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Los trabajadores de Río Negro mejoraron un 71% su salario real

Este indicador
ubica a la provincia entre las líderes a nivel país.

Neuquén tuvo un aumento real del 63%, pero con haberes nominales más altos.

Río Negro y Neuquén se encuentran entre las provincias del país donde más aumentó el salario real desde la crisis que determinó la salida de la convertibilidad a principios del 2002.
Teniendo en cuenta la evolución que presentaron los salarios nominales entre marzo del 2002 e idéntico mes del 2007 y el crecimiento de los precios minoristas consolidados por el INDEC en el mismo período, se puede determinar que la recuperación del salario real en el sector formal se ubicó, para los trabajadores de Río Negro, en el 71,6% y para los del Neuquén, en el 63%.
En los últimos cinco años, los salarios nominales del sector formal crecieron un 114% en el promedio país, superando el incremento oficial en los precios minoristas, que desde entonces ascendieron casi un 100%. En Río Negro y Neuquén el aumento nominal del salario estuvo por encima de esta media: 166 y 158% respectivamente (ver infograma).
Así lo confirma un reciente informe elaborado por el Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías Regionales (Iader) en el que se destaca que los salarios reales muestran una recuperación del 17,6% desde inicios del 2002, considerando las dos variables antes mencionadas.
Si se tiene en cuenta que a partir del 2005 los datos del INDEC comenzaron a ser tomados en forma parcial, sin mostrar la realidad económica del país en materia de precios internos (en algunos productos sólo los precios máximos acordados por el gobierno, valores que en la mayoría de los casos no se reflejaron en las góndolas), se puede estimar que estos indicadores estarían sobredimensionados a favor de la mejora de los haberes, como mínimo, en un 20%.
Pero sigamos trabajando con las estadísticas oficiales.
A partir del trabajo del Iader, se puede decir que la recomposición salarial no siguió la misma trayectoria en todas las provincias. De acuerdo con datos de la Administración federal de Ingresos Públicos (AFIP) sobre la evolución de los sueldos brutos  promedios del sector formal, la mejor performance salarial se observó en Chubut: entre marzo del 2002 y marzo del corriente año, en esta jurisdicción los salarios casi se triplicaron, pasando de 987 a 2.768 pesos, lo que representa un incremento nominal del orden del 180%.
Descontando el “efecto precios”, que repercute negativamente sobre el poder adquisitivo, en esta provincia los salarios reales tuvieron una suba del 86%, lo que la convierte en uno de los distritos con mayores sueldos del país.
El segundo mejor desempeño salarial lo lograron los asalariados de Santa Cruz, con un incremento nominal del 169% y una mejora del 74% en el salario real en el mismo período.
Santa Cruz es la provincia que mejor paga a los asalariados del sector formal (3.271 pesos al mes contra 1.216 del 2002 –las cifras corresponden a marzo de cada año–), superando incluso los niveles de la Ciudad de Buenos Aires, cuando cinco años atrás ésta lideraba cómodamente  el ranking a escala nacional.
El informe destaca, asimismo, que a diferencia de lo que sucedió en la mayoría de las provincias, hubo sólo dos jurisdicciones en las que los salarios reales promedios del sector formal no tuvieron recomposición desde el 2002.
Una de ellas es Buenos Aires. Los sueldos promedios subieron un 89% –siempre tomando como referencia la comparación de marzo del 2002 con marzo de este año–, aumento que no alcanzó para cubrir el efecto precios y dejó como resultado una caída del 8,1% en el salario real  –los sueldos brutos nominales pasaron de 1.308 a 2.472 pesos–.
Jujuy y Río Negro fueron las dos provincias donde se registró el mayor aumento salarial en los últimos cinco años. En Jujuy, los salarios nominales subieron un 166% entre marzo del 2002 e igual mes del 2007, aunque partiendo de niveles muy bajos (en marzo del 2002 los asalariados del sector formal recibían apenas 543 pesos al mes), lo que explica que a pesar de esta recomposición sigue ubicándose entre las provincias argentinas donde menos se gana (unos 1.445 pesos al mes).
En Río Negro, los salarios nominales tuvieron el mismo aumento que en Jujuy, aunque un trabajador registrado recibe un salario bruto sustancialmente mayor (1.850 pesos mensuales). Con esa evolución, en cinco años en ambas provincias el salario real mejoró un 71,6%.
De la mano del nuevo auge industrial, los buenos precios del petróleo y el desarrollo del turismo, Neuquén y Tierra del Fuego también se ubicaron al frente de la recomposición salarial que se observó en gran parte del territorio nacional.
En cinco años, los sueldos nominales del sector formal subieron un 158 y un 142% respectivamente, obteniéndose como resultado una mejora real de bolsillo del 63 y del 47% en sendos casos. Los sueldos brutos promedios en estas provincias se ubican entre los más altos del país (2.758 y 2.700 pesos respectivamente).
El trabajo del Iader remarca también que otras dos provincias donde los sueldos formales tuvieron un ajuste significativo fueron Entre Ríos y Santa Fe, ambas beneficiadas por el buen momento de los precios agrícolas (especialmente de la soja), que se derramó hacia el resto de los sectores productivos.
En estas jurisdicciones los sueldos brutos formales nominales subieron un 140,1 y un 139,5%, logrando como resultado una mejora en el salario real del 40 y el 44%.
Entre las provincias con mayores aumentos salariales se ubicaron también, en orden de importancia, Catamarca, San Juan, Misiones, Salta, La Pampa, Mendoza, Formosa y Chaco, todas con subas en los sueldos brutos nominales que oscilaron entre el 128 y el 131%, obteniendo mejoras en los salarios reales algo mayores al 30%. No obstante, se observan fuertes diferencias en las escalas salariales: mientras que en Catamarca los sueldos brutos saltaron a 1.670 pesos al mes, en Chaco alcanzaron apenas los 1.319 pesos, entre los más bajos del país. El estudio del Iader destaca por otra parte que Tucumán, Santiago del Estero, Capital Federal y La Rioja fueron  los distritos que más lentamente ajustaron los salarios en los últimos tiempos.
El peor caso se dio en La Rioja, donde los sueldos nominales del sector formal apenas aumentaron un 62,9%, lo cual no alcanzó para compensar el impacto de las subas de precios. Hacia marzo, en esta jurisdicción los sueldos mensuales ascendían a 1.106 pesos, el nivel más bajo del país, y en términos reales ese monto se ubicaba un 35% por debajo del salario de cinco años atrás.
La otra jurisdicción que tuvo una reducción en sus salarios reales promedios fue la Ciudad de Buenos Aires (-8,1%).
La pobre performance salarial de Buenos Aires determinó que, de ser la ciudad en la que mayores salarios recibían los trabajadores, pasara –en marzo de este año– a ocupar el quinto lugar entre los que mejor pagan, superada fundamentalmente por las provincias patagónicas.
Tampoco tuvieron una buena performance los sueldos de Santiago del Estero: si bien subieron de 661 pesos en marzo del 2002 a 1.372 pesos en idéntico mes de este año, el aumento nominal logrado fue del 106,3% y apenas alcanzó para compensar la escalada en los precios minoristas. En términos reales, el salario trepó así por debajo del 10%.
Algo similar sucedió en Tucumán: los sueldos nominales alcanzaron en marzo pasado los 1.324 pesos, un 107,6% por encima del mismo mes del 2002, resultando un aumento en el salario real de sólo el 11,1%.
(J. L.)

