso de aprendizaje no demasiado riesgoso”.
Explicó que “son mercados de barreras de ingreso bajas, donde se hace una primera colección se vende, y se puede hacer más”, pero remarcó que dada esa condición “ingresaron muchos y se desarrolló un espacio de productos alternativos, cuya mayor visibilidad es Palermo”.
“Esto tiene un impacto bajo en la economía. Se requieren de otros niveles de inversión, desarrollo y conocimiento aplicados al diseño”, estimó Lebendiker, quien destacó que “en ese sentido, planteamos la Conferencia CMD 07”, que se llevará a cabo el 20 y el 21 de este mes en el predio de la Sociedad Rural Argentina en el barrio porteño de Palermo.
En su tercera edición consecutiva, la Conferencia CMD estará orientada a abordar los procesos de generación de nuevos materiales y al mismo tiempo la generación de procesos de exploración que desarrollan empresas y diseñadores y que permiten generar valor simbólico, económico y social a partir de la materia prima.
El titular del Centro destacó la “necesidad de instalar una cultura permanente de investigación y conocimiento en este terreno”.
“Empiezan a haber señales en dirección a una mayor inversión, en tecnología y conocimiento”, afirmó Lebendiker, quien indicó que “esto sucede porque hay un horizonte de mediano plazo en la economía, que si se lo percibe, entonces las empresas invierten y crecen, sino se especula”.
Así, subrayó que “el diseño es útil y necesario para competir, las empresas internacionales ya lo hacen hace muchos años”. Habrá que ir para estar
a tono, ¿no?. (DyN)