Presión sobre los presupuestos

En la mejora del salario real de los trabajadores de Río Negro y Neuquén mucho tiene que ver el aporte que se hizo desde los estados provinciales a través de la recuperación de los haberes de los agentes públicos.
Al hablar de trabajadores formales, hay que remarcar que más del 50% de éstos corresponden –en el caso de las provincias antes nombradas– a los gobiernos provinciales.
La estadística oficial muestra, en este sentido, que la administración Saiz recibió el gobierno con una masa salarial de alrededor de 400 millones de pesos y terminará la primera gestión con valores cercanos a los 1.200 millones de pesos. La mayor parte de este incremento del gasto corriente se destinó directamente a la suba de salarios de los empleados públicos y la otra parte, a la incorporación de nuevo personal a la planta estatal.
Los aumentos salariales otorgados a la administración pública de Río Negro en los últimos años explican, en gran parte, por qué la provincia se encuentra con indicadores tan positivos respecto del resto del país en lo que se refiere a la mejora del salario real. “Es una política que venimos aplicando desde que asumimos el gobierno. Este esquema sin dudas genera un movimiento económico positivo en toda la región. Más salarios, más consumo, más producción...”, sintetizó un importante funcionario del Ministerio de Hacienda al justificar el fuerte impacto de la masa salarial en el presupuesto total.
Pero no todo es tan lineal en este sentido. El incremento desbalanceado que tuvo la masa salarial en los últimos años podría complicar la estabilidad fiscal de la provincia, teniendo en cuenta las proyecciones que muestran los ciclos económicos del país y de la región.
Respecto del Neuquén, el tema es algo más complejo. La masa salarial se ubicaría a fin de este año –atendiendo a los reclamos gremiales pendientes– por encima de los 1.600 millones de pesos, todo un record para esta erogación presupuestaria.
Desde el gobierno provincial –tanto el que se va como el viene– no ven mayores desvíos con estos valores de salarios ya que computan que los ingresos de la provincia seguirán la tendencia de los últimos años. “No hay ningún estudio serio que alerte sobre que la economía argentina se va a desacelerar y que los precios de los ‘commodities’ comenzarán a desplomarse en los próximos años”, confió un operador del gobierno.
Inquietante optimismo.



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